Marina Casta?o perder¨¢ todos sus honores en el altar
Lo matrimonios pueden tener consecuencias inesperadas. Es el caso de la que fue esposa de Camilo Jos¨¦ Cela Su anunciada boda con Enrique Puras la despojar¨¢, por deseo p¨®stumo del escritor, del t¨ªtulo de marquesa viuda y de la presidencia del Patronato del Nobel, la fundaci¨®n de autor de m¨¢s rico patrimonio en Espa?a
Si por Cela hubiese sido, Marina Concepci¨®n Casta?o L¨®pez hace tiempo que habr¨ªa perdido su silla en la larga y pulida mesa de juntas del patronato de la fundaci¨®n que cre¨® el Premio Nobel en la localidad coru?esa de Iria Flavia (Padr¨®n). En los estatutos que aprob¨® el escritor en 1998, cuatro a?os antes de su muerte, dej¨® sentada su voluntad para el d¨ªa que ¨¦l faltase. Su esposa, 40 a?os m¨¢s joven, tendr¨ªa que decidir entre rehacer su vida o conservar los honores. En las leyes que regir¨ªan en adelante la instituci¨®n a la que dej¨® su millonario legado, el autor de La colmena hablaba claro. Y eligi¨® un art¨ªculo de n¨²mero fat¨ªdico, el 13, para estipular que su mujer ser¨ªa miembro nato, y segunda en importancia solo por detr¨¢s de ¨¦l mismo, mientras fuese su ¡°leg¨ªtima esposa¡± o su ¡°viuda sin cambiar de estado o haber pactado obediencia a terceros¡±.
Esta ¨²ltima, enrevesada, f¨®rmula hac¨ªa referencia a las posibles relaciones de pareja que pudiese llegar a entablar Casta?o L¨®pez sin pasar por la vicar¨ªa. Pero en febrero de 2002, un mes despu¨¦s del entierro del escritor, Manuel Fraga aupaba a la viuda, hasta entonces vicepresidenta primera, al puesto de presidenta, y el art¨ªculo 13 pareci¨® quedar sepultado junto al difunto, en aquella tumba del camposanto de Adina cuyas paredes fue necesario limar para que cupiese el ata¨²d.
La prensa public¨® despu¨¦s noticias sobre Casta?o y alg¨²n nuevo compa?ero sentimental, y en Iria Flavia no pas¨® absolutamente nada. Ella gobernaba la casa a distancia, confiando el d¨ªa a d¨ªa al gerente que el propio Cela hab¨ªa fichado en la Ford, Tom¨¢s Cavanna. Hoy, la una y el otro est¨¢n siendo investigados por un juzgado de Padr¨®n despu¨¦s de que la fiscal¨ªa de Santiago los denunciase por estafa, apropiaci¨®n indebida, fraude fiscal y malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. En los ¨²ltimos meses, la polic¨ªa judicial entr¨® en la instituci¨®n para hacer un registro y se incaut¨® de abundante documentaci¨®n y correos electr¨®nicos. Supuestamente, Casta?o y Cavanna constituyeron sociedades para cobrar subvenciones y las devoluciones tributarias que le correspond¨ªan a la Fundaci¨®n Cela por ser una entidad cultural sin ¨¢nimo de lucro.
Casta?o ha recurrido una sentencia que la obliga a pagar 3,9 millones al hijo del literato
Pero, en cierto modo, el esp¨ªritu de la ¨²ltima voluntad del Nobel sigui¨® latiendo en Iria Flavia y volvi¨® a manifestarse con la ¨²ltima reformulaci¨®n de los estatutos. Despu¨¦s de que este diario sacase a la luz la agon¨ªa contable y cultural que denunciaban ex empleados de la instituci¨®n, considerada la fundaci¨®n de autor de m¨¢s rico patrimonio en Espa?a, la Xunta de Galicia intervino. En 2010, Casta?o y la Consejer¨ªa de Cultura pactaron el rescate, que pasaba por la conversi¨®n en p¨²blica de la entidad privada.
El proceso de transformaci¨®n dur¨® dos a?os, y en junio de 2012, la viuda volvi¨® a presentarse en la sede, el conjunto monumental de las Casas dos Coengos (Casas de los Can¨®nigos), para firmar el acuerdo definitivo. Desde entonces, la Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela y sus ingentes bienes son de la Xunta, pero Marina Casta?o sigue dentro. Ahora ¨²nicamente ostenta un t¨ªtulo simb¨®lico como ¡°presidenta de honor¡±, y las decisiones debe tomarlas el consejero de Cultura del Gobierno gallego. La coru?esa tiene voz pero no voto, y definitivamente lo perder¨¢ todo si cambia de estado civil.
Esta semana se supo que Casta?o planea casarse el verano que viene con el cirujano de la Quir¨®n Enrique Puras. Si esa boda, efectivamente, llega a celebrarse, entonces la viuda deber¨¢ decirle adi¨®s a un t¨ªtulo nobiliario que acostumbraba usar en su vida cotidiana. Marina Casta?o est¨¢ considerada marquesa viuda de Iria Flavia, pero solo mientras no se case. Y aunque el verdadero t¨ªtulo de marqu¨¦s lo hered¨®, al morir el escritor, su ¨²nico hijo, Camilo Jos¨¦ Cela Conde, fuentes pr¨®ximas a la familia del Nobel se quejan de que muchas veces, en el entorno de Casta?o, ¡°se omite lo de viuda¡±. Incluso aseguran que ¡°en t¨¦rminos legales, no existe la figura de marquesa viuda¡±.
De todas formas, es precisamente por ah¨ª, por el t¨ªtulo, por ese peque?o elemento de presunci¨®n social y pobre valor real, que Marina Casta?o est¨¢ condenada a perder incluso la voz y el puesto de presidenta honor¨ªfica en la Fundaci¨®n Cela. La trampa, ahora, ya no est¨¢ en el olvidad¨ªsimo art¨ªculo 13. Efectivamente, este feneci¨® sin pena ni gloria, pero algo de su esencia resucit¨® en el apartado 17 del nuevo articulado que se elabor¨® cuando la instituci¨®n padronesa pas¨® a manos de la Xunta de Galicia.
Las normas que rigen ahora la fundaci¨®n semejan tan claras en este aspecto como lo eran las que rubric¨® Cela. El Gobierno de Alberto N¨²?ez Feij¨®o orden¨® que el art¨ªculo 17 quedase redactado de la siguiente manera: El cargo de presidenta de honor del patronato, con voz pero sin voto, ¡°ser¨¢ ocupado por Marina Casta?o en su condici¨®n de marquesa viuda de Iria Flavia¡±. El texto lo cita por tel¨¦fono un portavoz de la Consejer¨ªa de Cultura, que sin embargo no quiere entrar en valoraciones. ¡°Esto es lo que est¨¢ escrito, lo que rige actualmente. Esta es la situaci¨®n a d¨ªa de hoy¡±, insisten desde la Xunta, y a?aden que las ¡°consecuencias¡± depender¨¢n de cu¨¢les sean al final las ¡°decisiones que se est¨¢n tomando¡±, en referencia a los pasos que d¨¦ la viuda de Cela en su vida privada. Para salvar la posici¨®n en la entidad de la que fue segunda mujer del novelista ser¨ªa imprescindible reformar otra vez m¨¢s unos estatutos que ya poco conservan de la ¨²ltima palabra del escritor.
Y mientras, la herencia de Cela, que lleg¨® envenenada a manos del Gobierno gallego, sigue congelada en los tribunales. Seg¨²n informan los abogados del hijo, el Supremo a¨²n no ha decidido si admite a tr¨¢mite sendos recursos de casaci¨®n presentados por la viuda y por la Xunta en julio de 2012, despu¨¦s de que la Audiencia de Madrid las obligase a resarcir con 5,2 millones a Cela Conde, que solo hered¨® un Mir¨® rasgado. Si el recurso no prospera, la Xunta, como nueva titular de Iria, deber¨¢ pagar 1,2 millones y Casta?o, 3,9. Se case o no se case.
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