Espionaje, ?para qu¨¦?
Despu¨¦s del caso Wikileaks-Assange,ahora nos topamos con el de Snowden. Ambos son representativos de una realidad: a menudo los esp¨ªas son desenmascarados, denunciados, puestos en solfa por este o aquel empleado heterodoxo o por uno u otro espabilado de la inform¨¢tica que los deja en cueros vivos, por m¨¢s que el desnudado sea una agencia estatal o un Gobierno.
Siempre me he preguntado ?por qu¨¦ nos esp¨ªan?, ?qu¨¦ beneficio se obtiene de ello y a qui¨¦n beneficia semejante actividad? Dejando a un lado los r¨¦ditos comerciales que se extraigan, a nivel estatal solo encuentro una respuesta: no se saca nada en limpio, no vale para nada. Cientos de millones de correos desvelados, se nos dice, pero ?alguien los lee? ?Cu¨¢ntos miles de funcionarios se necesitar¨ªan para examinarlos y extraer conclusiones? Estamos ante un caso parecido a la rid¨ªcula costumbre de quitarnos los zapatos, los cinturones, los relojes o los monederos antes de embarcar en los aviones. Es sencillamente para cubrir el expediente, para hacernos creer que hacen algo. Adem¨¢s de molesto, solo cabe calificarlo de c¨®mico. Hace poco le¨ª que una gran potencia mundial espiaba a Espa?a. ?Quiz¨¢ para copiar la tecnolog¨ªa del botijo o el i+d de las alpargatas? La mejor manera de luchar contra esta bobada del espionaje es re¨ªrnos de ¨¦l, ridiculizarlo como se merece, seguir los pasos de tantos escritores y analistas que se han carcajeado una y otra vez de semejante parodia. Quiz¨¢ as¨ª llegar¨ªamos a evitar que se malgasten recursos procedentes de nuestros bolsillos en cotillear lo que no merece ser cotilleado.¡ª Enrique Ramos Bujalance.?
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