Cerco fiscal al juego ¡®online¡¯

Puede que, como al campo, nadie sea capaz de ponerle puertas a Internet, pero Hacienda ha demostrado que s¨ª puede cobrarle impuestos. Tras a?os de alegalidad, el Gobierno se decidi¨® a regularizar el juego online en Espa?a, presionado doblemente por las empresas tradicionales del juego presencial y por la necesidad de recaudaci¨®n. Cuando se puso manos a la obra, los grandes lobbies internacionales del juego por Internet pusieron el grito en el cielo argumentando que era imposible controlar a los jugadores online e incluso apelando a justificaciones tan peregrinas como el derecho a la intimidad para oponerse a cualquier tipo de normativa. En realidad, esas firmas, lo que no quer¨ªan era perder la bicoca que hab¨ªan encontrado en la Red espa?ola, en la que todo eran ganancias porque, frente a los elevados impuestos que gravan el juego en vivo (bingos, tragaperras, casinos, etc¨¦tera), estas no pagaban un euro al fisco. Esa impunidad fiscal absoluta les permit¨ªa, por ejemplo, el lujo de patrocinios millonarios de equipos como el Real Madrid, el Sevilla o el Manchester, mientras se quejaban parad¨®jicamente de la persecuci¨®n de la Agencia Tributaria.

El tiempo ha demostrado que, en efecto, ¡°Hacienda somos todos¡± si nos lo proponemos. En los seis primeros meses, desde que el Gobierno regularizara la actividad y concediera las licencias con las que operan una treintena de firmas, la facturaci¨®n total del juego por Internet se ha disparado hasta los 2.354 millones de euros. Y Hacienda se ha llevado un buen pellizco, ya que va a recaudar en el conjunto del a?o 140 millones en impuestos, muy por encima de lo que hab¨ªa presupuestado.

Como otras muchas actividades, el juego se est¨¢ desplazando r¨¢pidamente a Internet. La mejor prueba de ello es el auge que est¨¢n teniendo en la web las apuestas tradicionales como la Loter¨ªa Primitiva, mucho m¨¢s c¨®modo para el jugador y con mayor margen para la Administraci¨®n. Internet no puede ser un territorio al margen de la ley y del fisco. Hacienda deber¨ªa tomar nota y lograr que los gigantes tecnol¨®gicos que viven de la Red, como Google o Facebook, empiecen a pagar impuestos en Espa?a.