La justicia encalla en La Haya
Las decisiones tomadas por el tribunal especial para la antigua Yugoslavia con un perturbador rev¨¦s para las v¨ªctimas
Este mes Croacia se ha convertido en el pa¨ªs n¨²mero 28 de la UE. A los 22 a?os de su independencia, a los 18 del genocidio de Srebrenica y de la Operaci¨®n Tormenta, a los 8 del arresto de Ante Gotovina en Las Canarias. A unos meses de la absoluci¨®n en apelaci¨®n de los altos jefes policiales y militares Ante Gotovina y Mladen Markac (Croacia), condenados en primera instancia a 24 y 18 a?os, y a semanas de la de Momcilo Perisic, Jovica Stanisic y Franko Simatovic (Serbia). La entrega de los criminales al Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY) era una condici¨®n para la admisi¨®n en la UE. La decisi¨®n del tribunal que ha juzgado los peores cr¨ªmenes cometidos en Europa desde la Segunda Guerra Mundial afecta a tres planos interrelacionados: el enfrentamiento del pasado criminal por parte de los pa¨ªses protagonistas, la credibilidad de las instancias transnacionales de justicia y el peso de la Realpolitik en las relaciones internacionales.
1. La actitud frente al pasado en los Balcanes oscila entre la apolog¨ªa (h¨¦roes y m¨¢rtires, guerras de liberaci¨®n) y el negacionismo por desautorizaci¨®n o amalgama (¡°no fue tan grave como dicen¡±, ¡°todos cometieron cr¨ªmenes¡±). 100.000 personas homenajearon a Milosevic en su funeral en 2006; 100.000 a Gotovina en Zagreb el a?o pasado con las autoridades al frente. Muertos Tudjman y Milosevic, que hab¨ªan movilizado a sus pa¨ªses tras las banderas de la Gran Serbia y la Gran Croacia ¨Cen cuyo nombre se cometieron los cr¨ªmenes¨C, los liberados por el TPIY son el s¨ªmbolo de aquellos programas y aquellos cr¨ªmenes. Su absoluci¨®n, as¨ª como los parabienes de la UE, equivalen a una convalidaci¨®n de las pr¨¢cticas de las elites nacionalistas que han secuestrado la justicia transicional en provecho propio (J. Subotic. Hijacked Justice. Dealing With the Past in the Balkans, 2009).
La UE declar¨® solemnemente que solo conceder¨ªa ayudas si ¡°se asegura el retorno de los refugiados¡± (El Pa¨ªs, 29/10/1995). El exviceprimer ministro croata Ivo Sanader ¨Ccondenado luego por corrupci¨®n¨C declar¨® al final de la Operaci¨®n Tormenta: ¡°Los serbios de Croacia ya no necesitan autonom¨ªa, se han ido todos¡±. En junio de 2006 el Parlamento croata aprob¨® una Declaraci¨®n de autoabsoluci¨®n nacional de la Operaci¨®n Tormenta. Karadzic acaba de mantener mientras se le juzga que ¡°m¨¢s de la mitad de Srebrenica es fraude¡±. Pero hay otra Serbia, como la que cada v¨ªspera del 11 de julio reclama justicia para Srebrenica, y otra Croacia como la que representa el sentir de la vi?eta de Korax en Danas, dos d¨ªas despu¨¦s de la multitudinaria recepci¨®n: Pavelic, Hitler y Tudjman ven en directo el veredicto desde el infierno y levantan los brazos como diciendo: ¡°?Y nosotros qu¨¦?¡±.
El objetivo del TPIY era promover la justicia y la reconciliaci¨®n evitando la trampa de la culpa colectiva
2. Precisamente el objetivo del TPIY era promover la justicia y la reconciliaci¨®n atribuyendo responsabilidades individualizadas para evitar la trampa de la culpa colectiva. Las absoluciones que comento suponen un rev¨¦s para esta visi¨®n y una desautorizaci¨®n de cuantos han trabajado contra el clima de impunidad reinante ¡°entre los nuestros¡±. La indignaci¨®n que provoc¨® en Serbia la liberaci¨®n de Gotovina se ha calmado con la salida de los primeros espadas de Milosevic (que organizaron unidades paramilitares como los Tigres de Arkan, los Escorpiones o los Boinas Rojas).
Ha habido dos reacciones opuestas a estas medidas del tribunal. Para la mayor¨ªa, han supuesto un cambio de rumbo fatal por cuando equivale a la exoneraci¨®n de los reg¨ªmenes criminales, una victimaci¨®n renovada para los supervivientes y un paso hacia la impunidad. (En una recepci¨®n a los generales, el presidente croata I. Josipovic dej¨® claro que el veredicto exoneraba por extensi¨®n al r¨¦gimen). Otra l¨ªnea, minoritaria, sostiene que no hay tal bandazo sino la aplicaci¨®n de un criterio garantista, porque no se debe confundir la moral con la justicia.
Una carta del juez dan¨¦s Frederik Harhoff ha generado un aluvi¨®n de reacciones. Una frase da pistas favorables a la tesis del cambio de rumbo: ¡°Podr¨ªa pensarse que el establishment militar de pa¨ªses poderosos (como EE UU e Israel) percib¨ªa que la pr¨¢ctica penal se estaba aproximando demasiado a las responsabilidades de los altos mandos militares¡±. Es significativo que la sentencia absolutoria reconozca la gravedad de los cr¨ªmenes , pero abandone la doctrina de la responsabilidad de mando; de modo que no admite culpabilidad por no haber evidencia directa de intenci¨®n criminal en los acusados. De este modo, como han se?alado varios analistas, el tribunal discrimina entre acusados corrientes ¨Ccondenables¨C y acusados potencialmente peligrosos ¨Cno condenables¨C. ?Peligrosos? En la medida en la extensi¨®n del principio de responsabilidad de mando podr¨ªa establecer un precedente universal inc¨®modo (E. Gordy, NYT, 2/06/2013).
Para un superviviente del gueto de Varsovia, Srebrenica constitu¨ªa una victoria p¨®stuma de Hitler
3. Podr¨ªa pensarse que se trata de una hipersusceptibilidad del juez dan¨¦s. Sin embargo, hab¨ªamos o¨ªdo de Florence Hartmann, Carla del Ponte, Chuck Sudetic o Jelena Subotic impresiones coincidentes. Hay indicios que apuntan a presiones desde el presidente, el norteamericano Theodor Meron, antes ciudadano israel¨ª, a donde lleg¨® huyendo de Hitler desde Polonia. Se ha acusado a Harhoff de indiscreci¨®n, pero es sabido que Meron ha informado diligentemente a su embajada sobre los asuntos internos del tribunal. Seg¨²n un cable de Wikileaks (23/7/2003), habr¨ªa expresado al embajador su descontento con la fiscal Carla del Ponte y los riesgos que supon¨ªa su actitud demasiado decidida, pidiendo que no se renovara su mandato. Hay que recordar, en la direcci¨®n de la l¨ªnea mayoritaria, que los pa¨ªses citados por Harkoff no figuran entre los 122 miembros del Tribunal Penal Internacional, que hubo una implicaci¨®n indiscutida de militares norteamericanos en la Operaci¨®n Tormenta ¨Cque los allegados de Gotovina en la extremista Honos hab¨ªan amenazado con revelar¨C (The Observer, 8/7/2001; Revelaciones de Gotovina; RTV Slovenia, 4/8/2005) as¨ª como de Stanisic con la CIA (The Economist, 1/06/2013). Para completar las alusiones, el primer ministro israel¨ª B. Netanyahu prometi¨® que ning¨²n israel¨ª ser¨ªa juzgado por un tribunal internacional (Haaretz, 12/10/2009).
Se crey¨® que la Guerra Fr¨ªa era el obst¨¢culo principal para construir una justicia internacional. A los 18 a?os de Srebrenica y 80 de la llegada de Hitler al poder, tenemos que preguntarnos qu¨¦ se hizo de la lecci¨®n sobre el mal. ?No son las limpiezas ¨¦tnicas hijas de las mitolog¨ªas del Lebensraum y su corolario, las vidas desechables? Para Marek Edelman, superviviente del gueto de Varsovia, Srebrenica constitu¨ªa una victoria p¨®stuma de Hitler. Seg¨²n Sudetic, "si Hitler hubiera sido juzgado por los cr¨ªmenes del Holocausto seg¨²n la plantilla del ayudar e inducir aplicada por el TPIY, podr¨ªa muy bien haber resultado absuelto¡± (The Economist, 1/06/2013). Si la justicia es el ¨²nico consuelo para las v¨ªctimas, las decisiones aludidas constituyen un perturbador rev¨¦s.
Mart¨ªn Alonso es doctor en Ciencias Pol¨ªticas y miembro de Bakeaz.
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