Como Rocco Siffredi en ¡®Entre copas¡¯

Salvo las salsas de Paul Newman, que jam¨¢s prob¨¦ pero me inspiraban confianza por mi incondicional fascinaci¨®n por el actor, siempre he mirado con recelo los alimentos fabricados, apadrinados o licenciados por famosos. Su presunto efecto de est¨ªmulo para el comprador, que encuentra en ellos la familiaridad con alguien a quien admira, es para m¨ª justo el contrario: pienso de inmediato que el producto va a ser un churro de peor calidad y m¨¢s caro que cualquier otro de su misma especie.

Por eso no me llaman demasiado todas estas bebidas que se han puesto a lanzar como posesas las celebrities estadounidenses. No me motiva el tequila Casamigos, impulsado por George Clooney y el hostelero y marido de Cindy Crawford Rande Gerber. Tampoco el vino toscano de Richard Gere: qu¨¦ perez¨®n. Menos a¨²n el Ferguson Crest de Fergie, seguramente por el odio africano que profeso a su grupo, los Black Eyed Peas.

Entre todos los ejemplos, uno me resulta especialmente irritante. Como no hemos tenido suficiente Brangelina en el cine, Brangelina en las causas justas, Brangelina con sus hijos multi¨¦tnicos y Brangelina m¨¢s unida que nunca, ahora Brangelina tambi¨¦n estar¨¢ en nuestras copas. O mejor dicho, en las copas de una turba online de fan¨¢ticos que agotaron la primera entrega de su Miraval en apenas seis horas.

Quiz¨¢ peque de injusto. Brad Pitt, reconocido amante del vino, parece haberse implicado de verdad en la elaboraci¨®n de su rosado, mientras el Pinot Grigio de Drew Barrymore gan¨® una medalla de oro en El Desaf¨ªo Internacional del Vino en Francia. Ser¨¢ mi comunismo subconsciente, el resentimiento hacia ellos por poder permitirse estos caprichos. Pero sospecho que, sedientos de distinci¨®n, la mayor¨ªa de estos bodegueros de nuevo cu?o no hacen m¨¢s que regodearse con el aura de superioridad clasista que rodea al vino en su pa¨ªs.

De hecho, el ¨²nico celevino que me interesa no viene de EE UU, sino de Europa. Se llama Rocco, lo elabora la bodega del ex corredor de F¨®rmula 1 Jarno Trulli, y es un homenaje / asociaci¨®n promocional con su amigo el legendario actor porno Rocco Siffredi. No es que piense que voy a alcanzar el sobrehumano vigor del Semental Italiano: non ho l'et¨¢, que dir¨ªa Gigliola Cinquetti. Pero me fascina el maravilloso eslogan publicitario del tintorro: ¡°No solo magnum¡±. Tambi¨¦n elucubro sobre si, al tomarlo, te sentir¨¢s un poco como las actrices que se lo bebieron a ¨¦l en sus pel¨ªculas, enterito y sin fermentar. ?Se imaginan qu¨¦ experiencia gastron¨®mica?