Bernard Arnault tropieza con la ley en su empe?o por ser belga
La oficina de extranjer¨ªa de B¨¦lgica encuentra escollos en el proceso de nacionalizaci¨®n del empresario franc¨¦s
Mucho ruido y pocas nueces. La expresi¨®n podr¨ªa resumir el culebr¨®n protagonizado desde hace meses por el multimillonario franc¨¦s Bernard Arnault, due?o del imperio del lujo LVMH. El empresario y primera fortuna de Francia puso en pie de guerra al gobierno de su pa¨ªs y reabri¨® el debate sobre el exilio fiscal al pedir nacionalizarse belga. Aunque lo haya negado en repetidas ocasiones, la maniobra se interpret¨® como un primer paso hacia el pedido de ciudadan¨ªa monegasca para poder evitar pagar impuestos en Francia. Pero despu¨¦s de todo el revuelo generado, la iniciativa podr¨ªa quedarse en nada.
La Oficina de Extranjer¨ªa belga ha dado un primer rev¨¦s al pedido de Arnault, al considerar que no cumple con los criterios de residencia necesarios, seg¨²n revel¨® este jueves la prensa de aquel pa¨ªs. Para optar a la nacionalidad belga es necesario haber residido en su territorio por lo menos tres a?os. Hace apenas un a?o que el multimillonario se compr¨® una residencia en las afueras de Bruselas, seg¨²n el diario franc¨¦s Le Figaro. La decisi¨®n del organismo ha sido trasladada a la comisi¨®n parlamentaria encargada de examinarla. Su opini¨®n es solo una de las tres ¡ªjunto a la de los servicios secretos y la fiscal¨ªa general¡ª que dicha comisi¨®n examinar¨¢ para tomar una decisi¨®n, pero para la prensa belga augura un desenlace negativo.
Los solicitantes pueden pedir una revisi¨®n del informe o empezar de nuevo el proceso
Sin embargo, la sentencia no es todav¨ªa definitiva y se espera para la pr¨®xima primavera. Dado que no cumple con los criterios de residencia, la comisi¨®n examinar¨¢ en su defecto las relaciones en B¨¦lgica del empresario, originario de Roubaix, en la frontera franco-belga, quien dispone de empresas instaladas en el territorio belga y que trabaja estrechamente con el rico industrial del mismo pa¨ªs Albert Fr¨¨re. Esas relaciones personales y profesionales fueron de hecho el principal motivo avanzado por Arnault a la hora de solicitar la nacionalidad.
En el peor de los casos, de ser totalmente rechazada su demanda, Arnault puede todav¨ªa esperar al a?o a punto de iniciarse para volver a empezar el proceso desde cero. El 1 de enero entra en vigor una nueva ley, que endurece las condiciones de obtenci¨®n generales, pero a la vez prev¨¦ naturalizaciones excepcionales en caso de participar en la ¡°proyecci¨®n internacional¡± del reino.
Sea cual sea la conclusi¨®n del caso Arnault, este habr¨¢ puesto en primera plana el sensible debate sobre el exilio fiscal, alimentado desde entonces y sin tapujos por el actor G¨¦rard Depardieu. A diferencia del empresario, el artista, que se acaba de mudar a escasos kil¨®metros pasada la frontera con B¨¦lgica, no niega motivos fiscales y ha emprendido una suerte de cruzada en contra de la pol¨ªtica fiscal del gobierno socialista y amenazado incluso con devolver su pasaporte. Muchos le prestan la intenci¨®n de aspirar tambi¨¦n a la nacionalidad belga, aunque Bruselas asegura no haber recibido ning¨²n pedido formal. El presidente ruso Vladimir Putin sin embargo ha asegurado estar dispuesto a entregar un pasaporte ruso su amigo.
En este contexto, todo movimiento fuera del pa¨ªs de cualquier empresario o gran fortuna francesa pasa por el prisma de la sospecha del exilio fiscal. El ¨²ltimo en vislumbrar esa intenci¨®n es el fundador del imperio ¨®ptico Alain Afflelou, con una fortuna profesional estimada en 180 millones de euros. El empresario, que ya vivi¨® varios a?os en Ginebra, Suiza, oficialmente para ocuparse del desarrollo de su negocio, prepara su salida para Londres, seg¨²n avanz¨® en Internet la revista econ¨®mica Challenges. El grupo de Afflelou asegura que su mudanza es temporal, que "no se va por motivos fiscales" y que su objetivo es el de acompa?ar el "desarrollo del grupo en Europa del Norte".
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