Un nuevo ciclo pol¨ªtico europeo
Para salir de la crisis, hace falta responder a los ciudadanos y profundizar en la Uni¨®n
Quer¨ªamos salir de la crisis con una Europa m¨¢s fuerte y m¨¢s unida, pero las recetas econ¨®micas aplicadas han desatado una amenaza sin precedentes que arriesga el necesario avance hacia una mayor integraci¨®n. Ahora, tras cinco a?os de crisis, la pol¨ªtica ha entrado en juego de manera contundente. La deriva antieuropea en muchos Estados miembros y la creciente desafecci¨®n institucional en la pr¨¢ctica totalidad de la Uni¨®n ha dejado de ser un riesgo para convertirse en realidad. Hoy la crisis ya no es solo econ¨®mica, sino pol¨ªtica e institucional. Y la ¨²nica manera de solucionar esta nueva cara de la crisis, de responder a las demandas ciudadanas, de profundizar en la Uni¨®n y de confrontar las tensiones populistas es desde la pol¨ªtica, con may¨²sculas y sin paliativos.
Europa necesita liderazgo pol¨ªtico para cambiar la situaci¨®n econ¨®mica y romper el c¨ªrculo vicioso de recesi¨®n, paro y austeridad, poniendo el foco en el crecimiento, el empleo y la innovaci¨®n institucional. Si las medidas econ¨®micas siguen obviando los efectos pol¨ªticos de la crisis, el riesgo de da?ar irreparablemente a la Uni¨®n crece exponencialmente.
La eurozona sufre la recesi¨®n m¨¢s larga de su historia. Los ciudadanos llevan demasiado tiempo sufriendo esta crisis y, como consecuencia, la confianza en la UE est¨¢ cayendo en todos los Estados miembros. El desgaste institucional es muy preocupante: pa¨ªses como Francia, Reino Unido, Italia, Austria, Holanda, Finlandia, Grecia, Portugal e incluso Alemania contemplan el ascenso de fuerzas antieuropeas. Es imposible avanzar hacia la uni¨®n pol¨ªtica dej¨¢ndose a los ciudadanos por el camino, que perciben que los sacrificios nos conducen a una espiral descendente de la que no se puede salir. Por eso la pol¨ªtica debe tomar de nuevo las riendas, demostrando liderazgo firme y dando prioridad al crecimiento frente a propuestas que se han probado equivocadas y de corto recorrido.
Los l¨ªderes europeos no pueden permanecer impasibles ante este peligros¨ªsimo tsunami y lo saben. Todav¨ªa estamos a tiempo de reaccionar, pero el tiempo es limitado. Nadie quiere que la Uni¨®n Europea fracase por la desafecci¨®n ciudadana. Si queremos aprovechar la coyuntura pol¨ªtica que se abre en 2014 hay que hacer ya mismo un esfuerzo pol¨ªtico, comunicativo y pedag¨®gico; de lo contrario llegaremos tarde y perderemos una oportunidad valios¨ªsima. La ciudadan¨ªa ya ha demostrado sentido de la responsabilidad y capacidad de sacrificio, pero debe saber que despu¨¦s, tras los esfuerzos, habr¨¢ una recompensa en forma de esperanza, empleo y prosperidad.
La pol¨ªtica debe tomar
de nuevo las riendas, demostrando liderazgo
y dando prioridad
al crecimiento
El de 2014 es un a?o clave. Es el fin de un ciclo pol¨ªtico y debiera ser el comienzo de otro. Habr¨¢ un nuevo Gobierno alem¨¢n, se votar¨¢ para elegir a un nuevo Parlamento Europeo y a finales de a?o tendremos una nueva Comisi¨®n. Es ah¨ª donde debemos poner todos nuestros esfuerzos y empezar a movilizar desde ya a los ciudadanos, tanto a nivel nacional como europeo. El resultado de las elecciones europeas puede plantear una enorme paradoja. Justo cuando m¨¢s poder tiene el Parlamento Europeo, como consecuencia del Tratado de Lisboa, m¨¢s grande es el riesgo de que se condene a la irrelevancia. Si como resultado de las elecciones se configura un Parlamento fragmentado, reflejo del estado de ¨¢nimo de las sociedades en los Estados miembros, adem¨¢s de poco representativo por baja participaci¨®n electoral; la par¨¢lisis, la desafecci¨®n y la inoperancia est¨¢n garantizadas.
Todas las soluciones deben pasar necesariamente por Europa. No hay que tener miedo a ceder soberan¨ªa para llegar a la uni¨®n pol¨ªtica mediante el proceso de creaci¨®n de sentimiento ciudadano. Debemos aprovechar este nuevo ciclo pol¨ªtico para corregir el dise?o institucional europeo, dotarlo de mayor legitimidad democr¨¢tica y responder con m¨¢s integraci¨®n al euroescepticismo y al intergubernamentalismo. Frente a ambos, es importante recuperar el eje Par¨ªs-Berl¨ªn como motor del m¨¦todo comunitario. Necesitamos un presupuesto europeo que sea suficiente para responder a las expectativas y estar a la altura de los retos que tenemos por delante. Resolver estas cuestiones es tan importante como resolver los problemas econ¨®micos.
Por eso creo que es la hora de recuperar la pol¨ªtica como acci¨®n transformadora. Las instituciones se legitiman por su acci¨®n eficaz, y la Uni¨®n Europea debe volver al lugar que le corresponde, para defender los intereses comunes frente a los intereses nacionales. El Parlamento Europeo debe ejercer el poder que le corresponde y ser el lugar donde la ciudadan¨ªa se sienta representada. Kemal Dervis, vicepresidente de la Brookings Institution, lo ha expresado recientemente: ¡°Si se permite que los tecn¨®cratas determinen pol¨ªticas a largo plazo y establezcan objetivos que no pueden ser controlados por mayor¨ªas democr¨¢ticas, la democracia en s¨ª misma est¨¢ en serio peligro¡±.
En 2014 se cumplen 100 a?os del comienzo de la I Guerra Mundial. Desde entonces hasta hoy, Europa ha pasado por lo peor y por lo mejor de su historia. No olvidemos la enorme carga simb¨®lica que tiene esta fecha para entender lo mucho que hemos cambiado. La Uni¨®n Europea es uno de los grandes hitos pol¨ªticos de la humanidad. Por eso, y para salir de la dificil¨ªsima situaci¨®n en la que nos encontramos, este momento requiere lo mejor de todos los europeos para trabajar con la convicci¨®n de que nuestro futuro est¨¢ inexorablemente ligado a una Uni¨®n m¨¢s fuerte, m¨¢s integrada y m¨¢s capaz.
Javier Solana es presidente de ESADEgeo, el Centro de Geopol¨ªtica y Econom¨ªa Global de ESADE, y colaborador distinguido en la Brookings Institution.
? Project Syndicate, 2013.
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