Clandestinas
La reforma de la ley del aborto afectar¨¢ a la consideraci¨®n de las mujeres m¨¢s de lo que imaginamos
Volver a los tiempos anteriores a 1985. Convertir a un n¨²mero nada desde?able de mujeres en delincuentes. Aumentar la angustia de su decisi¨®n personal con la amenaza de un castigo legal. Obligarlas a viajar al extranjero. Arrojarlas a la clandestinidad. Privarlas de una mayor¨ªa de edad conquistada a partir de la muerte de Franco poniendo en manos de otros decisiones que afectar¨¢n a su futuro. Condenarlas incluso a traer a este mundo a un ser no dotado para la felicidad o sumido en el dolor sabiendo que el Estado no las va a proteger en su desgracia. Todo en nombre de la moral cat¨®lica. Del sector m¨¢s intransigente de esa religi¨®n que se habr¨¢ de saltar sin titubeo sus propios mandamientos, como siempre ha sido, cuando precisen que a una de sus j¨®venes se les practique un aborto. Todo bajo cuerda. Todo a escondidas. Todo siniestro. Esta es la reforma de la ley que ronda en la cabeza del Ruiz-Gallard¨®n que, libre ya de su antiguo disfraz de conservador razonable, est¨¢ decidido a pasar a la historia como un ministro reaccionario. Al principio de su mandato se especulaba con que don Alberto se escoraba a la derecha para demostrar pureza de sangre y hacerse querer. Bobadas, uno se define a s¨ª mismo por sus actos.
Y mientras la libertad de las mujeres est¨¢ en juego, el Papa amigo de los pobres le susurra al o¨ªdo a Rajoy que la ley de plazos no puede mantenerse, y los obispos se atreven con declaraciones imaginativas, como esta ¨²ltima del obispo de Alcal¨¢ que ha informado de que existe una conspiraci¨®n mundial para disminuir la poblaci¨®n en la que participan desde la ONU a todas aquellas ONG que ayudan a la infancia desamparada, pero en plan tapadera.
La reforma afectar¨¢ a la consideraci¨®n de las mujeres m¨¢s de lo que imaginamos. Habr¨¢n surtido efecto los escraches que desde hace a?os soporta la cl¨ªnica Dator de Madrid.
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