Relaciones sostenibles
Ratzinger se marcha, pero al estilo Mar¨ªa Teresa Campos, ?no sin Georg! Mientras la familia pontificia ora y estudia en la paz del convento, Georg labora en esa belicosa feria que es el Vaticano
El presente se divide, cada vez m¨¢s, entre relaciones sostenibles y relaciones insostenibles. Y un ejemplo de relaci¨®n sostenible es la reci¨¦n descubierta entre Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² y el llamado ¡°rey de la chatarra¡±, Luis Miguel Rodr¨ªguez, Luismi para Carmen y sus amigos. Una relaci¨®n insostenible era ya la de Benedicto XVI con la Santa Sede.
Est¨¢ claro que resulta poco sostenible la naturaleza de los partidos pol¨ªticos, que hace tiempo se comportan como empresas de enriquecimiento personal con tendencia a sobreproteger a sus miembros m¨¢s selectos. Sobres y espionaje son el m¨¦todo y la pol¨ªtica. Y M¨¦todo 3, la agencia encargada de poner micr¨®fonos y detectives a los pol¨ªticos, el lugar donde todos se escuchan unos a otros en un enredo de cables y enchufes.
Los partidos se convierten en empresas, los papas se jubilan, pero Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² escucha en la direcci¨®n correcta y encuentra por d¨®nde volver a la dulce senda del crecimiento econ¨®mico. Ya no es en las altas esferas, ni en la burgues¨ªa burs¨¢til. Es en la chatarra, en la cultura del residuo, en el desguace. Y eso es, hablando en plata: la econom¨ªa real. Carmen encontr¨® m¨¢s elegante referirse a su nuevo y met¨¢lico amor como ¡°empresario del desguace¡± porque es m¨¢s s¨®lido y vigoroso. Y nos indica la direcci¨®n que Carmen quiere tomar: hay que abrir ojos, coraz¨®n y brazos hacia el futuro sostenible. Reciclarse o morir. Deshacerse de lo que no funciona. La crisis estimula el cambio, el recambio y la b¨²squeda de chatarra nos ense?a una nueva forma de enriquecimiento, no ya con sobres, transferencias ni comidas en restaurantes con micr¨®fonos ocultos entre las flores, sino en el reciclaje de hierros y cables en dinero nuevo y sano. Hasta 300 euros por tonelada. As¨ª, la propia Mart¨ªnez-Bordi¨² se recicla aferrada a este amor, abandonando la lata de ser una acomodada se?ora de Santander para regresar al ambiente de la capital y tambi¨¦n al de Parla.
?Parla catal¨¢ Carmen? Probablemente no, pero siempre se dijo que sab¨ªa lat¨ªn, aunque no tanto como el Papa, y seguro que habr¨¢ sido de las primeras personas en todo el mundo que entendieron perfectamente lo que dec¨ªa y no dec¨ªa el Pont¨ªfice cuando anunci¨® su adi¨®s en la lengua muerta de Virgilio. No debemos permitir que la renuncia del Papa nos impida ver lo que de verdad importa: ?qu¨¦ futuro sostenible le aguarda a monse?or Georg, el fiel secretario papal? El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, inform¨® de que el bello monse?or Georg G?nswein continuar¨¢ como prefecto de la casa pontificia, aunque su residencia la tenga en el monasterio de clausura donde se alojar¨¢n el Papa y las cuatro laicas que forman la familia pontificia. Ratzinger se marcha, pero al estilo Mar¨ªa Teresa Campos, ?no sin Georg! Y es que el atractivo secretario lo merece: se ha entregado al cuidado del Pont¨ªfice m¨¢s de 25 a?os en santa entrega. Puede llamar la atenci¨®n lo flexible del arreglo, porque mientras la familia pontificia ora y estudia en la paz del convento, Georg labora todos los d¨ªas en esa belicosa feria que es el Vaticano.
Las ferias de arte son uno de los inventos m¨¢s atractivos del fin de siglo: se mezclan perfectamente obras de arte, millonarios, cables y ganas de comer. Uno de los restaurantes de la zona vip de Arco lo lleva Arturo, la empresa cuyo presidente est¨¢ siendo sometida a una investigaci¨®n por supuestos pagos en B. All¨ª los camareros son atent¨ªsimos y se sobreentiende su deseo de que se aclare lo de los supuestos sobres salario. Mientras, se sobreponen como pueden a incesantes conversaciones que van desde el precio de un maruja mallo hasta la m¨¢s que posible declaraci¨®n de inocencia del duque de Palma.
En ese marco se coment¨® que la cena de los duques en el restaurante Via Veneto (que no es de Arturo, pero s¨ª de una familia barcelonesa) habr¨ªa sido financiada por un destacado empresario de esa capital. Y que tal dato podr¨ªa alimentar los rumores de que un grupo de se?ores acaudalados se re¨²na para ayudar a los duques en aprietos. ?Por qu¨¦? ?Por amor al arte? No, por amor a la Corona. ?Oye! No est¨¢ de m¨¢s recordar que Camps fue declarado inocente in extremis. Si todo se resuelve, como es de esperar, favorablemente para los duques, solo quedar¨ªa saber c¨®mo ha sido posible que la gesti¨®n de la Casa del Rey haya conseguido solita toda esta p¨¦rdida de credibilidad.
Tambi¨¦n en Arco pueden verse diferencias en la forma de gesti¨®n de un negocio o un estand. Por ejemplo, las galer¨ªas alemanas y austriacas tienen a su escaso personal de pie, normalmente vestido con ropa oscura y un poco rara, cualquiera que sea la hora a la que se las visite; y con frecuencia incorporan a alguien que habla un correcto espa?ol. En cambio, las galer¨ªas espa?olas siempre tienen m¨¢s gente, sentados unos y mordisqueando algo en una mesita otros, como si estuvieran en S¨¢lvame, de Telecinco, y con amigos que mantienen ese atractivo ambientillo que hace m¨¢s f¨¢cil todo, tan colorido. Tan arco¨ªris.
Siempre lo hemos sabido, hay mucha chatarra y mucho arte. Como apuntan en El malentendido, la obra de Camus magistralmente representada en el Teatro Valle Incl¨¢n de Madrid, la vida tambi¨¦n es devoradora. Nos convierte en chatarra.
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