Trierweiler vuelve a poner en aprietos a Hollande
Mientras el presidente dirig¨ªa la intervenci¨®n en Mal¨ª, la primera dama se dej¨® ver en los desfiles m¨¢s lujosos con el multimillonario Bernard Arnault y la princesa Charlene de M¨®naco
Val¨¦rie Trierweiler, la primera dama francesa y periodista de Paris Match, parec¨ªa haberse adaptado finalmente al El¨ªseo y haber encontrado su lugar en el mundo. Tras una entrada en escena plagada de torpezas, embrollos y broncas, la pol¨¦mica parec¨ªa haber quedado atr¨¢s. Pero nada es eterno, y una parte de la prensa francesa sigue dispuesta a fiscalizar y criticar cada peque?o paso en falso de la pareja del socialista Fran?ois Hollande.
La ¨²ltima prueba es un art¨ªculo de la revista VSD, que arremete esta semana contra Trierweiler por haberse dedicado en cuerpo y alma, bien peinada y mejor maquillada, a una causa poco humanitaria; acudir a los selectos desfiles de la Semana de la Moda rodeada de compa?¨ªas ¡°sensibles¡±, entre las que figura lo m¨¢s granado de la derecha gala, la industria del lujo m¨¢s caro, el exilio fiscal y, para remate, la h¨ªper-medi¨¢tica monarqu¨ªa monegasca.
La revista publica una foto para el recuerdo, tomada el pasado 21 de enero, en la que Trierweiler aplaude satisfecha el desfile de Dior celebrado en el Grand Palais de Par¨ªs. A su vera est¨¢ Bernard Arnault, patr¨®n de la firma, presidente de Louis Vuitton-Mo?t-Hennessy (LVMH), el hombre m¨¢s rico de Francia -30.000 millones en la cuenta- y uno de los s¨ªmbolos, junto al actor G¨¦rard Depardieu, de la revuelta de los millonarios galos contra la pol¨ªtica tributaria de Hollande.
Un poco m¨¢s all¨¢ se ve a la princesa Charlene de M¨®naco, el para¨ªso fiscal m¨¢s temido por el fisco franc¨¦s -De Gaulle les amenaz¨® con cortarles la luz si el rey Rainiero no prohib¨ªa a los franceses tener su residencia fiscal en ese pa¨ªs-, y un poco m¨¢s all¨¢, a la mujer de Jacques Chirac, Bernadette, que apoy¨® con entusiasmo la reelecci¨®n de Nicolas Sarkozy durante la campa?a de las presidenciales que le enfrent¨® a Hollande.
?Infidelidad personal e ideol¨®gica? ?Incoherencia personal? ?Traici¨®n a la causa de la igualdad? ?Error pol¨ªtico? Todo ello a la vez, sostiene Christophe Gautier, el autor del art¨ªculo en VSD, titulado Lujo y despreocupaci¨®n, que empieza as¨ª: ¡°Mientras miles de franceses luchan por evitar su despido programado y Fran?ois Hollande renuncia a (casi) todas sus promesas de equidad social, la primera dama de Francia asiste a los desfiles de alta costura¡±.
Y contin¨²a: ¡°Renault, PSA, Faurecia, Arcelor Mittal, Petroplus, Candia, Virgin, Sanofi, Fralib, Air France¡ Pese a la avalancha de EREs que amenazan con devorar miles de empleos, Val¨¦rie Trierweiler, ¡®socialista de alma¡¯, ¡®socialista desde siempre¡¯ seg¨²n ha dicho a menudo, ha preferido apoyar a un sector que seguramente no lo necesita, el del lujo. Un muy curioso mensaje enviado a los millones de electores que, el a?o pasado, propulsaron a su compa?ero al El¨ªseo esperando un cambio de costumbres y mentalidad. M¨¢s que a los soldadores, a los metal¨²rgicos o a los obreros, es a Dior, a Yves Saint Laurent y al conjunto de la industria del lujo a quien ofrece su apoyo y consuelo la primera dama de Francia¡±.
El art¨ªculo recuerda que Trierweiler se dej¨® ver durante una semana con ¡°los m¨¢s grandes fortunas del planeta¡±, sin que nadie en el entorno de la pareja presidencial ¡°hiciera sonar la alarma y previniera del desastre y de la incomprensi¨®n que las decisiones de la primera dama pueden generar en la opini¨®n p¨²blica¡±.
Mientras su marido daba la orden de atacar Mal¨ª y festejaba con Merkel el cincuentenario de la amistad franco-alemana, Trierweiler, concluye Gautier, olvid¨® ¡°sus or¨ªgenes modestos de chica sencilla, crecida en los suburbios de Angers¡±, y traicion¨® la modestia mostrada antes de las elecciones, cuando cont¨® que ¡°se vest¨ªa en los departamentos de pr¨ºt-¨¤-porter de las tiendas de su barrio¡±, y afirm¨® que el ¡°lujo y la alta costura le resultaban extra?os¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.