La imputaci¨®n de la infanta Cristina

Estos d¨ªas la mayor¨ªa de cabeceras destacan la imputaci¨®n de la infanta Cristina por su posible implicaci¨®n en el caso N¨®os. A pesar del esc¨¢ndalo y el bombo medi¨¢tico que este hecho ha provocado, eso no significa que la Infanta tenga que ser procesada por corrupci¨®n junto a su marido. Se ha intentado demostrar por activa y por pasiva que la justicia es igual para todo el mundo, cuando todos sabemos que esto es una quimera. Por eso, creo que esto es solo un intento de hacernos creer que, efectivamente, el peso de la justicia puede caer sobre cualquiera sin distinci¨®n de estatus social, pol¨ªtico o econ¨®mico.

No creo que se tenga que guillotinar, como en tiempos de Robespierre, a la infanta Cristina ¨²nicamente por tratarse de un personaje p¨²blico. Aun as¨ª, ser¨ªa ingenuo creer a ciegas en la honestidad de una persona por el simple hecho de pertenecer a un linaje concreto. Tampoco podemos aceptar la exenci¨®n punitiva para evitar un cataclismo institucional, aunque la imagen del pa¨ªs se vea perjudicada.

Esperemos entonces que este hecho sea juzgado imparcialmente y que no tengamos que ver, una vez m¨¢s, c¨®mo ciertos sectores de la sociedad se burlan del resto de la ciudadan¨ªa con su impunidad ante la ley.¡ª David Batlle Serrat. Girona.

Con ocasi¨®n de la imputaci¨®n a la infanta Cristina por el juez Jos¨¦ Castro se han vuelto a repetir hasta la saciedad las palabras que pronunci¨® el Rey en su discurso de Navidad: ¡°La justicia es igual para todos¡±. Aun dejando de lado la paradoja que implica tal afirmaci¨®n en boca de la ¨²nica persona que no est¨¢ sujeta a la justicia, hay que se?alar que, con car¨¢cter general, la aplicaci¨®n de las leyes es diferente seg¨²n los recursos econ¨®micos de la persona imputada. La instituci¨®n de la fianza, por ejemplo, implica que una persona que pueda pagarla se ahorra las penalidades que supone una estancia m¨¢s o menos prolongada en prisi¨®n. Por otra parte, no es comparable la posibilidad de defensa que tiene un imputado con recursos suficientes para contratar un prestigioso bufete de abogados que la que tiene quien debe conformarse con un abogado de oficio, saturado de trabajo y mal pagado.

La frase del Rey solo resulta verdadera si se refiere a la ley abstractamente considerada y no de su aplicaci¨®n concreta, ¨²nico aspecto que interesa al ciudadano.¡ª Augusto ?ngel Klappenbach Minotti. Pinto, Madrid.