¡°No soy de color, yo soy negra¡±
La primera ministra negra en la historia de Italia hace o¨ªdos sordos a los ataques racistas de la Liga Norte y mantiene su objetivo: "Demostrar que los inmigrantes pueden salir adelante¡± Hija de padre pol¨ªgamo y con 38 hermanos en el Congo, pas¨® de vivir sin papeles a ser una oculista titulada en Roma

Esta ministra, afortunadamente, no se anda con pamplinas. Nada m¨¢s ser nombrada titular de Integraci¨®n del nuevo Gobierno italiano, y ante el apuro de algunos por referirse a ella de la forma m¨¢s pol¨ªticamente correcta posible ¡ª?habr¨ªa que llamarla ministra de color, tal vez ministra afroitaliana?¡ª, C¨¦cile Kyenge, de 46 a?os, oculista de profesi¨®n, cort¨® por lo sano: ¡°No, yo no soy de color, yo soy negra¡±.
El siguiente objetivo, indagar en su pasado, tampoco result¨® complicado. No hubo que mandar a aguerridos sabuesos a la ciudad de Kambove, en la provincia de Katanga, en el coraz¨®n de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, para rastrear en los or¨ªgenes de la primera ministra negra de la historia de Italia. C¨¦cile Kyenge, casada con un ingeniero italiano y madre de dos hijos, no tuvo empacho en contar que su padre, un funcionario bien situado de la etnia bakunda, tuvo cuatro esposas y 39 hijos. ¡°Crecer en una familia pol¨ªgama¡±, explic¨® con tranquilidad la ministra, ¡°no significa que compartas esa visi¨®n de la vida, pero no reniego de mis or¨ªgenes¡±. Los xen¨®fobos de la Liga Norte, el partido lombardo que sostuvo el ¨²ltimo Gobierno de Silvio Berlusconi, se subieron por las paredes. El europarlamentario Mario Borghezio actu¨® de punta de lanza. Dijo que la ministra contaminar¨ªa Italia con ¡°tradiciones tribales¡±, llam¨® al Ejecutivo de Enrico Letta ¡°el Gobierno del bonga bonga¡± y concluy¨® su vomitona diciendo que C¨¦cile Kyenge ¡ªdoctora en Medicina y Cirug¨ªa por la Universidad Cat¨®lica del Sagrado Coraz¨®n de Roma¡ª estar¨ªa mejor de criada que de ministra.
Del Congo al Gobierno italiano
? EL ORIGEN. Naci¨® hace 48 a?os en Kambove (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo).
? EL VIAJE. Consigui¨® una beca para cursar Medicina en Roma, pero lleg¨® tarde y se qued¨® en Italia sin papeles.
? LA INMIGRANTE. Vivi¨® en un convento y se gan¨® la vida cuidando ancianos, antes de lograr matricularse en la universidad.
? LA CIUDADANA. Se cas¨® con un italiano y altern¨® su trabajo como doctora con el activismo social.
?Que c¨®mo respondi¨® Kyenge a los exabruptos del intelectual Borghezio? Con la misma calma con la que se refiri¨® a su negritud o a la poligamia de su padre: ¡°Los insultos no me afectan porque tengo un objetivo. Mi presencia al frente del ministerio es una oportunidad para demostrar a muchos emigrantes que ellos tambi¨¦n pueden salir adelante. Y esto es mucho m¨¢s importante que responder a los insultos¡±.
A los 19 a?os, C¨¦cile Kyenge, que hab¨ªa empezado la carrera de Farmacia en Kinshasa, obtuvo una beca para cursar Medicina en Roma, pero no lleg¨® a tiempo y perdi¨® la ayuda econ¨®mica y el permiso de residencia por estudios. No obstante, decidi¨® quedarse en Italia. Sin papeles, se las ingeni¨® para dormir en un convento y conseguir algo de dinero cuidando a personas mayores mientras aprend¨ªa italiano. Un a?o despu¨¦s logr¨® matricularse en Medicina y, tras acabar la carrera, hizo la tesis en Pediatr¨ªa y se especializ¨® en Oftalmolog¨ªa. Ejercer ya fue m¨¢s dif¨ªcil. Hab¨ªa vencido a los libros, pero no a las reglas ni a los prejuicios: ¡°Aunque me gradu¨¦ con notas altas, no pod¨ªa trabajar porque necesitaba la ciudadan¨ªa. Adem¨¢s, siempre encuentras a gente que no quiere que la toques por tener otro color de piel¡±.
Quiere reclutar para su causa a Mario Balotelli, el jugador del Milan y de la selecci¨®n italiana
As¨ª que Kyenge, una vez conseguido su sue?o de ser m¨¦dico e incluso de ejercer ¡ªsu matrimonio con un italiano le abri¨® las puertas de la burocracia¡ª, se puso a trabajar por los dem¨¢s. Desde hace una d¨¦cada alterna su consulta de oculista en M¨®dena con un comprometido activismo a favor de la integraci¨®n de los inmigrantes. En 2004 fue elegida concejal por Dem¨®cratas de Izquierda (DS), y en febrero de 2013, diputada por el Partido Democr¨¢tico (PD). Nada m¨¢s llegar al Parlamento, y mientras sus jefes y sus contrarios discut¨ªan sobre qui¨¦n tendr¨ªa que ser el primer ministro y aun el presidente de la Rep¨²blica, Kyenge se puso manos a la obra. Su primera iniciativa fue un aviso para navegantes: un proyecto de ley para conceder la ciudadan¨ªa italiana a los hijos de los inmigrantes nacidos en suelo italiano ¡ªel llamado ius soli¡ª. As¨ª que cuando, a finales de abril, el nuevo jefe de Gobierno, Enrico Letta, la nombr¨® ministra para la Integraci¨®n, nadie pudo llamarse a enga?o. La primera ministra negra de la historia de Italia ten¨ªa un objetivo y estaba dispuesta a cumplirlo. Los racistas ¡ªque los hay y muy violentos, sobre todo alrededor del mundo del f¨²tbol y bajo el anonimato cobarde que propician algunas p¨¢ginas de Internet¡ª redoblaron sus insultos, que si ¡°mono congol¨¦s¡±, que si ¡°zul¨²¡±, que si ¡°vu¨¦lvete a ?frica¡± o que ¡°si te quedas, te vamos a matar¡±. Existe, incluso, una p¨¢gina de Facebook dedicada ¨ªntegramente a insultarla. Lejos de arredrarse, la ministra Kyenge se adentra con frecuencia en territorio comanche ¡ªasisti¨® al ¨²ltimo derbi entre el Lazio y la Roma¡ª para dejar constancia de que no tiene nada de qu¨¦ avergonzarse. Eso s¨ª, se acompa?a de un contundente equipo de guardaespaldas para evitar malas tentaciones.
Hay otro dato que demuestra que a esta ministra le gustan los retos. Se ha propuesto reclutar para su causa a Mario Balotelli, el temperamental jugador del Milan y de la selecci¨®n italiana. ¡°Tenemos que dar esperanza a los hijos de inmigrantes¡±, explica, ¡°porque muchos tienen problemas de identidad. Debemos hablar sobre las habilidades, la profesionalidad de cada uno, por encima del color de la piel. Y Balotelli puede hacer eso¡±. C¨¦cile Kyenge, italiana, ministra y negra, no quiere pronunciarse sobre si Italia es racista. Prefiere darle la vuelta a la cuesti¨®n: ¡°La Italia que aplaude a jugadores como Balotelli u Ogbonna es la mejor Italia. Y esa Italia existe¡±.
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