El deslugar
La regresi¨®n que estamos viviendo en Espa?a presenta esa dimensi¨®n est¨¦tica: la avalancha de lo feo
Chagall se sum¨® con ilusi¨®n a la revoluci¨®n sovi¨¦tica en sus primeros tiempos. Abri¨® gratis a la gente su taller art¨ªstico y hombres y mujeres pintaron caballos de colores para engalanar los balcones el primero de Mayo. Pero al a?o siguiente, los bur¨®cratas trasladaron al pintor la consigna de que en lugar de caballos en las pancartas deber¨ªan figurar los retratos de los nuevos dirigentes, con trazos monocromos y el rictus grave de la mirada hist¨®rica. La multitud coreaba los nombres de los rostros severos, pero los ojos a?oraban los caballos de colores. En La vida simple, Sylvain Tesson, lanza una tesis inquietante: ¡°La avalancha de los pueblos hacia lo feo fue el principal fen¨®meno de la mundializaci¨®n.¡± La regresi¨®n que estamos viviendo en Espa?a presenta tambi¨¦n esa dimensi¨®n est¨¦tica: la avalancha de lo feo. En la pobreza, el tama?o de la fealdad es peque?o. La gran fealdad cuesta una pasta. En todos los registros de mansiones y guaridas de corruptos hay una coincidencia: aparecen piezas de animales disecados. Los cad¨¢veres de los caballos de colores. No me extra?a que la nueva insurgencia art¨ªstica elija como materia prima las bo?igas. En los centros financieros de las ciudades habr¨ªa que erigir grandes monumentos de excrementos. La modesta utop¨ªa de la transici¨®n era transformar el deslugar inh¨®spito y feo en un lugar amable, c¨ªvico, de pol¨ªtica decente, preservada de los depredadores. Pero esa laboriosa tarea est¨¢ siendo destruida cada d¨ªa por la avalancha de lo feo, en un proceso de deforestaci¨®n mental, que parece ir ocupando todo. Hay incluso quien pone los huevos para que el futuro sea el kitsch de Aguirre y su capitalismo can¨ªbal. Por eso el 2 de Mayo ya lo han celebrado jubilando a la fuerza a 700 m¨¦dicos en Madrid. Solo un gran pacto, que incluya a catalanes y vascos, puede frenar el dopaje de Espa?a como un deslugar.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.