Pavor al conocimiento

El ministerio de Defensa ha frenado en seco la iniciativa de desclasificar 10.000 documentos que se refieren a hechos que sucedieron entre 1936 y 1968. En esos papeles hay informaci¨®n, por ejemplo, sobre las peripecias que corrieron las unidades militares durante la Guerra Civil o sobre las estrategias de represi¨®n de la dictadura franquista. Se pueden conocer tambi¨¦n las ayudas del r¨¦gimen a las potencias del Eje durante la II Guerra Mundial o los movimientos en la guerra de Sidi Ifni a finales de los cincuenta. Por haber, hay incluso material que recoge las actividades de Radio Espa?a Independiente, La Pirenaica, aquella emisora clandestina que pretend¨ªa contar lo que suced¨ªa en la Espa?a opaca de Franco y que puso en marcha el Partido Comunista en Mosc¨² en 1941, que luego se traslad¨® a Bashkiria y que termin¨® instal¨¢ndose en Ruman¨ªa, donde trabaj¨® unos de los padres de la Constituci¨®n de 1978, Jordi Sol¨¦ Tura.

M¨¢s vale que no se sepa nada, que no se hurgue, que no se investigue, que nada trascienda ni se comente. Para conseguirlo est¨¢n las murallas burocr¨¢ticas y la mayor autoridad en este asunto, el ministro Pedro Moren¨¦s, que ha dicho que no. Hay una ley de 1968, la de Secretos Oficiales, que impide (para siempre) que se consulten esos asuntos salvo orden expresa del Gobierno.

A esa ley debe atenerse el ministro. Evidentemente, si existiera en alguno de esos documentos informaci¨®n que pusiera al Estado en peligro o que generara tensiones en la escena internacional, que siga permaneciendo mudo. Pero una comparaci¨®n con pa¨ªses del mundo occidental confirma que tanta prevenci¨®n carece de sentido: los historiadores brit¨¢nicos pueden conocer todos los detalles de la guerra de las Malvinas (1982) y un escritor como Chistopher Hitchens pudo husmear en los documentos desclasificados en Estados Unidos para su Juicio a Kissinger, un devastador repaso al cat¨¢logo de asesinatos y tramas secretas que hubo durante su gesti¨®n.

Nada grave ocurri¨® en ninguno de esos casos (y en tantos otros) tras levantar el secreto, y los historiadores hicieron su trabajo y los ciudadanos supieron lo que pas¨®. Aqu¨ª no. Moren¨¦s debe explicar si mantiene los obst¨¢culos por miedo o ignorancia. O, tal vez, porque la iniciativa de desclasificarlos fue del Gobierno anterior.