Mujeres en la inopia
A Ani Ta Mato, el 'alter ego manga' de la ministra de Sanidad, le chiflan los regalos, viajar gratis, las tartas confitadas y confeti en las fiestas de Pozuelo, todo envuelto de esa filosof¨ªa de "a caballo regalado... no le mires el diente"
Siempre se ha dicho que los pa¨ªses latinos pecan de machistas. Y que pese a todo el esfuerzo que se ponga para cambiar eso, el machismo se impone, a veces, con dolor y, otras, a trav¨¦s del ejemplo de algunas ciudadanas. Algo as¨ª es lo que sucede con Ana Mato, Isabel Pantoja, Mayte Zald¨ªvar, Rosal¨ªa Iglesias o Cristina de Borb¨®n.
A pesar de que son de edades y or¨ªgenes diferentes, todas han intentado defender su inocencia aludiendo a su desconocimiento, a que ignoraban lo que hac¨ªan sus maridos en sus negocios o en todo lo presunto. ¡°Las cuentas las lleva mi marido¡±, sintetiz¨® Rosal¨ªa Iglesias, esposa del gran extesorero, conductora de un mega-Range Rover. Llama la atenci¨®n que, salvo la infanta y quiz¨¢s Rosal¨ªa, todas estas damas son profesionales de ¨¦xito y alto rendimiento. Pantoja es la reina de la copla, Zald¨ªvar triunfa en la televisi¨®n m¨¢s escandalosa y Ana Mato es toda una ministra de Sanidad. Pese a la integraci¨®n de la mujer al mundo empresarial y pol¨ªtico, ellas insisten en revalidar ese trasnochado tipo de mujer sumisa. Mujeres en la inopia. Por fortuna alejadas de esa edad de la inocencia, hay otras como Victoria Beckham que pareciendo una loca de la moda y de las poses s¨ª que sabe muy bien lo que hace y debe hacer su marido para que la rueda de la fortuna no deje de girar a su favor: buena publicidad para H&M y un contrato con el club de f¨²tbol Paris Saint-Germain libre de impuestos.
Las mujeres en la inopia que conforman ese ramillete no parecen sentirse molestas con ser consideradas casi tontas. Porque no lo son. Hay caballeros que las admiran como esposas, ¡°porque la m¨ªa es especialista en saberlo todo, d¨®nde voy, con qui¨¦n salgo¡±. Esa triqui?uela femenina las libra de implicarse en algo m¨¢s serio: ense?arnos c¨®mo se hace para mirar hacia otro lado entre cuatro paredes y dos personas. Reconocer que sus maridos las enga?aban es duro porque indica que escogiste mal; y a las mujeres, en las culturas m¨¢s tradicionales, se las presiona mucho con que la selecci¨®n es b¨¢sica, porque te equivocas una vez y te equivocas para siempre. La verdad es que tienen que reconocer cierta miop¨ªa: ?t¨² ves a Juli¨¢n Mu?oz en tu edad adulta y sospechas que acertada, lo que se dice acertada, no est¨¢s, mujer! Con I?aki, cada vez entendemos m¨¢s que la infanta vio un deportista ol¨ªmpico y no tuvo dos dedos de frente para calibrar el gol que le asestar¨ªa a la instituci¨®n familiar. Con Mayte, su verbo y caderas desplaz¨¢ndose por tanto plat¨® de televisi¨®n nos hace pensar que le gusta estar all¨ª donde haya una bolsa de pl¨¢stico, o dos.
Ana Mato recurre a una artiller¨ªa en colores apastelados y lacitos que la hacen cursi por fuera y muy Nuevas Generaciones del PP por dentro
Sospechamos que la dulce Ana alberga en su interior otra personalidad. Por las ma?anas es la ministra de Sanidad y ya en casa es ¡°Ani Ta Mato¡±, un p¨ªcaro personaje manga que reivindica la mujer confeti. Ani Ta Mato, el alter ego ¡°manga ancha¡± de la ministra de Sanidad, recurre a una artiller¨ªa en colores apastelados de cuellos beb¨¦, puntillas estrat¨¦gicas y lacitos que la hacen cursi por fuera y muy Nuevas Generaciones del PP por dentro, el uniforme para los mejores momentos Opus Dei. A Ani Ta Mato le chiflan los regalos. Viajar gratis, las tartas confitadas y confeti en las fiestas en Pozuelo, todo envuelto de esa filosof¨ªa de ¡°a caballo regalado¡ no le mires el diente¡±. Era un ejemplo a seguir con su bronceado permanente y collar de canicas blancas, recortando modosita en gastos sanitarios hasta que¡ el aguafiestas de B¨¢rcenas abri¨® su portafolios. Ani Ta Mato se aferra a su cargo sin percatarse de que nadie la recordar¨¢ como ministra de Sanidad, sino como la esposa a la que le crec¨ªan Jaguares en el jard¨ªn.?
La segunda semana de ¡°los papeles secretos¡± llega con un nuevo misterio: ?qu¨¦ contiene la cartera-sobre que B¨¢rcenas siempre lleva consigo? ?Papeles manuscritos? ?Papeles pintados? Futuro confeti. Lo llamativo no es tanto el accesorio, sin asas y m¨¢s grande que una baguette, sino el aspecto calmado, como con unas notas de prozac en el aire, del extesorero que reproduce todas esas pautas de comportamiento caracter¨ªsticas del exejecutivo abandonado a su suerte que se viste y peina para salir a la calle fingiendo que va al trabajo. Tanta presi¨®n no es buena para la salud. Es cierto que es m¨¢s dif¨ªcil ser esposa y madre que ministra de Sanidad, pero la se?ora Mato est¨¢ bordando su papel porque un divorcio siempre es complicado, y m¨¢s cuando debes mantener una postura religiosa r¨ªgida. Y, oye, si el partido le pon¨ªa abogado y ch¨®fer al extesorero, ella merece una agencia de ayuda matrimonial. O de festejos.?
Parece que quien s¨ª va a dimitir es Olvido Hormigos, aquella concejala de Los Y¨¦benes estrella del v¨ªdeo er¨®tico de 2012. Muchos exigieron que dimitiera por su masturbaci¨®n. Ahora debe hacerlo para participar en un concurso de saltos de trampol¨ªn para Telecinco. Con una pirueta maravillosa, la mujer espa?ola, con pareja, besa, salta o entra y sale de la inopia con una habilidad envidiable.
Todo esto nos arrastra a pensar que a lo mejor el matrimonio o la pareja son inseparables del enga?o, por esa anciana tradici¨®n de que las mujeres miran para otro lado y los hombres siempre al mismo.
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