Pague por la cama (tambi¨¦n)
El Cl¨ªnic de Barcelona y otros hospitales han ideado una nueva f¨®rmula para afrontar los recortes: cobrar la estancia del acompa?ante
En materia de recortes sanitarios, cre¨ªamos haberlo visto todo, o casi todo. Los enfermos cr¨®nicos pueden contar cu¨¢nto les ha subido la factura farmac¨¦utica. Los pacientes obligados a utilizar sillas de ruedas o a ser llevados en ambulancia a la di¨¢lisis van a empezar a pagar por ello. Los inmigrantes irregulares han sido expulsados del sistema en una decisi¨®n de constitucionalidad dudosa que ha roto la universalidad del acceso a la salud de la que pod¨ªa presumir este pa¨ªs.
Hemos sabido de hospitales, en Catalu?a y en otras autonom¨ªas, que cierran sus consultas externas y quir¨®fanos por las tardes o algunos viernes para ahorrar a costa de la lista de espera. Hemos visto a pueblos movilizados porque el Gobierno de Castilla-La Mancha les iba a quitar sus servicios de urgencias, lo que ha parado la justicia de forma cautelar.
Hemos conocido la factura en la sombra, que no implica cobrar al ciudadano por acudir a la sanidad p¨²blica, sino mentalizarle de lo que cuesta (como primer paso, temen algunos). No hemos visto a¨²n el tique moderador, como eufem¨ªsticamente se refieren a un cobro por consulta, o por visita a urgencias, que desincentive el uso, dicen que abusivo, de los servicios m¨¦dicos. Un modelo que en Alemania, donde reg¨ªa, est¨¢ siendo desmontado.
Cre¨ªamos haberlo visto casi todo. Pero en el laboratorio catal¨¢n (la presidida por Mas ha sido la comunidad m¨¢s adelantada en aplicar recortes al servicio sanitario) se siguen buscando f¨®rmulas para sacar dinero al paciente o reducir los servicios que recibe, y su modelo de consorcios p¨²blico-privados es propicio a que ciertos centros experimenten soluciones, m¨¢s bien atajos, al l¨ªmite de lo tolerable por el ciudadano.
Hace unos d¨ªas se supo que el hospital Sant Pau permite que el paciente de pago se salte la lista de espera de los sufridos usuarios de lo p¨²blico (respondi¨® al revuelo admitiendo que busca ¡°f¨®rmulas jur¨ªdicas¡±). Y el Cl¨ªnic de Barcelona, entre otros, ya ofrece una habitaci¨®n privada (no compartida), por la que deber¨¢ abonar 40 euros si su acompa?ante tiene que dormir en una butaca o 70 si hay una segunda cama. ¡°Volvemos a hablar de ciudadanos de primera y de segunda¡±, dicen los pacientes. La medida es ¡°voluntaria¡±, alega el hospital.
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