Un gur¨² en la jaula de cristal de Tuenti
Hace seis a?os Zaryn Dentzel invent¨® la exitosa red social espa?ola y la vendi¨® por 70 millones A los 30, anima en un libro a los j¨®venes a inventar un futuro pero vive atrapado en su presente


El pasado 22 mayo, Zaryn Dentzel perdi¨® un avi¨®n. Mejor dicho, dej¨® que se fuera. Hab¨ªa comprado el billete unos cuantos d¨ªas antes. Se mor¨ªa de ganas de volver a Santa B¨¢rbara. Se le pon¨ªan los ojos en blanco cuando pensaba en surfear alguna de las olas que ba?an esa ciudad de la Costa Oeste americana, cuando se acordaba de esas inmensas playas californianas junto a las que creci¨® en el seno de una familia bastante hippy ¡ªsu padre fabrica carruseles y su madre pinta¡ª. Quer¨ªa ir al cumplea?os de su amigo, ver a su abuela, ¡°que tiene m¨¢s de 80 a?os¡±¡, pero no se subi¨®.
Es millonario, tiene 30 a?os reci¨¦n cumplidos, rubio, ojos azules, cuerpo de gimnasio, ¡°un chico de ¨¦xito¡±. Acaba de publicar un libro contando su haza?a empresarial titulado El futuro lo decides t¨²¡ ?l, el inventor de Tuenti ¡ªla red social que caus¨® furor entre los j¨®venes espa?oles hace seis a?os¡ª, el mi¨¦rcoles de la semana pasada decid¨ªa no coger ese avi¨®n.
¡ªA¨²n est¨¢ a tiempo, ?Por qu¨¦ no se va? ¡°El futuro lo decides t¨²¡±¡
¡ªTengo reuni¨®n con Telef¨®nica.
La historia de este emprendedor de libro ¡ªnunca mejor dicho¡ª tiene un reverso que no est¨¢ en esas 164 p¨¢ginas cuajadas de inocencia, atrevimiento, entusiasmo, frescura y de una enorme ambici¨®n: ¡°Cambiar el mundo¡±. A Zaryn y a Tuenti se les ha puesto cara de multinacional.
Telef¨®nica compr¨® hace tres a?os por 70 millones de euros su genial invento ¡ªque hoy aglutina a 14 millones de usuarios reunidos en comunidades privadas de amigos¡ª. Desde entonces, aunque la empresa sigue teniendo sof¨¢s y columnas de colores ¨¢cidos, una cocina con fuentes de fruta, un futbol¨ªn y estanter¨ªas con juegos de rol, han cambiado algunas cosas. Para empezar, ya no es solo una red social, sino una operadora m¨®vil. Y para continuar, se mudan de la plaza de las Cortes al edificio de la Gran V¨ªa en el que habita la compa?¨ªa de telefon¨ªa espa?ola. ¡°Pero no se meten, nos dejan hacer¡±, advierte.
Ahora tengo un ej¨¦rcito de la hostia y muchas batallas por delante que creo que puedo ganar
En el pasado del triunfo de Zeta ¡ªcomo le conocen en la empresa¡ª hay palabras como ¡°garaje¡±, ¡°piso con cucarachas¡±, ¡°apuesta¡±, ¡°riesgo¡±, ¡°insomnio¡±, ¡°amigos¡±, ¡°execute¡± [ejecutar]... En el futuro de su ¨¦xito hay un t¨¦rmino que resalta por encima de todos: ¡°Responsabilidad¡±, seguido de otros como ¡°adaptaci¨®n¡±, ¡°muchos empleos¡± [250], ¡°mudanza¡±¡ En medio de ambos tiempos, en el presente, est¨¢ Zaryn, perdiendo ese avi¨®n¡
La historia de Tuenti, como la de su fundador, es tambi¨¦n la de un chaval queriendo salvaguardar su independencia a toda costa, hasta con respecto a su propia familia: ¡°Siempre quise salir de ah¨ª, hacer mi propio plan¡±. Lo hizo con 15 a?os. Busc¨® un programa de intercambio y se plant¨® en un pueblo de Badajoz. Luego, aburrido, se fue con otra familia a Fuengirola, donde encontr¨® la Espa?a que buscaba. Regres¨® Estados Unidos. Tom¨® un curso de ecolog¨ªa y acab¨® estudiando p¨¢jaros en Namibia. Regres¨® de nuevo a su pa¨ªs. Se interes¨® por la pol¨ªtica ¡ªsiempre con la voluntad de ¡°cambiar el mundo¡±¡ª y se col¨® con una beca en la ONU, en Nueva York. Despu¨¦s, harto de que ¡°en la pol¨ªtica nunca haya un plan con resultados¡±, se volc¨® en el mundo de los negocios, en la Bolsa, y gan¨® dinero para comprarse un coche. En otra ocasi¨®n le dio por la carpinter¨ªa y construy¨® una casa entera en un verano. Al final, cuando ya no sab¨ªa qu¨¦ m¨¢s hacer, se adentr¨® en el mundo de la tecnolog¨ªa, vio el hueco (y a sus amigos) en Espa?a e ide¨® Tuenti... ?Y ahora qu¨¦? ?Qu¨¦ hace aqu¨ª pudiendo estar surfeando olas en Santa B¨¢rbara?
El futuro lo decide ¨¦l
? LA REINVENCI?N. Dice que est¨¢ ¡°reinventando c¨®mo reinventarse¡± ¡ªqui¨¦n no¡ª con Telef¨®nica como socio. Tuenti ya no es solo una red social, sino una operadora m¨®vil.
? EL RETO.¡°Crear cosas que cambien el mundo y demostrar que las compa?¨ªas tecnol¨®gicas cambian m¨¢s r¨¢pido que sus empleados: el que no se adapta queda relegado¡±.
? EL PRECIO.Vivir demasiado tiempo en una ¡®jaula¡¯ de cristal.
Zaryn, alma libre, el mayor de tres, el que tiene una relaci¨®n de ¡°colega¡± con su padre, de ¡°compa?ero¡± con su hermano, ¡°poco que ver¡± con su hermana y ¡°apenas relaci¨®n¡± con su madre. El chico que hasta hace nada compart¨ªa piso con sus propios socios-amigos ¡ªque est¨¢n ya en otras cosas¡ª. El treinta?ero que tiene una novia espa?ola y una casa en la trasera del Thyssen, amueblada (¡°por fin¡±), aunque use poco los muebles. El joven empresario que se considera ¡°un ciudadano global que vive en Madrid, pero ma?ana podr¨ªa estar en Singapur¡±... ?l, el emprendedor, pasa la mayor parte del tiempo en una jaula de cristal, su despacho.
En su puerta, un cartel: ¡°Laundry¡± [lavander¨ªa]. Por lo visto, por ah¨ª pasan los trapos sucios de la compa?¨ªa: ¡°Hay muchas cosas que solo puedo hacer yo porque tengo la perspectiva completa¡±.
La perspectiva... ¡°Es el resultado de todo lo que hemos visto, o¨ªdo, olido... Viajar ampl¨ªa la profundidad de esa mirada, tanto para mirar hacia atr¨¢s como hacia delante, es nuestra mejor arma... S¨ª, deber¨ªa viajar m¨¢s...¡±.
Zaryn reconoce que lleva ¡°mucho tiempo haciendo lo mismo¡±, pero no se siente enjaulado. S¨ª ¡°enganchado¡± a Tuenti y, sobre todo, a Telef¨®nica: ¡°Ahora tengo un ej¨¦rcito de la hostia y muchas batallas por delante que puedo ganar. Vamos a lanzar cosas que no ha lanzado nadie, quiero ver qu¨¦ pasa¡±. Y ah¨ª est¨¢, hablando con el br¨®ker desde su sof¨¢, decidiendo su futuro: ¡°Estoy donde la vida me ha llevado¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
