¡°Mi marido no volver¨¢ a la pol¨ªtica¡±
Carla Bruni no quiere ni o¨ªr hablar de un eventual regreso de Sarkozy a la batalla por el El¨ªseo La cantante y ex primera dama publica, cinco a?os despu¨¦s, un nuevo disco En esta entrevista habla del poder, de la inspiraci¨®n y de una etapa de su vida que, reconoce, no ha sido c¨®moda pero s¨ª ¡°fascinante¡±
La entrevista es en un elegante caf¨¦ de la Puerta de Auteuil, en el muy pijo distrito XVI de Par¨ªs. Carla Bruni est¨¢ sentada dentro, en un rinc¨®n discreto, fumando un cigarrillo electr¨®nico con todo el glamour y la naturalidad que se le supone a una arist¨®crata italiana criada entre Tur¨ªn y Par¨ªs que a los 17 a?os se larg¨® a Nueva York para ser groupie y amante de Eric Clapton y Mick Jagger. Cuando llega el periodista, da una calada de vapor de agua, pone su mejor sonrisa, lanza unos ¡°wow wow¡± de admiraci¨®n a la camarera que se ha inclinado sin tirar la bandeja a recoger un papelito, levanta su esqueleto de 1,75 de estatura del sof¨¢, y estrecha la mano ¡ªexquisita, delgada y larga¡ª con la fuerza de un yudoca.
¡ª?No sabe que los socialistas van a prohibir el cigarrillo electr¨®nico?
¡ª?Polic¨ªa, polic¨ªa! ?P¨®nganme las esposas! ¡ªdice con voz de falsete.
¡ª?Tambi¨¦n fuma tabaco?
¡ªAdoro fumar. ?Quiere que salgamos?
Para desplazarse desde el rinc¨®n del caf¨¦ hasta la terraza, por fin soleada tras meses y m¨¢s meses de aguaceros y cielos grises, Carla Sarkozy Bruni-Tedeschi ha recogido su bolso-contenedor y ha caminado los 15 metros que la separan de la puerta con la elegancia de la top model que fue hasta no hace tanto tiempo. A los 43 a?os, y tras ser madre dos veces, la ¨²ltima hace 18 meses, la cantante y ex primera dama francesa parece haber regresado a la silueta de hace 20 a?os. Viste un vaquero descolorido, un casto jersey azul marino de cuello redondo y una chaqueta de tweed (como dec¨ªa Philip Marlowe) de color beis. Y sigue siendo guapa a rabiar. Por ponerle alg¨²n defecto, la nariz es un poco respingona, los p¨®mulos parecen algo retocados, y quiz¨¢ se pueda a?adir que lleva una melena casta?a un poco cursi y que tiene unas diminutas arrugas debajo de los ojos de un azul gris intenso, que cuando habla se fijan de forma algo intimidante en los del interlocutor.
Antes de ganar la calle, escoltada por un polic¨ªa de paisano, la esposa de Nicolas Sarkozy se pone las gafas de sol. Quiz¨¢ para no ser reconocida por sus vecinos. Pero enseguida se las quita, y en la media hora que dura la conversaci¨®n solo un paseante se permitir¨¢ la amabilidad de decirle bonjour desde el otro lado del seto. Aunque el barrio es zona nacional (la derecha gana aqu¨ª por 7 a 1 todas las elecciones), Auteuil no deja de ser Par¨ªs.
Bruni ha pasado media vida en la Ciudad de la Luz: aqu¨ª estudi¨® el bachillerato, tuvo sus reto?os, se cas¨® con sendos maridos, se lio con el hijo del primero, vivi¨® a fondo la bohemia, el mundo de la moda y la noche, y se le atribuyeron decenas de romances nunca desmentidos. As¨ª que habla un franc¨¦s perfecto, sin acento, aunque a mitad de la conversaci¨®n cambiar¨¢ al italiano, su lengua materna.
La discogr¨¢fica Universal ha ofrecido la entrevista a este diario para promocionar el cuarto disco de Bruni, 'Little?french songs', reci¨¦n publicado en Espa?a, y que insiste en su estilo de siempre. Una guitarra dulce y r¨ªtmica con acordes simples y pegadizos, una voz corta en tonalidades que a veces suena sensual y a veces ani?ada, una expresividad a ratos naif, picante y a flor de piel, y unas letras a medio camino entre la dulzura y el trabalenguas.
A la vista de la franqueza a ratos abrumadora, desarmante, de Bruni, la conversaci¨®n fluye sin aspavientos aparentes entre lo profesional y lo personal.
¡ªLlevaba mucho tiempo sin grabar, ?no?
¡ªNo tanto, lo que pasa es que tardo mucho en escribir, soy muy lenta. Hay gente que compone un disco todos los a?os, pero yo no s¨¦ c¨®mo lo hacen. Leonard Cohen, por ejemplo, ha grabado dos discos en 20 a?os. Y Woody Allen rueda un filme y medio de media por a?o. Imag¨ªnese. Escribir, ensayar, rodar, montar, producir¡ Hay gente que tiene m¨¢s pegada que otros, unos son r¨¢pidos y otros somos lentos. Cada uno hace lo que puede, y curiosamente la velocidad no tiene nada que ver con la calidad. Es inexplicable, pero yo soy lent¨ªsima.
¡ª?De verdad ha pasado cinco a?os componiendo el disco?
¡ªEl ¨²ltimo lo grab¨¦ en 2008, y s¨ª, habr¨¦ estado componiendo tres o cuatro a?os¡
¡ªSe ha dicho que algunas canciones est¨¢n inspiradas en personajes reales. Usted lo ha desmentido, pero la verdad es que Mon Raymond recuerda a su marido y El Ping¨¹ino podr¨ªa ser muy bien Fran?ois Hollande¡
¡ª?Lo cree usted francamente? La verdad es que no me inspira nada la pol¨ªtica. No tengo un temperamento de ese tipo, mi escritura es totalmente sentimental. Y no es que haga esa elecci¨®n, es que escribo lo que me sale. Y no soy una cantautora social, ni pol¨ªtica, jam¨¢s he escrito canciones reivindicativas, aunque admiro a la gente que lo hace.
¡ª?Y por vendetta ha escrito alguna vez?
¡ªNo, nunca, tampoco escribo as¨ª. Puedo escribir sobre algo que constato, sobre alguna cosa que observo¡ Pero no tengo un temperamento reivindicativo. ?Soy una sentimental!
¡ª?Y c¨®mo ha vivido estos a?os cerca de la alta pol¨ªtica? ?Se ha sentido c¨®moda?
La pol¨ªtica no me inspira nada. tampoco escribo por 'vendetta'. No tengo un temperamento reivindicativo"
¡ª?Quiere decir mientras mi marido era jefe de Estado? Mire, c¨®moda no es precisamente la palabra, pero ha sido sobre todo muy interesante. Dir¨ªa incluso fascinante, a ese nivel. Con ese hombre¡
¡ª?Ha conocido mucha gente interesante?
¡ªHa sido muy interesante verle trabajar. Cada medio es espec¨ªfico, los m¨¦dicos, los periodistas, los restauradores, las fuerzas del orden¡ Cada profesi¨®n tiene sus peculiaridades. Y sin conocerlos no se puede decir que uno sea m¨¢s interesante que otro. Pero a m¨ª me interesa casi todo. Si mi marido hubiera sido cirujano, me habr¨ªa interesado el sector m¨¦dico.
¡ª?Qu¨¦ ha aprendido en este tiempo? ?C¨®mo es el poder?
¡ªAmbivalente. Si se ve desde el punto de vista de la especie humana es inquietante. M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, el poder es un acto que ejercemos todos sobre los dem¨¢s. Incluso los ni?os, cuando son peque?os, ejercen el poder, y la adolescencia es tambi¨¦n una conquista del poder. El poder forma parte de las relaciones humanas como la ternura, los celos, el dominio, la sumisi¨®n, la empat¨ªa. Yo lo ejerzo poco, aunque mi marido dice que es f¨¢cil para m¨ª porque soy dominante. Yo creo que no lo soy, pero en fin¡ Como ¨¦l es el experto, le hago caso [risas].
¡ª?No es dominante?
¡ªNo, he vivido mucho tiempo con muchas angustias y mucha timidez, y poco a poco me he ido creando, construyendo, este car¨¢cter aparentemente alegre. Pero es solo por educaci¨®n, por cortes¨ªa. No me atrevo a mostrar mi tristeza ni mi fragilidad, me da verg¨¹enza ense?ar mis debilidades a los extra?os.
¡ª?Se tortura mucho?
¡ªNo.
¡ªHa tenido una vida bonita y movida, ?no? Ha sido primera dama, cantante, modelo¡
¡ªEmpec¨¦ a trabajar muy joven y no he tenido una vida dura ni angustiosa. Pero la angustia es como el color del pelo, viene con tu naturaleza. Unos son m¨¢s tranquilos que otros, y yo no soy muy serena. Soy bastante melanc¨®lica, aunque lo escondo. Cuando viene la melancol¨ªa tiendo a quedarme sola. La soledad se lleva bien con la melancol¨ªa.
Bruni enciende otro pitillo, y van dos. No resulta f¨¢cil definir a una mujer as¨ª. A veces suelta frases que parecen sacadas de un manual de filosof¨ªa barata, o copiadas de una rueda de prensa de Julio Iglesias. Pero de repente le viene un estro de sinceridad, o de poes¨ªa, o de candidez, y el periodista no sabe d¨®nde meterse. ?Es lista? Dif¨ªcil decirlo en una primera cita tan breve. Pero parece natural, cort¨¦s y consciente de sus limitaciones. Lo cual no es poco.
¡ª?Qu¨¦ ha cambiado en su m¨²sica desde el ¨²ltimo disco?
¡ªHe madurado, he crecido. Pero tengo la impresi¨®n de que todo sale de un n¨²cleo que est¨¢ ah¨ª desde hace mucho tiempo. Sobre todo la parte musical, que es m¨¢s importante para m¨ª que las letras, est¨¢ conmigo desde la adolescencia. Creo que he evolucionado y he aumentado mi capacidad de trabajo, pero sigue habiendo algo muy espont¨¢neo en mis canciones, algo fresco y fugaz que cuido mucho. Siguen siendo canciones muy directas. Vienen de emociones desgarradoras, unas tristes y otras no. Unas salen muy deprisa y otras m¨¢s despacio, imagino que a usted le pasa igual con sus art¨ªculos. Y el resultado no siempre depende del tiempo que dediques. Demasiada reescritura a veces empeora las cosas, y hay canciones muy laboriosas que se escuchan mejor que las espont¨¢neas. Mis ¨¢lbumes son una mezcla de esas dos cosas.
Vida despu¨¦s del poder
Tras ser desalojado del El¨ªseo, el matrimonio Sarkozy-Bruni (en la foto, tras celebrar el 57 cumplea?os del expresidente) ha reencauzado su vida profesional. ?l, entreg¨¢ndose a la abogac¨ªa con su gabinete, desde el que lleva el millonario divorcio de su amigo Aga Khan. El propio Sarkozy se las ha visto en los juzgados. Tuvo que afrontar las acusaciones de abuso de debilidad de la due?a de L'Or¨¦al Liliane Betancourt, fue investigado en el 'caso Gadafi' por la supuesta financiaci¨®n ilegal de su campa?a electoral de 2007 por el r¨¦gimen libio y se vio salpicado por el esc¨¢ndalo Tapie. Adem¨¢s, se ha dejado tentar por la familia real catar¨ª para encabezar un fondo de inversi¨®n. Bruni ha recuperado su carrera musical y ha vuelto a hacer publicidad. Pudiendo dejarse querer por alguna firma de lujo, ha optado por posar para los auriculares Parrot. El motivo: que esa marca apoya un programa musical desarrollado por la Fundaci¨®n Carla Bruni-Sarkozy, desde la que fomenta actividades culturales y educativas para los desfavorecidos.
¡ª?No echa de menos dar conciertos?
¡ªVolver¨¦ a hacerlos en noviembre, empezar¨¦ en el Casino de Par¨ªs, y luego har¨¦ una gira por Francia y por Europa.
¡ª?Pero a?ora el directo?
¡ªEstoy contenta de volver, pero tambi¨¦n me da miedo. No s¨¦ si lo echaba de menos, pero eso es el oficio: componer y tocar. Mi ¨²ltimo concierto de verdad fue en 2005, y desde entonces no he salido de gira, aunque he tocado aqu¨ª y all¨¢.
¡ª?Tiene la impresi¨®n de haber abandonado su carrera por la de su marido?
¡ªNo, esa es la impresi¨®n que los dem¨¢s quieren dar, pero yo no la tengo. Por desgracia hay una gran dicotom¨ªa entre lo que yo siento y lo que dicen los medios sobre m¨ª. No s¨¦ por qu¨¦, cuando me encuentro con un periodista siempre creo que he conectado bien con ¨¦l, pero al final no se refleja eso. Eso me confunde, pero no me importa, da igual lo que digan.
¡ªBueno, la verdad es que no ha tocado mucho mientras era primera dama.
¡ªEn casa s¨ª, he seguido componiendo con la guitarra. Empec¨¦ con el piano pero lo dej¨¦, no daba la talla. Toco regular la guitarra, no puedo hacer solos, pero tengo una familiaridad, una intimidad que me permite componer, incluso con mis limitaciones t¨¦cnicas. Toqu¨¦ el piano de peque?a, pero me regalaron la primera guitarra a los nueve a?os y encontr¨¦ enseguida el placer de tocarla, es m¨¢s accesible que el piano. De los nueve a los 25 a?os no par¨¦ de tocar, y de repente empec¨¦ a componer, sin saber por qu¨¦. En los oficios de creaci¨®n siempre necesitas un padre y una madre. Hace falta leer mucho para escribir, y escuchar mucho para cantar.
¡ª?Qui¨¦n fue la clave en su caso?
¡ªMi hermana. Valeria me ayud¨® mucho, yo estaba muy encerrada en m¨ª misma, pero ella me anim¨® de una forma tan tierna y afectuosa sobre mi trabajo que me desinhibi¨®. Tiene tres a?os m¨¢s que yo, y somos muy amigas, ?pero muy diferentes! ?Oh l¨¤ l¨¤!
¡ª?Le ha influido m¨¢s la canci¨®n italiana o la francesa?
¡ªLas dos. Me apasionan los cantautores de los dos sitios. Brassens, Charles Trenet, L¨¦o Ferr¨¦¡ De Italia, Fabrizio de Andr¨¦, Francesco de Gregori, Lucio Dalla, Gino Paoli¡ Y luego las mujeres. Fran?oise Hardy, Barbara, Mina, Ornella Vanoni... Vanoni es el modelo de voz ideal. La dulzura, la fuerza.
¡ª?M¨¢s que Mina?
¡ªMina es un genio, pero en Mina no me puedo proyectar, es una cantante demasiado vocal, y no puedo decir que prefiero a una. Las dos son fant¨¢sticas, pero distintas, y Vanoni tiene algo misterioso que me gusta mucho y me recuerda a Elis Regina, a la que tambi¨¦n adoro. Pero tambi¨¦n amo a Billie Holiday, a Marianne Faithful, a Bessie Smith, a Dolly Parton y a Nina Simone. Hay algunas voces que no puedes dejar de escuchar, son irresistibles. Pero con algunas te identificas m¨¢s. Nina Simone es demasiado potente y baja, no me puedo comparar, pero es un sue?o o¨ªrla.
¡ªSu voz es m¨¢s grave en la vida que en los discos.
¡ªS¨ª, tengo una voz bastante grave. No se canta como se habla. Se canta dentro y se habla fuera.
¡ªHablemos de su marido. ?Volver¨¢ a la pol¨ªtica?
¡ªAbsolutamente, no.
¡ª?Est¨¢ segura? ?l ha dicho que si viera que es su deber¡
¡ªNunca se puede estar seguro de nada en la vida, pero no volver¨¢. De momento, eso no est¨¢ para nada en el orden del d¨ªa.
¡ªPero 2017 est¨¢ ah¨ª al lado¡
Como esposa y mujer, prefiero que [Sarkozy] no vuelva. Por razones de salud y serenidad, no ciudadanas"
¡ªMe parece poco probable.
¡ª?Usted qu¨¦ preferir¨ªa?
¡ªComo persona, esposa y mujer, preferir¨ªa que no volviera. Por razones de salud, de serenidad y filos¨®ficas, no ciudadanas. Es una carga demasiado pesada.
¡ª?Ahora le ve m¨¢s que antes?
¡ªNo. Sigue trabajando mucho, es abogado, y su opini¨®n es muy solicitada en todo el mundo, da conferencias, asesora, no hay mucha gente en el mundo que haya hecho lo que ¨¦l, y sobre todo como lo ha hecho, en cuerpo y alma. Trabaja mucho y es un hombre muy competente. Ha hecho muchas cosas en su larga carrera, ha sido alcalde, ministro varias veces y muchos a?os, y siempre se ha entregado, le interesa todo y no es una persona que se quede en la superficie, todo lo hace profundamente. Estoy contenta por ¨¦l, porque tiene mucho trabajo y ahora recibe tambi¨¦n mucho amor. Cuando uno es presidente no recibe amor, suscita solo antagonismo, es natural.
¡ª?Est¨¢ preocupada por los casos judiciales en los que est¨¢ implicado?
¡ªEstoy aburrida, no preocupada. Y un poco sorprendida, pero no inquieta. Yo s¨¦ qui¨¦n es.
'Le Canard Encha?n¨¦'? no dedica una secci¨®n a esa se?ora [Trierweiler]. Curioso, lo hac¨ªan con la mujer de Chirac y conmigo"
Aqu¨ª se acaba la cosa. Resulta que Madame Sarkozy es algo m¨¢s que comunicativa, y si a veces suena algo difusa, otras veces se dir¨ªa que cuando quiere finge ser tonta con mucho arte. Antes de despedirse, se queda charlando un rato. Cuenta que fue muy mala estudiante, y que sus padres decidieron sacarla del Liceo Italiano de Par¨ªs para que estudiara el bachillerato franc¨¦s e hiciera una carrera despu¨¦s. ¡°Pero en cuanto acab¨¦ el bachillerato me largu¨¦ a Nueva York¡±, dice con una carcajada.
Luego se lamenta del estado de salud del periodismo, sin acritud, pero poniendo el dedo en las llagas importantes: el amarillismo, la inmediatez, la excesiva cercan¨ªa al poder, y la falta de tiempo y recursos para preparar, contrastar y escribir las historias. Y acaba confesando que le¨ªa siempre El diario de Carla B., la hilarante y maliciosa secci¨®n que le dedicaba cada semana el sat¨ªrico Le Canard Encha?n¨¦. ¡°Algunos d¨ªas era muy graciosa. Creo que la hac¨ªan en grupos y algunas me encantaban¡±. Solo entonces se permite una peque?a maldad sobre su sucesora, Val¨¦rie Trierweiler, cuyo nombre no pronuncia: ¡°Por cierto, que ahora ya no hacen la secci¨®n con esa se?ora. Es curioso, la hac¨ªan con la mujer de Chirac y conmigo¡¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.