Libros para padres y madres sobre padres, madres y ni?os

Me alucina la sutileza de este ilustrador alem¨¢n al plasmar en n¨ªtidas im¨¢genes la llegada de un hijo en la vida de una pareja. Concretamente, en la relaci¨®n que establecen el padre y el beb¨¦ y con las distintas estancias del piso y la calle como escenarios.Una ilustraci¨®n por p¨¢gina en un formato de ¨¢lbum apaisado que, digo yo, solo puede beber de la experiencia propia. Se lo regalaron al padre de mis hijas cuando naci¨® la mayor y yo lo regalo siempre que un amigo se convierte en padre. Por la simpleza, intensidady emoci¨®n que transmiten las im¨¢genes, que casi desprendenolor y sonido, y porque los padres son los grandes olvidados en la avalancha de regalos que suelen catapultar una habitaci¨®n de hospital cuando nace un enano.

Con Gl¨°ria escribimos /dibujamos a cuatro manos los exitosos post Esas posturas taaaaan de madre, padre y finalmente de hijo. Cuando trabaj¨¢bamos en el primero ella ultimaba su primer libro, una cr¨®nica descarnada, tierna, llena de humor, autocr¨ªtica, valientey llena de informaci¨®n ¨²til sobre el embarazo. Lo he regalado decenas de veces, es el libro de embarazo que me hubiera gustado que me regalaran cuando pas¨¦ por ello. A todo el mundo le encanta. Del l¨¢piz de Gloria igual sale el duelo de un aborto como la escena de 37 familiares sugiriendo nombres, hasta un qu¨¦ se siente (y con qu¨¦ objetos secompara) al ver por primera vez un feto de un cent¨ªmetro.

Una historia verdadera en el Londres de los a?os cincuenta. Es el subt¨ªtulo (no s¨¦ si original) de esta interesante y amena novela autobiogr¨¢fica sobre la experiencia de una jovenc¨ªsima comadrona en Poplar, un barrio pobre hasta no poder m¨¢sdel este de Londres en los cincuenta. A trav¨¦s de las parturientas que atendi¨® y sus familias, la protagonista, Jenny Lee explica c¨®mo se (mal)viv¨ªa y se par¨ªa en diminutos pisos que llevaban una d¨¦cada en ruina, hechos polvo como hab¨ªan sobrevivido a la guerra. Las breves pero intens¨ªsimas relaciones que establec¨ªa la comadrona con las parturientas y sus maridos, hijos y dem¨¢s familiares, sirven para explicar el modo de vida en aquella ciudad siempre cubierta por la niebla. El fr¨¢gil pero eficiente sistema de salud p¨²blica (sustentado en parte por la Iglesia), las relaciones entre las parejas, lavida de los chavales (que trabajaban desde bien peque?os),los oficios de los muelles, al transporte, algo de pol¨ªtica,alimentaci¨®n,el origen del orgullo del Eastend y sudialecto... Una historia que, me consta, viven con pasi¨®n las comadronas, sobre todo la generaci¨®n de hoy veteranas que vivi¨® la medicalizaci¨®n de los partos.Incre¨ªble la historia de la guap¨ªsima e inmutable Conchita Warren, una espa?ola que no hablaba ni papa de ingl¨¦s y tuvo 25 hijos de los que se val¨ªapara comunicarse con su marido ingl¨¦s. Bestial el relato de c¨®mo Conchita evita que se lleven al prematuro que acaba de parir tras morir casi de fr¨ªo al caer en el patio por culpa de la niebla. De c¨®mo lo evita y c¨®mo no se separa ni un minuto de ¨¦l durante meses (piel con piel) hasta que lo saca adelante.

No s¨¦ qu¨¦ tendr¨¢n estos tiempos modernos, que a muchas mujeres nos surge, a la vez que el instinto maternal, el instinto bloguero. Bit¨¢coras de madres las hay a cientos, pero sin duda, mis preferidas, son las que cuentan en primera persona y con humor esos momentos en los que quisiste llorar o gritar o las dos cosas -o de hecho, lo hiciste-. El de Eva Quevedo es uno de los primeros blogs maternales que conoc¨ª, y que luego se ha convertido en libro. Relata con much¨ªsima gracia esa man¨ªa maternal de darle vueltas a las cosas mientras el marido duerme tranquilamente, o lo que est¨¢s dispuesta a hacer por conservar a la Mary Poppins que ha entrado en tu vida. Tan identificada te sientes a veces que parece que Eva ha pasado por tu casa y te ha espiado por el agujero de la cerradura.

Este no es el libro de una madre bloguera, sino de una hija bloguera que fue publicando, al principio de forma an¨®nima, divertid¨ªsimos posts sobre esas frases que le dec¨ªa una madre de esas con car¨¢cter, de las de "como tenga que ir yo...", "como sigas llorando, te voy a dar una raz¨®n para que llores de verdad", o el famoso "t¨®mate el zumo que se les van las vitaminas". Unas frases grabadas a fuego que luego descubri¨® que no solo se dec¨ªan en su casa y en su Pamplona natal, sino que hijos e hijas de todo el mundo se identificaban con ellas. Unas frases que todos prometimos no usar y que ahora, cuando somos padres, descubrimos entre horrorizados y divertidos que se nos escapan, y que, en fin... son tan ¨²tiles... Para volver a recordar nuestra ni?ez y a nuestros padres, y reflexionar en qu¨¦ tipo de padres nos hemos convertido.

?Qu¨¦ pasa cuando dejas a tu peque?¨ªn en la guarde y se cierra la puerta? ?C¨®mo se las apa?an los educadores con 8 beb¨¦s, o hasta 20 ni?os de menos de 3 a?os si t¨² en casa no puedes ni con uno? ?Por qu¨¦ se lo comen todo, incluso las verduras? Nuestro compa?ero de blog, Javier, se ha sumergido durante medio a?o en el mundo de las escuelas infantiles para contestarnos a todas estas preguntas y mostrarnos mucho m¨¢s.

Una de las mayores preocupaciones de los padres con ni?os peque?os. Un libro escrito por uno de los pediatras m¨¢s conocidos, y que explica, con sentido com¨²n y humor, que en realidad no es que tu hijo no coma, sino que simplemente, no se come la cantidad ingente que t¨² pretendas que coma, y que, ofreci¨¦ndole una alimentaci¨®n variada a sus horas, no se va a morir de hambre. En fin, un libro para conseguir unas pautas saludables y quitarte muchos miedos de la cabeza. Aunque cuesta.