Jorge Lanata: el azote de los Kirchner

El periodista que se dedica a desenmascarar a los pol¨ªticos de Argentina duerme con una m¨¢scara. Padece una apnea de sue?o, ronca con fuerza y a veces su respiraci¨®n se detiene durante algunos segundos. Por eso el kinesi¨®logo le indic¨® que durmiera con una BiPAP: una careta como la que usaba en medio del aire torrencial Pete Mitchel, ¡°Maverick¡±, el teniente aviador interpretado por Tom Cruice en la pel¨ªcula Top Gun. ¡°?Te imagin¨¢s lo que es ponerse eso en la jeta todas las noches? Es incomodo. Pero ya me acostumbr¨¦¡±, dice Jorge Lanata (Mar del Plata, 1960), quien tambi¨¦n se ha visto afectado por la diabetes, la hipertensi¨®n y la insuficiencia renal.

Su alta y frondosa figura, sin embargo, alcanza y sobra para tapar su fr¨¢gil salud. Todos los domingos por la noche, adem¨¢s, refuerza la contundencia con la que presenta en su programa de televisi¨®n las investigaciones period¨ªsticas que sacuden o indignan o conmueven (o todo al mismo tiempo) al pa¨ªs gobernado por Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Pero detr¨¢s de sus kilos de m¨¢s, de su andar de ping¨¹ino, de sus gafas de pasta y de su barba rala cada vez m¨¢s blanca, se esconde, seg¨²n ¨¦l mismo, ¡°un hombre t¨ªmido, inseguro, que odia las fiestas y reuniones. Porque soy medio f¨®bico cuando hay mucha gente, ?viste?¡±

Quiz¨¢ el poder me odie m¨¢s que nadie. Pero est¨¢ bien, porque yo trabajo para eso, '?entend¨¦s?"

Un d¨ªa antes de que recogiera el Premio Internacional que le otorg¨® la Academia de Televisi¨®n de Espa?a a finales de abril (¡°por su denuncia permanente de la clase pol¨ªtica corrupta y su defensa de los m¨¢s d¨¦biles en el programa Periodismo Para Todos que se emite actualmente en el prime time del canal 13 de Argentina¡±), Lanata estaba en una de las habitaciones del quinto piso del Hotel Ritz de Madrid, apestosa a cigarrillo, revisando los mensajes de su correo electr¨®nico en un ordenador port¨¢til color gris. La puerta del minibar estaba abierta y exhib¨ªa un par de cocacolas ligth vac¨ªas y otra de agua t¨®nica a medio consumir. Sobre una de las dos camas estaba una maleta azul marino abierta y casi vac¨ªa. La pantalla de plasma sintonizaba un magac¨ªn matutino y desde el balc¨®n pod¨ªa apreciare, soberbia e iluminada por el sol, la fuente de Neptuno. Sentado en una inc¨®moda silla de madera muy bien tapizada, este hombre de tirantes y corbatas estridentes hablaba, cigarro en mano, junto a una peque?a copa llena de agua. Cada tanto beb¨ªa un trago o encend¨ªa otro pitillo y terminaba la mayor¨ªa de sus frases con un ¡°?me entend¨¦s?¡±

JORGE ERNESTO LANATA ?LVAREZ cursaba el sexto grado en el Colegio San Mart¨ªn de Avellaneda cuando la profesora le encarg¨® a todo el grupo una redacci¨®n acerca del escritor Conrado Nal¨¦ Roxlo (1898-1971), famoso en Argentina por el sentido del humor que impregnaba buena parte de su obra. El ni?o de 11 a?os busc¨® en las enciclopedias datos sobre el autor y lo que encontr¨® le pareci¨® ¡°cualquier cosa.¡± As¨ª que cogi¨® la gu¨ªa telef¨®nica y unos instantes despu¨¦s marc¨® el n¨²mero que aparec¨ªa delante del nombre del protagonista del texto que preparaba. Don Conrado contest¨® y no dud¨® en responder las preguntas del alumno que a?os despu¨¦s se convertir¨ªa en ¡°el periodista m¨¢s amado y odiado de la Argentina.¡±

¡°Esa fue mi primera nota¡±, se ufana ahora. Despu¨¦s, con el arrojo de la adolescencia, fue a pedirle trabajo al gerente de Radio Nacional de Argentina y entre los redactores del Servicio Informativo de la emisora no tard¨® en aprender las claves del oficio. Pero el atrevimiento, la creatividad y la desmesura que lo caracterizan se consolidar¨ªan en 1987 al fundar, con 26 a?os de edad, el peri¨®dico P¨¢gina/12, emblema (a principios de los noventa) de los progresistas, con un estilo desenfadado, audaz, ir¨®nico e inteligente, contracultural y de altos vuelos narrativos. ¡°Despi¨¦rtese con P¨¢gina/12. El diario sin desperdicio¡±, dec¨ªa su primera campa?a de publicidad. ¡°Porque ten¨ªa pocas p¨¢ginas, porque no ten¨ªamos para comprar papel¡±, aclara.

Fue director del diario durante casi una d¨¦cada. ¡°Y tuvimos varios hitos. Por ejemplo el d¨ªa que hicimos una tapa en blanco, por el indulto del presidente Menem a los que participaron en la dictadura, y yo escrib¨ª un texto en el que dec¨ªa que la memoria de un pa¨ªs no pod¨ªa quedar en blanco. Que incluso, en una hoja blanca como esa, hab¨ªa imperfecciones, hab¨ªa pelitos, hab¨ªa manchas¡­ y que lo mismo pasaba en la memoria de la gente. Despu¨¦s, bueno¡­ hicimos un diario que se llam¨® Amarillo/12. Le cambiamos la marca. Porque Menem dijo que ¨¦ramos periodistas amarillos y, entonces, le compramos papel a la gu¨ªa de tel¨¦fonos e hicimos un diario amarillo. Menem, en aquella ¨¦poca, jugaba mucho todo tipo de deportes. Y otro d¨ªa le cambiamos la marca al diario y le pusimos Pelota/12. Y toda la tapa estaba deportivisada y la foto era de Menem y el titulo era: ¡°Oferta del Napoli.¡± Al d¨ªa siguiente, me llama el distribuidor y me dice: ¡°?a qui¨¦n le liquidamos los ejemplares?¡± Pues a nosotros. ¡°No, es que no dice P¨¢gina/12 por ning¨²n lado.¡± Y, claro, yo no me di cuenta, pero fue la primera vez en la historia que se hizo un diario que cambi¨® la marca estando en la calle. S¨ª, fue divertida toda esa ¨¦poca.¡±

Pero en la vida de Jorge Lanata hay ¨¦pocas que no fueron tan divertidas.

CUANDO FALATABAN 15 MINUTOS PARA QUE TERMINARA EL A?O 1997, Jorge Lanata estaba solo, en medio del silencio de su piso de 250 metros cuadrados, en la planta 26 de un edificio del barrio porte?o de Belgrano, con unos gramos de coca¨ªna, un champ¨¢n franc¨¦s, un paquete de cigarrillos medio vac¨ªo y una pistola calibre 38 sobre su mesa. Llevaba meses sumido en una profunda depresi¨®n porque sent¨ªa que sus compa?eros de P¨¢gina/12 lo hab¨ªan traicionado y no hab¨ªan hecho algo para impedir su salida del diario. Por eso quer¨ªa matarse. Quer¨ªa, pero no lo hizo.

Era la segunda vez que intentaba suicidarse. Ya lo hab¨ªa hecho a los 12 a?os, cuando sent¨ªa que ten¨ªa la infancia m¨¢s desdichada del mundo y ya no pod¨ªa aguantar ver a su madre sin poder hablar, sin poder moverse, sin poder abrazarlo, sin jugar con ¨¦l. Y sin tener una fiesta de cumplea?os, ¡°porque siempre me dec¨ªan: ¡°cuando mam¨¢ est¨¦ mejor.¡± Y mam¨¢ nunca estaba mejor.¡± Entonces cogi¨® un pu?ado de pastillas de su madre (¡°ten¨ªa muchas¡±), pero su t¨ªa se dio cuenta a tiempo y lo llev¨® con el m¨¦dico. Luego, a los 13 a?os, se escap¨® de casa y estuvo viviendo varios d¨ªas en la calle.

An¨¦cdotas tan personales y tan fuertes como estas se cuentan con detalles en Lanata. Secretos, virtudes y pecados del periodista m¨¢s amado y m¨¢s odiado de la Argentina (Editorial Margen Izquierdo), que Luis Majul public¨® en diciembre pasado. Majul es un periodista de radio y televisi¨®n en Argentina y autor de varios libros sobre asuntos pol¨ªticos y econ¨®micos del pa¨ªs sudamericano, casi todos convertidos en ¡°s¨²per ventas.¡± Entrevist¨® en 15 ocasiones a Jorge Lanata (un material que suma 24 horas de grabaci¨®n), habl¨® con sus familiares, amigos y enemigos y realiz¨® una biograf¨ªa de m¨¢s de 400 p¨¢ginas, cuyos cap¨ªtulos tienen t¨ªtulos como ¡°Suicidio¡±, ¡°Mam¨¢¡±, ¡°Coca¨ªna¡±, ¡°Rock¡±, ¡°Dinero¡±, ¡°Muerte¡±, ¡°Quiebra¡±, ¡°Decepci¨®n¡± y ¡°Revancha¡±.

Lanata sab¨ªa que, adem¨¢s de Majul, otros periodistas ten¨ªan la intenci¨®n de escribir su vida. Y entonces reflexion¨®: ¡°entre que la escriba un hijo de puta que no conozco o la escriba un hijo de puta que conozco, prefiero que la escriba un hijo de puta que conozco.¡± As¨ª que accedi¨® a contarle sus ¡°cosas¡± p¨²blicas y privadas y su lado oscuro y abrirle la puerta de ¡°otras fuentes¡±. En lo que se ha llegado a calificar como un sincericidio, revel¨®, entre otras cosas, que durante diez a?os fue adicto a la coca¨ªna ¡°de la buena¡±, porque gracias eso sigue vivo, porque consumiendo ocho gramos diarios ¡°de la mala¡± qui¨¦n sabe¡­ Que el proceso de desintoxicaci¨®n en Estados Unidos fue ¡°muy doloroso.¡± Que le encantan las mujeres y el despilfarro financiero. Que ha vivido ¡°grandes aventuras¡± al lado de los rockeros Charly Garc¨ªa y Fito Paez. Que acept¨® dinero de un ex guerrillero para echar a andar P¨¢gina/12. Y que aceptar¨ªa la candidatura a la presidencia de Argentina si, y s¨®lo s¨ª, el pa¨ªs estuviera envuelto en una crisis como la de 2001-2002.

Con sus intimidades, el periodista de las grandes ideas y proyectos desat¨® el boom editorial. El libro ya va por la quinta edici¨®n, pero Lanata asegura que no lo ha le¨ªdo. ¡°Porque para m¨ª ha sido muy bueno. Sano. A m¨ª me influye mucho lo que dice todo el mundo de m¨ª. Y cada vez hablan m¨¢s de m¨ª porque cada vez soy m¨¢s popular. Entonces, yo hace tiempo que dej¨¦ de leer las notas que escriben de m¨ª. Vos fijate: es bueno para estar tranquilo. Me propusieron que yo escribiera el libro. Y dije que no, porque no me estoy por morir. Lo que hice fue tomar la decisi¨®n de hablar y le cont¨¦ todo a Majul. No me import¨® y cont¨¦ las barbaridades m¨¢s grandes. ¡°Vos me grab¨¢s y lo escrib¨ªs¡±, le dije. El libro sali¨® y, en general, me han dicho que el libro no est¨¢ mal. Que es muy chismoso, pero que no es malo. Pero, ?para qu¨¦ lo voy a leer si no me va a gustar? No tiene sentido, ?me entend¨¦s? Ahora, para m¨ª fue bueno colaborar con el libro porque fue cat¨¢rtico: cont¨¦ todo y me liber¨¦ de todo, ?me entend¨¦s? Y me parece que es sano que yo no haya tenido la curiosidad de leerlo. Los dem¨¢s no van a influir en mi relaci¨®n con el p¨²blico, escriban lo que escriban. No me importa. ?Para m¨ª fue readulto no leer el libro!, ?me entend¨¦s? Eso fue¡±, dice Lanata y enseguida enciende otro cigarrillo con un mechero ba?ado en oro.

EN LA PANTALLA DEL TELEVISIOR HAY UN MEDIO PLANO. Es una ni?a de la provincia de Tucum¨¢n. Tiene ocho a?os, la piel morena, el pelo rizado y una mochila colgada en los hombros. Est¨¢ en la puerta de su improvisada casa, lista para ir al colegio.

¡ª?Qu¨¦ comiste ayer a la noche? ¡ªle pregunta una reportera.

¡ªNada ¡ªresponde la ni?a y al instante le brotan las l¨¢grimas y comienza a enjug¨¢rselas con la mano derecha¡ª No he comido nada, no tenemos nada.

¡ªY cuando seas grande, ?qu¨¦ quer¨¦s ser?

¡ªNada.

Era el a?o 2003 y, mientras aumentaban los niveles de pobreza (y desnutrici¨®n) de su poblaci¨®n, Argentina destinaba la mayor parte de su presupuesto a pagar la deuda externa. La ni?a que apreci¨® en el reportaje televisivo se llama B¨¢rbara Flores y se convirti¨® en un s¨ªmbolo de las repercusiones de las pol¨ªticas adoptadas por el pa¨ªs para ¡°salir del hoyo.¡± Dice Jorge Lanata que fue ¡°la primera vez¡± que vio llorar a alguien por hambre y que, adem¨¢s, ¡°Barbarita¡± lo conmovi¨® tanto porque su hija se llama igual y cualquiera, en toda Argentina, podr¨ªa estar en esa situaci¨®n pues el pa¨ªs s¨®lo se dedicaba a pagar los destrozos de ¡°la crisis del corralito.¡± Entonces tuvo la idea de hacer un documental al respecto. Fue a Washington para contarles a los se?ores del Banco Mundial lo que ocurr¨ªa en su pa¨ªs. Tambi¨¦n a Suiza, al Foro Econ¨®mico Mundial de Davos, para preguntarles a ¡°los poderosos¡± si pod¨ªan dormir tranquilos mientras asfixiaban a naciones enteras con sus acciones de capitalismo salvaje. El documental se llam¨® Deuda y con su estreno, en 2004, Jorge Lanata empez¨® a ser comparado con Michael Moore.

Michael Moore es ingenuo. No lo llamo tonto, lo llamo ingenuo. Es muy optimista sobre el futuro. Yo soy sudamericano"

¡°Naaa. Yo soy distinto a ¨¦l. Yo lo que digo es que Michael Moore es el Lanata norteamericano. [r¨ªe] No. Es distinto: yo soy un tipo que viene del periodismo impreso. Hice diarios y revistas y despu¨¦s entr¨¦ a los electr¨®nicos. Moore no. Moore es un tipo de los electr¨®nicos. Pero, aparte, yo creo que Moore es muy norteamericano. Muy, muy. Hay una pel¨ªcula sobre las armas en donde ¨¦l va a hablar con los Walmart para tratar de convencerlos de que no vendan armas. Esa es una actitud totalmente americana. Yo soy argentino, yo soy m¨¢s c¨ªnico. O sea: yo nunca ir¨ªa a tratar de convencer a Walmart de que no venda armas, ?me entend¨¦s? Moore es ingenuo, para m¨ª. Yo lo respeto, ?eh? No lo llamo tonto, lo llamo ingenuo. Es como muy optimista con respecto al futuro. Yo soy sudamericano. O sea: yo vivo en Vietnam, no en Estados Unidos. Moore vive en Estados Unidos. Yo vivo en el L¨ªbano. O sea: vivo en otro lado, ?me entend¨¦s?¡±

¡ªY diez a?os despu¨¦s, ?sabe qu¨¦ pas¨® con Barbarita?

¡ªEst¨¢ grande ahora. Estuvimos con ella el a?o pasado. La usaron pol¨ªticamente, al padre le dieron trabajo en la Casa de Gobierno, ?viste? A ella trataron de cooptarla. No est¨¢ bien, pero est¨¢ mejor de lo que estaba antes. La us¨® el kirchnerismo para decir que le hab¨ªan dado una computadora, que finalmente nunca le lleg¨®. La gente pobre tiene esa cosa del clientelismo.

ENVUELTO EN LA POL?MICA, LANATA OSCILA ENTRE EL PERIODISMO Y EL SHOW. Ha escrito libros-reportaje, cuentos y novelas. Ha participado en una pel¨ªcula, en una obra de teatro, en una telenovela y en un v¨ªdeo musical. Incluso, dirigi¨® del videoclip ¡°La argentinidad al palo¡± del grupo de rock Bersuit. ¡°Lo del teatro fue divertido. ?Me parec¨ªa incre¨ªble! No es que yo me quiera dedicar a eso. No. Si yo hubiera querido ser actor, lo ser¨ªa. Fue un juego que dur¨® tres meses. Al mes, yo ya estaba arrepentido porque hay un esfuerzo f¨ªsico grande en hacer teatro. ?Te cansa! Aparte, yo estaba dirigiendo el diario [Cr¨ªtica] e iba del diario al teatro todos los d¨ªas. O sea: estaba realmente cansado. Y lo otro¡­ Yo, por mi generaci¨®n, soy amigo de muchos pibes del rock: de Charly, de Fito, de Andr¨¦s Calamaro¡­ y aparezco en sus videoclips porque me llaman, porque los conozco desde hace 30 a?os. Son tipos de mi edad que vienen a comer a mi casa, los conozco mucho. Yo hago de todo. A ver: yo no creo en los g¨¦neros. Yo creo que lo importante es decir algo. Si vos ten¨¦s algo para decir, el g¨¦nero es una cuesti¨®n de t¨¦cnica. Vos pod¨¦s hacerlo en teatro, en cine, en televisi¨®n, en radio. Ahora, si vos me dec¨ªs qu¨¦ es lo que hago yo verdaderamente: yo escribo. Yo escrib¨ª desde los 12 a?os hasta ahora. O sea: eso es lo que yo hago. Tengo 12 libros. Lo dem¨¢s, a m¨ª, me sale. Pero no es lo que yo soy, ?me entend¨¦s?¡±

Despu¨¦s de ser director de P¨¢gina/12, Lanata transit¨® por las revistas, la radio y la televisi¨®n. Tambi¨¦n, en 2008, fund¨® otro peri¨®dico: Cr¨ªtica, ¡°el ¨²ltimo diario de papel.¡± Pero este proyecto, que aspiraba a superar a P¨¢gina/12, quebr¨® a los tres a?os de estar en la calle. ¡°A la semana que el diario sali¨® me dijeron: ¡°N¨¦stor [Kirchner] dice que los va a fundir.¡± N¨¦stor, en ese momento, ya era ex presidente. Y nos boicotearon todos los anuncios del Estado. Los ministros, ?personalmente!, llamaron a los avisadores privados para pedir que nos levantaran los avisos. En tres a?os perdimos seis millones de d¨®lares. Yo me fui un a?o antes de que cerrara. Porque era imposible hacer un diario con un gobierno boicote¨¢ndote. No pens¨¦ que N¨¦stor se iba a poner en nuestra contra de esa manera. Era una pelea muy dispareja. Y, finalmente, el diario cerr¨®.¡±

Con el paso del tiempo y con el arraigo del ¡°kirchnerismo¡±, se especializ¨® en exhibir la corrupci¨®n y el cinismo de los miembros de la c¨²pula del poder de Argentina. Y ahora su trinchera es el Grupo Clar¨ªn, el mismo emporio medi¨¢tico con el que compiti¨® (y denost¨®) durante muchos a?os y hoy se encuentra enfrascado en una ardua batalla contra el gobierno por la nueva Ley de Medios que, seg¨²n sostienen sus integrantes, intenta desmembrar la empresa. Ocurre, entonces, que el periodista se ha adaptado a los ¡°nuevos tiempos¡± haciendo alarde de su pragmatismo. ¡°Mir¨¢: hoy el 80% de los medios de Argentina est¨¢n, directa o indirectamente, vinculados con el gobierno. O sea: no queda casi nada. En el caso de la televisi¨®n, el ¨²nico canal que no tiene relaci¨®n con el gobierno es el Canal 13, del Grupo Clar¨ªn. O sea: tampoco tengo muchos lugares donde trabajar. Yo he sido muy cr¨ªtico con Clar¨ªn, s¨ª. Pero tengo que reconocer que eran m¨¢s los prejuicios que yo ten¨ªa hacia ellos, que los que ellos ten¨ªan hacia a m¨ª. Porque estando ah¨ª adentro, yo no he tenido ning¨²n problema. Y puedo hacer lo que tengo ganas de hacer. Ahora, hay dos maneras de ver esto: una es la que vos dec¨ªs: yo termin¨¦ trabajando con mi enemigo. La otra es: mi enemigo tuvo que llamarme. O sea: ellos terminaron llamando al tipo que m¨¢s los atac¨®. Porque me necesitaban. Y yo los necesitaba a ellos. ?Fue un milagro que produjo el kirchnerismo! Y como hoy nuestros objetivos coinciden, estoy ah¨ª. Pero yo soy yo m¨¢s all¨¢ de Clar¨ªn. Yo no nac¨ª ah¨ª ni voy a terminar ah¨ª. Pasado ma?ana, Clar¨ªn se puede arreglar con el pr¨®ximo gobierno y me echa. Mir¨¢: yo no trabajo porque creo que me quieran, ?eh? En ninguna empresa vos trabaj¨¢s por amor. Es un trabajo. Y a m¨ª lo que me importa es hacer el programa que tengo ganas. A m¨ª me dijeron: te ofrezco el canal m¨¢s importante de la Argentina. Y yo no les iba a decir que no. ?Ni en pedo! ?C¨®mo voy a decir que no? Yo trato de hacer ah¨ª lo que pueda. Y cuando no me dejen, me voy. Yo hoy realmente no necesito estar en la televisi¨®n. Yo podr¨ªa vivir de los libros. Yo he tenido libros de medio mill¨®n de ejemplares vendidos. Acabo de firmar un contrato muy grande con Planeta. Realmente estoy en la televisi¨®n porque me gusta, pero no necesito estar. Voy a estar mientras tenga ganas y mientras me dejen. Cuando me empiecen a joder me ir¨¦.¡±

Desde la pantalla del Canal 13, Lanata se ha convertido en el azote de los Kirchner. Lleva un a?o emitiendo, los domingos por la noche, Periodismo Para Todos, donde conjuga la denuncia con el show. El nombre del programa es una r¨¦plica al discurso de la presidenta Cristina Fern¨¢ndez, quien constantemente dice que debe haber carne para todos, leche para todos, vivienda para todos, escuela para todos, f¨²tbol para todos¡­ As¨ª que Lanata dijo: ¡°que el programa se llame Periodismo Para Todos.¡± El presentador comienza haciendo un mon¨®logo en el que mezcla temas de actualidad con humor. Luego presenta los ¡°informes¡± de sus investigaciones period¨ªsticas llenos de entrevistas y documentos (y hasta c¨¢maras ocultas). Se ocupa, por ejemplo, de la financiaci¨®n estatal al futbol, las miserables viviendas del Gran Buenos Aires, la inflaci¨®n desbordada, la inseguridad, la educaci¨®n, las tragedias provocadas. Se regodea exhibiendo a los corruptos y su esfuerzo se centra en imponer un tema en la agenda nacional cuyo impacto la haga arder.

¡ª?El periodismo tambi¨¦n es un show?

¡ªMir¨¢: yo no estoy en contra de la noci¨®n de entretenimiento en los medios de comunicaci¨®n. A m¨ª me parece que todo depende los elementos que uses para entretener. Si vos us¨¢s elementos bastardos para entretener, est¨¢ mal. Pero si vos respet¨¢s al p¨²blico, a mi me parece buen¨ªsimo entretener. El sentido del humor lo he usado en toda mi carrera. Porque para m¨ª es parte de la inteligencia cr¨ªtica. Hay que saber re¨ªrse. De uno y de los dem¨¢s. Y en el caso de la pol¨ªtica es devastador. Porque el sentido del humor es popular. Tiene lo que no tiene el discurso pol¨ªtico, que es m¨¢s cr¨ªptico. Es una buena manera de llegar al gran p¨²blico. Vos lleg¨¢s a trav¨¦s de eso y despu¨¦s cont¨¢s lo que quer¨¦s contar.

¡ª?Y haciendo eso, el periodismo no corre peligro de caer en la demagogia?

¡ªCuando hac¨¦s lo que la gente quiere, s¨ª. Pero no estamos para eso. Y en ese sentido la televisi¨®n es muy cruel porque la televisi¨®n est¨¢ regulada por el minuto a minuto. Pero a m¨ª eso me importa un carajo. Ahora, obviamente, cuando el programa termina, a m¨ª me traen la planilla. Porque yo vivo en una selva en la cual el idioma es el raiting. No puedo ignorarlo. Pero no me dicta el contenido. Yo cuento lo que yo creo que es cierto, ?me entend¨¦s? No lo que la gente quiere escuchar. Si no, har¨ªa Gran Hermano o qu¨¦ s¨¦ yo. Tambi¨¦n la gente quiere ver esa basura, pero yo no hago eso. Yo hago el programa que quiero hacer.

El mes pasado denunci¨® una red de lavado de dinero encabezada por uno de los principales socios empresariales del ex presidente N¨¦stor Kirchner, ¡°siempre en euros, porque hay billetes de 500 y son m¨¢s f¨¢cil de transportar y as¨ª hasta se evitaban contar la plata. Y la pesaban. Por eso no lo hac¨ªan en d¨®lares. Porque un mill¨®n de euros pesa un kilo cien gramos y un mill¨®n de d¨®lares pesa diez kilos.¡± El ¨¦xito de audiencia fue exorbitante porque en un pa¨ªs donde la oposici¨®n est¨¢ fragmentada y la presidenta ha vetado las preguntas en las ruedas de prensa y no concede entrevistas, Lanata (y su equipo de periodistas) parece erigirse como la oposici¨®n real. Pero quiz¨¢ esto conlleva un riesgo. Lo se?al¨® el escritor argentino (y amigo de Lanata) Mart¨ªn Caparr¨®s, quien en el blog que mantiene en EL PA?S public¨® una entrada titulada ¡°Honestismo¡± refiri¨¦ndose a que la principal secuela de Periodismo Para Todos es la simplificaci¨®n del debate: ¡°Jorge Lanata lo hizo otra vez. Con 30 puntos de raiting, con millones de personas mir¨¢ndolo, con m¨¢s millones coment¨¢ndolo, su programa dej¨® de ser un programa para transformarse en un fen¨®meno cultural y pol¨ªtico (¡­) [Pero] El honestismo es la tristeza m¨¢s insistente de la democracia argentina: la idea de que cualquier an¨¢lisis debe basarse en la pregunta criminal: qui¨¦nes roban, qui¨¦nes no roban. Como si no pudi¨¦ramos pensar m¨¢s all¨¢. (¡­) La corrupci¨®n existe y hace da?o. Pero tambi¨¦n existe y hace da?o esta tendencia general a atribuirle todos los males. La corrupci¨®n se ha transformado en algo util¨ªsimo: el fin de cualquier debate. (¡­) Nadie arguye que la corrupci¨®n no sea un problema grave. Pero tambi¨¦n es grave cuando se la usa para clausurar el debate pol¨ªtico, el debate sobre el poder, sobre la riqueza, sobre las clases sociales, sobre sus representaciones. (¡­) No digo que no haya que ocuparse de descubrir todos los robos y corruptelas que se pueda. Al contrario ¨Cy aplaudo y agradezco a quienes lo hacen. Pero digo, tambi¨¦n, que si no pensamos la pol¨ªtica m¨¢s all¨¢ de eso, si la pensamos en puros t¨¦rminos de honestos y deshonestos, si la pensamos como un asunto de juzgado de guardia, corremos el riesgo de volver a elegir a la Alianza de De la R¨²a y Chacho ?lvarez. Los argentinos, ya se sabe, somos buenos para volver a tropezar con las mismas piedras.¡±

FUM?N DESDE LOS 13 A?OS (¡°fumo hasta 60 cigarrillos al d¨ªa y los que me piden que lo deje son unos fascistas de la salud¡±), hincha del River (¡°porque mi abuelo jug¨® en el equipo en 1914¡±), m¨¢s delgado (¡°baj¨¦ 25 kilos, dej¨¦ de dializarme y estoy mejor de salud¡±), enemigo de sus antiguos colegas (¡°porque hay una divisi¨®n entre los periodistas: est¨¢n con el gobierno o contra el gobierno¡±), presentador ¡ªtambi¨¦n¡ª de Lanata sin filtro en Radio Mitre y columnista del peri¨®dico Clar¨ªn, Jorge Lanata est¨¢ acostumbrado a los premios. Nacionales e internacionales. ¡°Este de la Academia espa?ola es importante por una cosa curiosa que pas¨®: a m¨ª me present¨® alguien de la competencia. ?No es rar¨ªsimo eso? ?Rar¨ªsimo! Me present¨® a este premio Liliana Parodi, gerente art¨ªstica de otro canal argentino, el Canal Am¨¦rica, que no es mi amiga. Pero se ve que le pareci¨® bueno lo que hice: una nota sobre Mar¨ªa Ovando, una mujer con 12 hijos, analfabeta, muy pobre, a la que se le muri¨® una hija, la m¨¢s peque?a, porque no la lleg¨® a tiempo al hospital. Y la enterr¨® en la ruta por temor a lo que le hiciera su marido. Volvi¨® a su casa y la detuvo la polic¨ªa. El mismo Estado que la ten¨ªa que haber asistido, la detuvo. Fue dos veces v¨ªctima. Y estuvo 20 meses presa. Cuando yo me entero del caso la voy a entrevistar a la c¨¢rcel y a partir de que sali¨® en televisi¨®n, su caso se transform¨® en algo nacional: la justicia reabri¨® la causa y la liber¨® y se reencontr¨® con sus hijos.¡±

¡ªLo dice como si tuviera una sensaci¨®n de poder cuando sus reportajes producen cambios como ese.

¡ªNo puedo decir que sea exactamente una sensaci¨®n de poder. Pero est¨¢ buen¨ªsimo servir para eso. A m¨ª me encanta servir para eso.

¡ª?De qu¨¦ tama?o es su ego?

¡ªEh¡­ dicen que grande. Pero yo no lo veo as¨ª. Yo s¨®lo me fijo en la gente que me quiere, no en la gente que me odia. Pero, afortunadamente, la sensaci¨®n que tengo es que es mucha m¨¢s la gente que me quiere que la que me odia. Much¨ªsima m¨¢s. Quiz¨¢ sea m¨¢s odiado por el poder. Pero est¨¢ bien porque yo trabajo para eso. O sea: yo no trabajo para el poder. Yo tuve la suerte de pelearme con todos los gobiernos. Con Alfons¨ªn, con De la Rua, con Duhalde, con Menem, con Kirchner. Y est¨¢ bien, porque creo que ese es mi rol. O sea: mi rol en la sociedad es estar del lado de la gente y contar que realmente pasa, ?me entend¨¦s?