El pasaporte, ese objeto de deseo del ¡®voyeur¡¯
Coleccionar estos documentos, que exhiben al famoso tal como era, est¨¢ de moda El de Marilyn se subast¨® por 87.000 euros
Para la mayor parte de nosotros un pasaporte no es m¨¢s que eso, la c¨¦dula oficial que permite viajar al extranjero. Las estrellas le dan el mismo uso, pero la vida de estos documentos oficiales se prolonga de la mano de sus admiradores, donde el coleccionismo de pasaportes va en aumento. Alcanzan precios elevados en las casas de subastas gracias al nombre del que fue su propietario. Entre los m¨¢s cotizados est¨¢ el de Marilyn Monroe, vendido este a?o por encima de los 87.000 euros, seguido del que utilizaron James Joyce y su familia en tiempos de guerra, profusamente sellado y timbrado y valorado en 73.000 euros. El de Albert Einstein, con su aspecto de cient¨ªfico loco, lleg¨® a los 68.000 euros.
Como asegura Kate B. Harding, coleccionista y antrop¨®loga, gran parte del valor de estos documentos son sus fotograf¨ªas. Retratos en los que no existe pose y las estrellas gozan de naturalidad. Se trata de instant¨¢neas apenas vistas. De ah¨ª la proliferaci¨®n de p¨¢ginas web dedicadas a reproducir estos retratos, en los que todo el mundo puede salir mal. Todos menos la mujer m¨¢s seductora del cine. Una foto, adem¨¢s, firmada de pu?o y letra por Norma Jean DiMaggio y por Marilyn Monroe, su doble personalidad, como exig¨ªa Estados Unidos en aquel entonces, 1954. Con este pasaporte la actriz se recorri¨® el mundo hasta su muerte, en 1962.
Otro que tampoco le ten¨ªa miedo al fotomat¨®n era Muhammad Ali, con un gesto seguro, casi desafiante, en su foto de pasaporte, emitido en junio de 1974 y solo v¨¢lido para seis meses. La fotograf¨ªa no es lo que m¨¢s llama la atenci¨®n en el pasaporte de Ella Fitzgerald sino los visados de la cantante, v¨¢lidos para viajar a Bulgaria pero no aptos para Hungr¨ªa. El de Johnny Cash aparece bien lleno de sellos, con entradas a Estados Unidos selladas en Haw¨¢i, Nueva Orleans o Nueva York.
No todos quedaban favorecidos y Andy Warhol, como si fuera fruto de una de sus obras de arte, muestra en su pasaporte una foto que parece desenfocada, mientras que la contracultural Janis Joplin sale tal cual era: despeinada, divertida y desgarrada. Su pasaporte est¨¢ emitido en 1969 y con una validez de cinco a?os. Apenas lo lleg¨® a utilizar, ya que muri¨® por sobredosis en 1970.
En el caso de Alice Cooper, la foto del pasaporte sin sus maquillajes de rockero le dejan un rostro m¨¢s parecido al de un camionero. Y John Lennon tampoco est¨¢ m¨¢s reconocible en su tarjeta de inmigraci¨®n estadounidense donde figura con su nombre completo de casado, John Winston Ono Lennon. Sus gafas redondas es lo ¨²nico que le identifican.
Hay pasaportes m¨¢s antiguos, como el de Lillian Helman, con seguridad en el gesto; el de Virgina Woolf, un rostro cargado de melancol¨ªa; Norman Mailer, de quien destacan sus prominentes orejas, o la c¨¦dula del departamento de estado emitida a Ernest Hemingway. La lista en la red es larga: un barbudo Steve McQueen en sus ¨²ltimos a?os de vida; Whitney Houston, en su primer pasaporte a los 16 a?os; Walt Disney, con su sonrisa de siempre y esa firma que remite sin querer al rat¨®n Mickey. Y el maestro del suspense Alfred Hitchcock, que apunta de su pu?o y letra su ocupaci¨®n: director de cine.
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