Barbarie
Los pol¨ªticos espa?oles no parecen dispuestos a renunciar a continuar con el destrozo del medio ambiente y el patrimonio a pesar de la crisis
Nos quedaba la tibia esperanza de que la crisis, al menos, contuviera los nuevos proyectos de destrozo del medio ambiente y del patrimonio hist¨®rico que tan afectados se han visto en estos pasados a?os de desatada fiebre urban¨ªstica. Pero no nos van a dejar ni el humilde optimismo de pensar que la falta de dinero tendr¨ªa como consecuencia positiva que no se iban a acometer m¨¢s proyectos insensatos. Qu¨¦ ilusos. Las cosas siempre pueden ir un poco a peor. Y en Espa?a nuestros pol¨ªticos no parecen dispuestos a dejarnos sentir que hemos tocado fondo y que ya solo nos queda tomar impulso y volver a la superficie. El fondo a¨²n nos queda lejos, porque de la experiencia vivida los que nos gobiernan no han aprendido nada. Muchos est¨¢n convencidos de que la ¨²nica salida es volver a aquella econom¨ªa que nos condujo al fracaso. Eso es lo que defiende la alcaldesa de Madrid al permitir, apoyada de cerca por el presidente de la Comunidad, la destrucci¨®n del interior de la antigua sede del Banco Central Hispano y del de la Equitativa, ambos declarados de gran inter¨¦s arquitect¨®nico. Nos dejan la fachada y nos roban el interior para construir un hotel y apartamentos de lujo, algo que al parecer el centro de Madrid, en su imparable empobrecimiento, estaba pidiendo a gritos. Y como viene siendo costumbre han cambiado el reglamento del patrimonio hist¨®rico para amoldarlo a las pretensiones de la empresa que acometer¨¢ el proyecto.
El caramelo con el que pretenden engatusar a los ciudadanos es la creaci¨®n de 4.000 puestos de trabajo. Lo hacen en un momento de gran desesperaci¨®n social. Por un lado, habr¨¢ quien acepte el trato con tal de que bajen los ¨ªndices de desempleo; por otro, la sociedad est¨¢ movilizada en otros asuntos m¨¢s urgentes. El resultado es que Madrid, tan castigada por la codicia, va perdiendo valor sin que nadie oponga resistencia.
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