Ping¨¹inos
Entre los seres vivos hay m¨¢s estrategias de supervivencia basadas en la solidaridad que en la depredaci¨®n
Los humanos somos tan elementales como cobayas. Siria lleva largo tiempo chapoteando en un lago de sangre, pero sus muchos muertos nos la refanfinflan. Las pobres v¨ªctimas de Boston, en cambio, nos han impactado, y hemos seguido la feroz caza del sospechoso con vengativo inter¨¦s. Es injusto, desde luego, pero es l¨®gico, porque pertenecemos a la misma tribu que los bostonianos y sus bombas pueden ser ma?ana nuestras bombas. En cualquier caso, ni las piernas mutiladas en la marat¨®n ni la persecuci¨®n implacable del checheno animan a pensar en la bondad humana. Son sucesos que fomentan el desconsuelo y reafirman el cuento de que el hombre es un lobo para el hombre. As¨ª que tal vez sea el momento de decir que, en efecto, somos como lobos, y menos mal, porque son animales que cuidan amorosamente de sus cr¨ªas, de sus viejos, de sus enfermos. O sea: lo que impera entre nosotros, pese a las apariencias, es el esp¨ªritu de cooperaci¨®n; por eso hemos podido construir sociedades, leyes, civilizaciones. Justamente porque no estamos hechos para el Mal es por lo que nos horroriza tanto. Confundidos por nuestro propio susto, llegamos a creer que la Naturaleza es siempre cruel, cuando no es cierto: entre los seres vivos hay m¨¢s estrategias de supervivencia basadas en la solidaridad que en la depredaci¨®n. Recuerden lo de los ping¨¹initos de la Ant¨¢rtida; cuando salen del huevo, los pollos, que apenas son una bola de pelusas con media neurona (su estupidez es famosa), se quedan solos y a la intemperie mientras sus padres pescan. La temperatura, -70 grados, los congelar¨ªa en un minuto. Pero los ping¨¹initos, que son miles, se juntan instintivamente en apretados grupos para darse calor, y permanecen rotando todo el tiempo para que las cr¨ªas del per¨ªmetro exterior solo est¨¦n expuestas al fr¨ªo unos segundos. As¨ª que ¨¢nimo, calma, entereza. Porque, por muy desastrosos que seamos los humanos, no seremos mucho peores que un ping¨¹ino
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