Imputaci¨®n sin fundamento
La justicia ha tardado casi dos a?os en aclarar que Jos¨¦ Blanco no cometi¨® delito
Casi dos a?os de indagaciones judiciales sobre el diputado y exministro Jos¨¦ Blanco han terminado penalmente en nada, pero han afectado a la carrera pol¨ªtica de quien fue n¨²mero dos del PSOE en la ¨¦poca de liderazgo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Blanco se considera v¨ªctima de un infundio pol¨ªtico y de una cacer¨ªa medi¨¢tica, basada en sospechas de cohecho y de tr¨¢fico de influencias sin consistencia penal.
Lo sucedido al exministro de Fomento y exportavoz del Gobierno plantea cu¨¢l debe ser el criterio v¨¢lido para valorar correctamente lo que debe entenderse por una imputaci¨®n. Los casos que conocemos permiten afirmar que puede significar tanto una s¨®lida acusaci¨®n como un simple apunte de meros indicios que la investigaci¨®n desvanece. Muchas veces demasiado tarde, como ha puesto de relieve el caso de Jos¨¦ Blanco. Otro juez instructor atribuy¨® la condici¨®n de imputada a la infanta Cristina y poco despu¨¦s un tribunal superior lo ech¨® abajo porque no hab¨ªa razones. Los vaivenes pueden dar la falsa impresi¨®n de responder a razones no jur¨ªdicas.
El exl¨ªder socialista Felipe Gonz¨¢lez sugiri¨® ayer la introducci¨®n en Espa?a del concepto franc¨¦s del ¡°testigo asistido¡±, como forma de precisar la situaci¨®n de personas a las que la justicia desea interrogar y contra las que no hay acusaciones. Sea por ese camino o por otros, hay que ocuparse de que la sociedad pueda fiarse de que cuando la justicia dice que alguien est¨¢ imputado, eso se debe a motivos realmente s¨®lidos. El propio Blanco se ha autocriticado porque, en su ¨¦poca de poder, tambi¨¦n ¨¦l puso en duda la presunci¨®n de inocencia de otras personas.
El caso suscita otra reflexi¨®n: ?es realmente necesario emplear tanto tiempo para llegar a conclusiones? Casi dos a?os dedicados a los supuestos delitos de Blanco, que han resultado inexistentes; casi tres a?os invertidos en el caso de los ERE de Andaluc¨ªa, algo m¨¢s de cuatro en el caso G¨¹rtel, son otros tantos ejemplos de lentitud que, mientras se desarrollan, atrapan el honor, la fama y los recursos de las personas. La justicia necesita no solo de medios, sino de menos complicaciones procesales.
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