Los piratas del hach¨ªs
La ausencia de los controles necesarios facilita la labor a los que aprovechan los alijos incautados para traficar con droga
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Ha vuelto a suceder, aunque esta vez el golpe ha sido de peso: mil kilos de hach¨ªs; una tonelada empaquetada en 31 fardos que los ladrones se llevaron del c¨¦ntrico edifico del Servicio de Aduanas de Huelva. Ocurri¨® en la noche del lunes, es decir, aprovechando las doce campanadas y el jolgorio general. Los pocos testigos del hurto vieron a una decena de personas que en unos pocos minutos fueron capaces de cargar con los 31 fardos y huir a bordo de un par de veh¨ªculos todo-terreno de alta gama.
Los narcotraficantes han debido de llegar a la conclusi¨®n de que es mucho m¨¢s sencillo interceptar la droga cuando esta est¨¢, supuestamente, ¡°a buen recaudo¡± y bien almacenada que viajar a por ella e introducirla en el pa¨ªs. Es, en definitiva, la estrategia del pirata. Alguno lleg¨® a ser condecorado por la reina de Inglaterra dada su habilidad en saquear los nav¨ªos espa?oles cargados de la plata que los conquistadores hab¨ªan extra¨ªdo de tierras americanas.
Estos nuevos piratas de la droga eluden importantes problemas esperando a que los cargamentos est¨¦n convenientemente reunidos en un edificio p¨²blico que, para colmo, carece de los pertinentes sistemas de seguridad. Pasma o¨ªr la afirmaci¨®n de un portavoz de Aduanas sobre este ¨²ltimo robo de Huelva. ¡°No se ha reducido la seguridad en el edificio. Nunca ha contado con vigilantes de seguridad¡±. Las c¨¢maras apostadas en rincones estrat¨¦gicos no fueron suficientes para disuadir a los ladrones, que realizaron una operaci¨®n impecable, propia de una trama de Misi¨®n imposible: sin violencia, sin forzar cerraduras, sin huellas...
Parece evidente que los espa?oles de hoy, como los de la ¨¦poca de sir Francis Drake, cometen errores de bulto que facilitan la tarea al pirata. El primero es esa falta de vigilancia que tan c¨¢ndidamente explicita un portavoz. El segundo error es esa costumbre de almacenar durante tanto tiempo la droga en vez de incinerarla. En los ¨²ltimos cinco a?os, casi 1.800 kilos de droga incautada han vuelto al mercado negro. El tercer error es no controlar algo mejor a los propios guardianes. Entre las detenciones por este tipo de robos hay demasiados polic¨ªas con placa.
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