Joss Stone y el crimen que no fue
Cadena perpetua para uno de los dos delincuentes que quer¨ªan matar a la estrella de la m¨²sica brit¨¢nica, tirar su cuerpo al mar y quedarse con el dinero
La estrella brit¨¢nica de la m¨²sica Joss Stone estaba descansando pl¨¢cidamente en su residencia rural de Devon (sudoeste de Inglaterra) cuando dos individuos con armas blancas, una soga y bolsas de pl¨¢stico como las utilizadas para transportar cad¨¢veres fueron interceptados en los alrededores por la polic¨ªa. Casi dos a?os despu¨¦s de aquel 13 de junio, un jurado acaba de declarar a Kevin Liverpool y Junior Bradshaw culpables de intento de asesinato y robo, el primero con una condena a cadena perpetua mientras su c¨®mplice est¨¢ a la espera de que el juez confirme si acaba recluy¨¦ndolo en una unidad psiqui¨¢trica.
Despu¨¦s de tres semanas de proceso en un tribunal de Exeter, los miembros del jurado solo precisaron de cuatro horas para concluir por unanimidad que los acusados ten¨ªan la intenci¨®n de decapitar a su v¨ªctima, de 25 a?os, y de deshacerse del cuerpo arroj¨¢ndolo al r¨ªo, para hacerse con un bot¨ªn de ¡°al menos un mill¨®n de libras¡±, seg¨²n se desprende de sus propias notas halladas por los investigadores. La sentencia ha desestimado las alegaciones de la defensa sobre el supuesto desequilibrio mental de los dos hombres, aunque a lo largo del juicio s¨ª quedo clara su total incompetencia a la hora de perpetrar el delito.
El periplo protagonizado aquella jornada por Liverpool y Bradshaw, ambos naturales de Manchester y respectivamente de 35 y 32 a?os, resultar¨ªa hasta risible si no se tuviera en cuenta su macabro objetivo. Cuando tomaron el volante de su Fiat Punto con destino a Cullompton (Devon) ya hac¨ªa tres meses que hab¨ªan elegido al azar el nombre de Joss Stone, protagonista de una mete¨®rica carrera que ha colocado m¨¢s de 10 millones de ¨¢lbumes en el mercado, despu¨¦s de haber barajado otras posibilidades, como Beyonc¨¦ o el rapero brit¨¢nico Dizzee Rascal. Los dos amigos desde la infancia, que compart¨ªan piso en el extrarradio de Manchester (Longsight) y estaban en el paro, se hab¨ªan armado con una espada de samur¨¢i, martillos, un cuchillo, cuerdas, un rollo de bolsas de pl¨¢stico, pasamonta?as y guantes.
Uno de los delincuentes hab¨ªa escrito que odiaba a la cantante por su ¨¦xito y por? ser cercana a la realeza brit¨¢nica.
La ruta se revel¨® accidentada desde el primer momento, cuando despu¨¦s de llenar el dep¨®sito del coche y huir de la gasolinera sin pagar, acabaron estrell¨¢ndose contra una valla de metal. Una pareja de agentes de tr¨¢fico les tom¨® el parte, pero los dej¨® machar sin percibir la naturaleza del equipaje del autom¨®vil y arribaron a Devon al cabo de dos horas. Como no conoc¨ªan la zona de Stone (cuyo nombre real es Jocelyn Stoker) le preguntaron a un cartero, que dijo desconocerla.
Por entonces, algunos vecinos ya se hab¨ªan percatado de la presencia de dos individuos de ¡°extra?o comportamiento¡±, como relataron en sus llamadas a la polic¨ªa. Perdidos en el entorno campestre, acabaron siendo localizados por los agentes, quienes en un primer momento los arrestaron solo como sospechosos de intento de robo. Un escrutinio posterior y m¨¢s a fondo del Fiat Punto, as¨ª como del piso de Manchester en el que viv¨ªan, permiti¨® a la investigaci¨®n trazar una radiograf¨ªa completa sobre las terribles intenciones de los detenidos.
Liverpool hab¨ªa dejado escrito el relato de lo que iba a ser el crimen contra una joven a la que despreciaba por su ¨¦xito y sus conexiones con la realeza brit¨¢nica, ante la que Joss Stone hab¨ªa actuado en un concierto, adem¨¢s de asistir como invitada a la boda de los duques de Cambridge. La imposici¨®n de la pena m¨¢xima significa que deber¨¢ cumplir un m¨ªnimo de diez a?os en la c¨¢rcel. En el caso de Bradshaw, cuyas huellas no han sido halladas en las armas ni en las anotaciones, deber¨¢ esperar su sentencia en una vista posterior, si bien su pasado m¨¦dico (se le diagnostic¨® esquizofrenia) y su limitada capacidad mental probablemente acaben conduci¨¦ndolo a un centro m¨¦dico.
Joss Stone sigue viviendo en el mismo Devon donde naci¨® y tambi¨¦n en la misma casa que pudo convertirse en una pesadilla. La diferencia es que ahora ha llenado el recinto de los cerrojos y alarmas que nunca crey¨® necesitar.
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