Las hermanas Kardashian redefinen el sentido de la fama
El femen¨®meno de esta familia es el paradigma de un nuevo estilo celebridad
El debate no es nuevo, pero esta vez parece que el dedo acusatorio no apunta al p¨²blico sino a los medios. ?Por qu¨¦ hay que hablar de alguien cuyo ¨²nico logro es su propia fama? En las p¨¢ginas del US Today dos analistas pol¨ªticos, uno dem¨®crata y otro republicano, encontraban un punto de acuerdo al criticar la popularidad de Kim Kardashian, hija del abogado defensor de OJ Simpson, amiga de Paris Hilton y estrella fulgurante gracias a la serie de terrealidad que protagoniz¨® con su madre y sus hermanas, a su breve matrimonio (sobre el que pesa la sospecha de un montaje y cuyo eco medi¨¢tico super¨® incluso el de la campa?a presidencial que estaba entonces en ciernes) con la estrella de baloncesto, Kris Humphries, y a su actual relaci¨®n con el pol¨¦mico rapero Kanye West, con quien acaba de tener una ni?a. Su ascenso a la fama arranc¨® con un v¨ªdeo porno casero que su ex, el tambi¨¦n rapero, Ray J, vendi¨® a una web y de aquella rencilla judicial Kim sac¨® varios millones de d¨®lares, fortuna que no ha hecho m¨¢s que crecer con tiendas, l¨ªneas de ropa y perfumes, entre otras aventuras empresariales. ¡°Hoy no importa por qu¨¦ eres conocido (un v¨ªdeo con escenas de sexo, etc) s¨®lo importa que seas conocido¡±, lamentaba Cal Thomas en las p¨¢ginas del citado diario.
Pero, ?qu¨¦ tiene esto de nuevo? ?Realmente es el fen¨®meno Kardashian algo radicalmente distinto dentro de la cultura de las celebrities en las que el p¨²blico lleva inmerso varias d¨¦cadas? Las preguntas, ret¨®ricas, las plantea Daniel D¡¯Addario desde salon.com. ¡°Las Kardashians no son pioneras; simplemente existen en un ecosistema que siempre ha premiado el intento descarado y transparente de llamar la atenci¨®n, sin ning¨²n logro que lo justifique. Leer un art¨ªculo que las pone como ejemplo de una nueva y escalofriante tendencia en la cultura estadounidense, te hace pensar que el autor ha cogido una pieza del a?o 2000 y simplemente ha cambiado los nombres y alg¨²n detalle¡±, escribe. Adem¨¢s de denunciar lo perezosos que son algunos comentaristas y periodistas, D¡¯Addario, prueba que incluso medios con tanta reputaci¨®n como The New York Times no escapan al fen¨®meno Kardashian, con m¨¢s de 1700 menciones a Kim en su archivo: lo m¨¢s r¨¢pido y f¨¢cil resulta ser una menci¨®n a esta vacua estrella, cuyas curvas compensan la falta de sustancia en otras ¨¢reas.
Lo cierto es que esta tendencia de los medios a recurrir a los f¨¢cil no est¨¢ exenta de peligros. Seg¨²n el informe sobre medios de comunicaci¨®n del Pew, un 31%, casi un tercio de los 2.000 adultos encuestados a principios de 2013, dijeron haber abandonado un determinado medio porque ya no les ofrece las noticias y la informaci¨®n a la que estaban acostumbrados. Y los m¨¢s propensos a hacer esto son tambi¨¦n los m¨¢s mayores, mejor educados y con m¨¢s dinero; es decir, el sector de poblaci¨®n que, en principio, est¨¢ m¨¢s predispuesto a pagar por consumir informaci¨®n.
Puede que la aut¨¦ntica novedad que acompa?a al universo Kardashian es el voraz apetito de las redes sociales y su buena disposici¨®n a alimentarlas con fotos y tuits, y m¨¢s fotos y m¨¢s tuits, que a su vez son difundidos por otros. A medida que aquellos medios que invierten en investigar y buscar noticias levantan muros de pago, se construye una frontera que deja fuera a los j¨®venes, cuyo fuente principal de informaci¨®n son blogs o tuits cuyos autores van teniendo m¨¢s dificultades para agregar contenido ajeno de calidad: ¡°?C¨®mo ir m¨¢s all¨¢ de las ¨²ltimas novedades superfluas sobre el mono de Justin Bieber o el embarazo de Kim Kardashian? Lo crean o no, algunos estudiantes de instituto est¨¢n preocupados por este asunto. Si se atienen a lo que las redes sociales les cuentan pueden acabar muy f¨¢cilmente en lo que Eli Pariser llama ¡°la burbuja filtro¡±, ajenos a otros puntos de vista y alejados de descubrimientos azarosos ¨Cesas cosas que no sab¨ªan que quer¨ªan saber¨C. Al menos los medios generalistas les llevan m¨¢s all¨¢ de la burbuja (pueden llegar a ellos buscando a Kim y luego descubrir Siria)¡±, denuncia un editorial del Columbia Journalism Review.
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