Un gran pacto de Estado en I+D+i
Un modelo basado en la generaci¨®n de conocimiento solo tendr¨¢ ¨¦xito con un marco institucional estable en el que los agentes de Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n dise?en estrategias a medio y largo plazo
En los ¨²ltimos a?os, estamos asistiendo a una disminuci¨®n significativa del esfuerzo total en Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n (I+D+i) que puede afectar, de modo dif¨ªcilmente reversible, al deseable cambio hacia un modelo productivo basado en el conocimiento.
?Cu¨¢l es la situaci¨®n actual de la investigaci¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica en nuestro pa¨ªs? Esta pregunta tiene una doble lectura, una primera de moderado optimismo por los logros alcanzados, y una segunda de intensa preocupaci¨®n por su futuro, precisamente ahora que es m¨¢s necesaria para una mejora de nuestra competitividad. As¨ª, frecuentemente se alude al bajo lugar ocupado por nuestras universidades en los rankings internacionales, a la ausencia de premios Nobel cient¨ªficos espa?oles recientes, al escaso n¨²mero de patentes solicitadas desde organismos y empresas espa?olas, etc¨¦tera. Por otra parte, es cierto tambi¨¦n que, como fruto del considerable esfuerzo realizado por las Administraciones p¨²blicas ¡ªy, en menor medida, por la empresa¡ª en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, Espa?a ha alcanzado una presencia en el concierto cient¨ªfico internacional como nunca antes hab¨ªa tenido, al tener en cuenta el considerable volumen de producci¨®n e impacto en revistas internacionales indexadas, o la visibilidad internacional de ciertos centros de investigaci¨®n espa?oles. La respuesta a esta aparente contradicci¨®n entre ambas visiones es que la I+D+i es un fen¨®meno complejo y con m¨²ltiples facetas. Esta realidad poli¨¦drica hace que sean compatibles ¨¢reas relativamente saludables con otras que, por decirlo suavemente, presentan un amplio margen de mejora. En esta misma l¨ªnea, mientras que algunos investigadores espa?oles se encuentran en la ¨¦lite cient¨ªfica internacional, un porcentaje significativo de los investigadores universitarios espa?oles ni siquiera logra ser evaluado positivamente en las no siempre exigentes evaluaciones de productividad del Ministerio de Educaci¨®n.
El conocimiento ha protagonizado
Numerosos estudios comparativos ponen de manifiesto que existe una correlaci¨®n entre la riqueza de un pa¨ªs, medida por su renta per capita, y sus inversiones en Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n (I+D+i), hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que los pa¨ªses m¨¢s desarrollados no invierten en I+D+i porque son ricos, sino que son ricos porque invierten o han invertido. Nuestro esfuerzo en I+D se encuentra todav¨ªa demasiado alejado de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, y no se debe olvidar que el conocimiento ha sido el gran protagonista del crecimiento del producto interior bruto (PIB) y de la productividad en la pr¨¢ctica totalidad de las econom¨ªas desarrolladas a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, y que adem¨¢s el PIB basado en el conocimiento resiste mejor los periodos de crisis.
?En qu¨¦ resultados se ha traducido el esfuerzo en I+D+i espa?ol de los ¨²ltimos decenios? En el caso de la investigaci¨®n, existen indicadores bien establecidos de producci¨®n e impacto de publicaciones cient¨ªficas espa?olas indexadas en las bases de datos internacionales. Estos indicadores ponen de manifiesto que nuestro pa¨ªs ocupa el puesto noveno en cuanto a producci¨®n, cifra que desciende al puesto und¨¦cimo cuando se mide el impacto medido por el n¨²mero de citas. En particular las ciencias m¨¢s influyentes son la qu¨ªmica, la f¨ªsica, las matem¨¢ticas, las ciencias de materiales y las ingenier¨ªas. Estos datos muestran una situaci¨®n razonable de la ciencia espa?ola, en general, destacando especialmente en algunas ¨¢reas. En lo que respecta a las patentes, el otro gran indicador de producci¨®n investigadora vinculado a la protecci¨®n de la propiedad intelectual e industrial, los resultados de la I+D+i espa?ola son mucho menos favorables. En esta misma l¨ªnea, los indicadores vinculados a la innovaci¨®n ponen de manifiesto que la situaci¨®n de Espa?a es sensiblemente inferior a lo que ser¨ªa esperable ¡ªy deseable¡ª para un pa¨ªs de nuestro tama?o y nivel de desarrollo. La contribuci¨®n del sector empresarial al esfuerzo en I+D+i es notablemente inferior a la de otros pa¨ªses europeos, a pesar de la puesta en marcha de incentivos para la colaboraci¨®n p¨²blico-privada y contrasta significativamente con las capacidades cient¨ªficas desarrolladas. Esta situaci¨®n est¨¢ relacionada con la estructura del tejido productivo, dominado por pymes en sectores tradicionales y de baja intensidad tecnol¨®gica, y con el reducido n¨²mero de empresas que tienen una estrategia sistem¨¢tica de inversi¨®n en I+D+i. No obstante, existen algunas ¨¢reas, como el sector de energ¨ªas renovables, en el que Espa?a se encuentra en una posici¨®n destacada, aunque todav¨ªa fr¨¢gil. Cabe concluir que nuestro pa¨ªs ha alcanzado un desarrollo cient¨ªfico-tecnol¨®gico razonable en lo que se refiere a investigaci¨®n cient¨ªfica acad¨¦mica, si bien algunos indicadores relacionados con la I+D+i en su sentido m¨¢s finalista arrojan resultados sensiblemente inferiores, por lo que ser¨ªan necesarias reformas urgentes.
El escenario econ¨®mico actual no es posiblemente el m¨¢s adecuado para acometer las reformas necesarias, pero el deseable cambio de modelo de desarrollo y la creciente competencia internacional en materia de talento, conocimiento cient¨ªfico, tecnolog¨ªa y liderazgo empresarial exige priorizar discriminadamente la financiaci¨®n dedicada a actividades de I+D+i. Los Presupuestos Generales del Estado para 2013, relacionados con la I+D+i civil, muestra una reducci¨®n concentrada, especialmente, en fondos no financieros, poniendo en peligro la continuidad de numerosos proyectos, grupos y centros de investigaci¨®n. Por ello se deber¨ªa tomar conciencia de que se est¨¢ poniendo en un riesgo m¨¢s que probable a una parte importante de nuestro sistema de I+D y, por ende, la posibilidad de que la econom¨ªa y la sociedad espa?ola construyan unas bases m¨¢s s¨®lidas y sostenibles para mejorar el bienestar de sus ciudadanos en el pr¨®ximo futuro. En definitiva, un modelo econ¨®mico basado en la generaci¨®n de conocimiento solo tendr¨¢ ¨¦xito si se garantiza la estabilidad del sistema de investigaci¨®n en t¨¦rminos de recursos econ¨®micos y humanos y si hay un sector privado que, m¨¢s all¨¢ de las declaraciones de intenciones, apueste de verdad por la investigaci¨®n y la innovaci¨®n. Por ello, resulta contradictorio mantener la ret¨®rica del cambio a un modelo productivo basado en el conocimiento, mientras que muchas de las medidas que se adoptan no van en la direcci¨®n adecuada. La investigaci¨®n en nuestro pa¨ªs es, actualmente, una prioridad a prueba.
La contribuci¨®n del sector empresarial al esfuerzo en esta ¨¢rea es inferior a la de otros pa¨ªses europeos
Es necesario dotar a nuestro sistema nacional de I+D+i de un marco institucional estable y previsible, que sea objeto de un gran pacto de Estado y que permita a los agentes del sistema de I+D+i dise?ar estrategias a medio y largo plazo. Esta pol¨ªtica estatal de investigaci¨®n deber¨ªa incorporar en su dise?o, financiaci¨®n y gesti¨®n a las comunidades aut¨®nomas con el fin de evitar la dispersi¨®n de esfuerzos y de aumentar la eficiencia del sistema. Se deber¨ªan fomentar pol¨ªticas que puedan conducir al aumento de tama?o de las empresas y a la cooperaci¨®n mutua, as¨ª como apoyar su financiaci¨®n mediante instrumentos de pr¨¦stamo, capital semilla y capital riesgo que puedan ser efectivamente utilizados por esas mismas empresas. Fomentar, tambi¨¦n, la transferencia de resultados de investigaci¨®n del sector p¨²blico al sector productivo, as¨ª como favorecer la movilidad entre la investigaci¨®n acad¨¦mica y la industria. Por otra parte, los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n y universidades deber¨ªan asumir su responsabilidad en la mejor gesti¨®n de sus instituciones y proponer las eventuales concentraciones de institutos y departamentos con criterios de racionalidad cient¨ªfica. Para ello deber¨ªa conced¨¦rseles la suficiente autonom¨ªa normativa y de gesti¨®n vinculando esta a una m¨¢s exigente rendici¨®n de cuentas, favoreciendo modelos de relaci¨®n contractual que permitan la captaci¨®n de talento, reducir la acentuada endogamia, as¨ª como evitar la p¨¦rdida de talento que se est¨¢ incrementando en la actualidad.
En resumen, la deseable transformaci¨®n estructural hacia un modelo productivo basado en el conocimiento requiere un esfuerzo prioritario y sostenido del sistema de I+D+i en t¨¦rminos de recursos econ¨®micos y humanos, una mejora de la gobernanza institucional, as¨ª como un sector privado que apueste verdaderamente por la investigaci¨®n y la innovaci¨®n. En cualquier caso, el apoyo sostenido a la investigaci¨®n debiera ser una prioridad de inter¨¦s general, porque es un hecho emp¨ªricamente comprobado ¡ªcomo dec¨ªamos al comienzo¡ª que las econom¨ªas basadas en el conocimiento resisten mejor los periodos de crisis.
Luis Oro, qu¨ªmico, fue secretario general del Plan Nacional de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y Desarrollo Tecnol¨®gico y forma parte del C¨ªrculo C¨ªvico de Opini¨®n.
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