?Y si nos vamos?

De piedra. De pl¨¢stico. De pasta de boniato. As¨ª me han dejado las ¨²ltimas declaraciones del FMI. El mi¨¦rcoles, ya lo recordar¨¢n, pidieron m¨¢s austeridad. Lo que est¨¢ matando al enfermo no es la medicina, condescendieron a explicarnos, sino que se le ha aplicado en dosis equivocadas. El jueves, sin embargo, la homeopat¨ªa ya no era soluci¨®n. Lagarde exigi¨® que se suavizaran los ajustes para no agravar el paro, y se qued¨® tan ancha. Nuestra econom¨ªa est¨¢ rota, pero crecer¨¢ un 0,7 en 2014. ?Qui¨¦n dijo que no se pod¨ªa afirmar una cosa y su contraria?

Hasta entonces pod¨ªamos pensar que la culpa era nuestra. Tanta corrupci¨®n, tanto ladr¨®n, tanta incultura pol¨ªtica y general, nos pon¨ªan en bandeja un diagn¨®stico espec¨ªfico de ineptitud nacional. Sin descartarlo, ahora resulta que, en Washington, los que presumen de cortar el bacalao dan los mismos palos de ciego. ?Y si no fuera eso? Perdonen mi suspicacia, pero B¨¢rcenas y Torres nos han ense?ado a desconfiar de las informaciones contradictorias que se sirven en peque?as dosis.

El tortuoso hilo argumental de esta alternancia de palos y zanahorias desemboca en el incondicional sufrimiento de los espa?oles. Porque s¨ª, porque es lo que hay, porque no se puede hacer otra cosa. Y yo me pregunto, ?por qu¨¦? Ahora que todos podemos divorciarnos, y por muchos a?os, con las bendiciones del Tribunal Constitucional, ?por qu¨¦ tenemos que seguir encadenados a los intereses de la banca alemana? ?Qu¨¦ pasar¨ªa si decidi¨¦ramos divorciarnos, salir del euro, incluso de la UE? Si empezamos de cero, al menos seremos pobres por nosotros mismos, y no para que otros se forren con nuestra pobreza. ?Es eso lo que teme el FMI? Soy consciente de que a lo peor acabo de escribir una burrada, pero tampoco resultar¨ªa tan grave. Otras han comparado los escraches con el nazismo, y no dimiten ni a la de tres.