David Cameron: estrategia y calendario
Los plazos para la repatriaci¨®n de competencias y el refer¨¦ndum sobre la UE son irreales
En este peri¨®dico firmas muy solventes y de diversas procedencias expusieron en su momento la cr¨ªtica a la estrategia que el primer ministro brit¨¢nico anunci¨® a finales de enero. Como es sabido tiene dos etapas. En la primera se repatriar¨ªan competencias ¡°de Bruselas¡±. Logrado esto, se convocar¨ªa un refer¨¦ndum en 2017 para preguntar al pueblo brit¨¢nico (si el partido conservador gana las elecciones generales que se celebrar¨¢n como muy tarde en mayo de 2015) sobre la permanencia o no de Reino Unido en la Uni¨®n Europea.
El calendario que subyace a tal estrategia es totalmente irrealista.
Las competencias en cuesti¨®n se dar¨¢n a conocer el pr¨®ximo oto?o. Despu¨¦s de las cruciales elecciones alemanas de septiembre. Existen dos posibilidades. Que impliquen modificaciones del Tratado o no. Si las implican, los Estados miembros deber¨ªan ponerse de acuerdo un¨¢nimemente en convocar una conferencia intergubernamental. Es inveros¨ªmil que pueda llegarse a una decisi¨®n de tal porte antes de las elecciones europeas de mayo de 2014 y del rodaje de los nuevos equipos en el Parlamento y en la Comisi¨®n. Tambi¨¦n cambiar¨¢ el presidente del Consejo Europeo. Todo ello nos sit¨²a a principios de 2015.
En lo que a la segunda posibilidad se refiere, podr¨ªa ocurrir que ni siquiera entonces hubiesen comenzado las negociaciones de repatriaci¨®n. Mr. Cameron acudir¨¢ muy probablemente a su cita electoral con resultados m¨¢s bien parvos. No podr¨ªa exhibir haber dado jaque ¡°a Bruselas¡±.
En cualquiera de los dos supuestos la Uni¨®n est¨¢ obligada a seguir sus procedimientos legislativos. Tiene que haber sobre la mesa propuestas de la Comisi¨®n, producirse las necesarias discusiones en el Consejo, presentar al Parlamento lo decidido, discutirse y votarse en ¨¦l, abrir el procedimiento de conciliaci¨®n si, como es veros¨ªmil, hubiera discrepancias sustanciales. Una segunda lectura parlamentaria implicar¨ªa nuevos retrasos. En los casos en que no se plantean problemas los procedimientos legislativos suelen durar m¨¢s de un a?o por t¨¦rmino medio. Si se plantean, el tiempo se alarga.
Querer repetir a los doscientos y pocos a?os la ¨¦pica de Waterloo es una aspiraci¨®n extra?a
?Resultado? Es poco probable que, terminado 2016, Mr. Cameron est¨¦ en condiciones de presentar un ¨¦xito rotundo a la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica. Su calendario corre el muy previsible riesgo de demora. Cierto es que siempre podr¨ªa aducir ante el electorado que la repatriaci¨®n de competencias es un ejercicio largo y dif¨ªcil y que el calendario no debe tomarse al pie de la letra. Una argumentaci¨®n pobre, pero que podr¨ªa ¡°pasar¡±, sobre todo si se apoya medi¨¢ticamente.
La mayor o menor dificultad de las negociaciones depender¨¢ de consideraciones pol¨ªticas y de complicados problemas t¨¦cnicos. Reino Unido goza de derogaciones muy importantes ya protocolizadas en el Tratado. La aceptaci¨®n de normas ¡°for¨¢neas¡± (procedan bien sea de la Uni¨®n o del Consejo de Europa) se hizo por una decisi¨®n del Parlamento brit¨¢nico. Est¨¢n incorporadas al sistema legal interno. Para eliminarlas habr¨ªa que llegar a un acuerdo en buena y debida forma con los dem¨¢s socios, puesto que uno de los principios intocables de la Uni¨®n Europea estriba en la prelaci¨®n del ordenamiento jur¨ªdico com¨²n sobre el nacional.
De plantear una reversi¨®n de este principio se generar¨ªa una din¨¢mica que o llevar¨ªa al hundimiento de la Uni¨®n tal y como ha evolucionado hasta el momento o a la autoexclusi¨®n de Reino Unido. Londres tendr¨ªa que negociarla como si fuera un divorcio no amistoso. No cabe pensar que tal escenario no inflija da?o a los dem¨¢s Estados miembros. Por consiguiente, una buena dosis de acritud no ser¨ªa nada sorprendente. Entrar¨ªan en juego intereses absolutamente vitales.
Al enfocar la estrategia de Mr. Cameron desde el punto de vista de su operatividad, medida por el rasero de una Conferencia Intergubernamental (CIG) o de una negociaci¨®n que no afecte al Tratado, se pone de manifiesto que el calendario no es demasiado realista. Ya que es literalmente imposible que los expertos brit¨¢nicos no se hayan apercibido de ello, no se me ocurren sino dos explicaciones. La primera es que Mr. Cameron pudiera tener, en realidad, un concepto ideol¨®gico que choca con la l¨ªnea en torno a la cual se ha movido su pa¨ªs hasta el momento. La segunda es que predominen consideraciones internas, tales como el deseo de aplacar a los tories euroesc¨¦pticos y a los eur¨®fobos del Partido para la Independencia de Reino Unido (UKIP). Si es as¨ª, estar¨ªa jugando no solo con intereses vitales brit¨¢nicos. Tambi¨¦n con los de los restantes Estados miembros.
Es de esperar que el reconocido pragmatismo brit¨¢nico y el buen hacer de su Administraci¨®n consigan que la sangre no llegue al r¨ªo. Querer repetir a los doscientos y pocos a?os la ¨¦pica de Waterloo es una aspiraci¨®n extra?a. Las eventuales negociaciones, que no ser¨ªan meramente presupuestarias, permitir¨¢n a muchos lobistas ganarse bien la vida durante largo tiempo.
?ngel Vi?as es catedr¨¢tico em¨¦rito de la UCM. Ha trabajado 20 a?os entre ¡°los malvados de Bruselas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.