Tensi¨®n soberanista

La din¨¢mica pol¨ªtica impuesta por nacionalistas e independentistas en Catalu?a ha inquietado al Gobierno de Mariano Rajoy lo suficiente como para decidirse a impugnar, ante el Constitucional, la resoluci¨®n soberanista aprobada por el Parlamento catal¨¢n el 23 de enero. El Ejecutivo busca as¨ª la suspensi¨®n del texto que proclama la ¡°soberan¨ªa jur¨ªdica y pol¨ªtica del pueblo catal¨¢n¡±, por considerarlo opuesto a una Constituci¨®n que solo reconoce la soberan¨ªa del pueblo espa?ol, y al que le da un valor jur¨ªdico mayor que el de una simple toma de posici¨®n.

Esa iniciativa aleja de nuevo la posibilidad de un di¨¢logo entre los Gobiernos central y de la Generalitat. Pero m¨¢s all¨¢ de ese choque, la aceleraci¨®n soberanista en Catalu?a, conducida por Artur Mas y sus socios de Esquerra Republicana, amenaza cobrarse otro precio pol¨ªtico, en forma de ruptura entre el PSOE y el PSC. Si esa din¨¢mica se llevara por delante tres decenios de compatibilidad entre ambos partidos, habr¨ªa que reconocer al soberanismo un ¨¦xito descomunal.

Hist¨®ricamente, la unidad del espacio socialista ha llenado de votos las cestas del PSC y del PSOE. Desde este ¨²ltimo surgen ahora voces nost¨¢lgicas de aquellos tiempos iniciales de la Transici¨®n en los que existi¨® una federaci¨®n catalana del PSOE. Pero si el respaldo al socialismo se ha reducido en las elecciones celebradas durante los ¨²ltimos a?os, una divisi¨®n entre los socialistas catalanes podr¨ªa conducirles a la tumba electoral, con graves consecuencias tambi¨¦n para el PSOE. As¨ª pues, la ¨²nica opci¨®n pragm¨¢tica es que clarifiquen sus relaciones org¨¢nicas y pol¨ªticas. Sumarse a una solicitud por el ¡°derecho a decidir¡±, como hizo el PSC el pasado martes en el Congreso de los Diputados, no equivale a apostar por la independencia: anteriormente, los socialistas catalanes hab¨ªan votado en contra de la resoluci¨®n soberanista del Parlamento catal¨¢n, ahora impugnada por Rajoy. Pero es verdad que el PSC act¨²a unilateralmente, pese a estar representado en los ¨®rganos de gobierno del PSOE, mientras que este carece de representaci¨®n en los ¨®rganos del socialismo catal¨¢n; y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba no puede aceptar sin m¨¢s los hechos consumados.

La recomposici¨®n de las relaciones entre ambos quiz¨¢ solo sea posible si la unidad pol¨ªtica de tiempos atr¨¢s se transforma en una cohabitaci¨®n entre dos partidos diferentes: as¨ª funciona la democracia cristiana de Angela Merkel, en realidad una coalici¨®n entre la CDU y la CSU, bien es cierto que favorecida en Alemania porque este pa¨ªs es un Estado federal sin tensiones secesionistas.

M¨¢s all¨¢ de las implicaciones internas, la fractura de una de las corrientes centrales de la pol¨ªtica espa?ola, si se consolidara, equivaldr¨ªa a arrojar m¨¢s le?a al fuego de la separaci¨®n pol¨ªtica entre los catalanes y el resto de los espa?oles. Y esa fractura tendr¨ªa efectos m¨¢s dram¨¢ticos que la ruptura de una opci¨®n concreta. Por eso hay que evitarla.