El ¡®drama¡¯ espa?ol
Las expectativas sociales se han derrumbado en Espa?a, afectadas por la escasa esperanza de cambios econ¨®micos a corto plazo
El presidente de la Comisi¨®n Europea utiliz¨® el exasperante lenguaje de madera cuando, para quedar bien, afirm¨® con motivo de la presencia de Rajoy y buena parte de los ministros espa?oles en Bruselas la semana pasada que ¡°Espa?a ya no es un drama¡±. Se refer¨ªa a aspectos tales como la prima de riesgo (que sigue muy alta aunque no se hable tanto de ella), el riesgo de impago, las tensiones sobre el euro... Que se hayan superado, al menos coyunturalmente, esas dificultades no deber¨ªa impedir que la Comisi¨®n Europea sea extraordinariamente sensible a lo que constituye el verdadero drama espa?ol, su factor diferencial.
Perteneciendo al club europeo, es central que sus instituciones eval¨²en lo que ocurre aqu¨ª en materia de paro, empobrecimiento y desigualdad. Porque Bruselas tiene que autorizar la pol¨ªtica econ¨®mica correcta para enmendar esos problemas e instrumentar los fondos que los corrijan. Para justificar la acci¨®n p¨²blica con el objeto de sacar a una econom¨ªa de la depresi¨®n ¡ªel caso de Espa?a¡ª Keynes escribi¨®: ¡°Cuando tenemos hombres desempleados y m¨¢quinas desempleadas (...) es totalmente imb¨¦cil decir que no podemos permitirnos estas cosas (se refiere a las pol¨ªticas de est¨ªmulo y de crecimiento). Porque es con hombres desempleados y con m¨¢quinas desempleadas, y con nada m¨¢s, que se deben hacer estas cosas¡±.
Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados econ¨®mica y socialmente por la Gran Recesi¨®n. Y ello al menos por cuatro causas:
1. Por la espectacular destrucci¨®n de empleo: el paro ha crecido nada menos que 19 puntos en poco m¨¢s de un lustro (del 8% al 27%).
2. Porque la tasa de paro ha afectado extraordinariamente a los sustentadores principales de las familias (los que llevan el sueldo central al hogar), que ha pasado en este periodo del 6% del total al 21%, con lo que ello supone de pobreza y exclusi¨®n.
3. Por los cambios estructurales en materia de salarios, que han aumentado las diferencias entre los sueldos m¨¢s bajos y los m¨¢s altos.
4. Por la reducida capacidad del sistema impositivo y de protecci¨®n social para combatir el espectacular incremento de la desigualdad, si se compara con la mayor parte de los pa¨ªses europeos; esa capacidad reductora de la desigualdad de los impuestos en Espa?a es casi la mitad de la de algunos pa¨ªses n¨®rdicos y queda muy lejos de la observada en nuestro entorno. Por ello habr¨¢ que estar muy vigilantes con la reforma de los grav¨¢menes que ha anunciado el PP para el a?o que viene.
En cualquier caso, las palabras de Dur?o Barroso no son afortunadas. Seg¨²n todos los sondeos, las expectativas sociales se han derrumbado en Espa?a, afectadas por la escasa esperanza de cambios econ¨®micos a corto plazo (y tambi¨¦n por la abundancia de casos de corrupci¨®n). Nunca como ahora, en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas y media, se ha hablado tanto del drama espa?ol. Llega Dur?o y dice que no existe. ?Qu¨¦ alejamiento!
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