La voz que reclama Palestina
Arab Idol, el concurso de cante televisivo, ha convertido a Mohamed Assaf en emisario de la ONU
Cuando Mohamed Assaf quiso presentarse al concurso de canto Arab Idol tard¨® dos d¨ªas en obtener del grupo islamista Ham¨¢s el permiso para abandonar Gaza. Lleg¨® tarde, no logr¨® turno y se vio privado de entrar al hotel de El Cairo donde se celebraban las audiciones. Le dio igual. All¨ª no pod¨ªa acabar su sue?o. Salt¨® un muro, se col¨® en las pruebas y cant¨® en los pasillos, hasta que otro aspirante palestino, con menos dotes para el canto, reconoci¨® el enorme talento de Assaf y le cedi¨® su turno. El gazat¨ª gan¨® el concurso y ha pasado de tener que superar barreras ¡ªlas que le pone la vida a un joven palestino criado en un campo de refugiados¡ª a verse resguardado por ellas. Una cohorte de guardaespaldas, m¨¢nagers, asistentes y empleados le parapeta hoy del mundo exterior en el hotel m¨¢s lujoso de Ramala. Es uno de los peajes que debe pagar en la autov¨ªa de la fama a la que se acaba de incorporar.
Assaf, de 23 a?os, es m¨¢s que un cantante. Es realmente un ¨ªdolo. Su faz aparece en carteles en las plazas de Ramala, Nablus y Bel¨¦n. Los ni?os de la calle venden en los sem¨¢foros discos compactos con grabaciones de sus actuaciones. Se le conoce por el apodo el ruise?or de Palestina o, como le bautiz¨® uno de los jueces de Arab Idol, el cohete, por su chorro de voz y su energ¨ªa sobre el escenario. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados en la zona le ha nombrado embajador para la juventud y la Autoridad Palestina le ha elegido enviado especial para asuntos culturales y art¨ªsticos.
En la final enton¨® el himno de su pueblo sin pa¨ªs: ¡®Levanta la kufiya¡¯ (el pa?uelo)
Palestina adora a Assaf. Sobre todo, desde el momento en que la hinchi¨® de orgullo al entonar en la final del concurso, en junio, no un tema pop o una balada en ingl¨¦s, sino la canci¨®n Levanta la kufiya (pa?uelo palestino), de tono nacionalista, que habla del sufrimiento de su pueblo y las esperanzas que tiene depositadas en el futuro. All¨ª estaba, sobre un escenario de Beirut y ante todo el mundo ¨¢rabe, un portento vocal cant¨¢ndole un himno a un pueblo sin pa¨ªs. Era un mensaje claro: Assaf no es una estrella que se abstenga de hablar de asuntos pol¨ªticos. ¡°Me siento especialmente feliz cuando canto una canci¨®n palestina¡±, dice hoy. ¡°Siento que representa m¨¢s de 60 a?os de ocupaci¨®n y la dureza de la situaci¨®n de la ciudadan¨ªa palestina¡±.
Encontrarse con Assaf no es hoy tarea f¨¢cil. Su agenda est¨¢ plagada de eventos. Un d¨ªa canta para los jugadores del Bar?a, que est¨¢n de visita oficial en la zona, y al siguiente viaja a Beirut para conocer a productores para un futuro disco. Su agente y responsable de seguridad cancela varios encuentros y ofrece una cita final a las 21.30 del domingo, en la suite del cantante en el hotel Grand Park de Ramala. El pasillo lo custodia un equipo de escoltas que inspecciona a los visitantes y obliga a apagar tel¨¦fonos m¨®viles. En la puerta de la habitaci¨®n espera un joven. ¡°Soy una especie de amigo, m¨¢s o menos¡±, dice. Quiere llevarle a cantar a Nablus. Peajes de la fama.
La Autoridad Palestina le ha elegido enviado especial cultural
Assaf naci¨® en 1989 en Libia de padres palestinos y se cri¨® en el campo de refugiados de Jan Yunis. Estudi¨® periodismo y hasta hace dos meses se ganaba la vida cantando en bodas y banquetes en la Franja. ¡°La vida en Gaza es muy dura. No exagero cuando digo que es muy dif¨ªcil vivir all¨ª, pero creo que finalmente querr¨¦ volver, es mi hogar¡±, dice. Su voz es profunda, la de alguien mayor. Viste de forma impecable, de marcas que no se encuentran en Gaza. Extremadamente educado, nunca pierde una sonrisa que denota que no se acaba de creer lo que le est¨¢ pasando. ¡°Ni siquiera pens¨¦ que llegar¨ªa al escenario de Arab Idol¡±, dice.
El martes el Estado de Israel le dio permiso para mudarse definitivamente, junto a su hermana, cu?ado y dos sobrinos, a Cisjordania, aunque pasa la mayor parte de su tiempo en Dubai. ¡°Por la naturaleza de mi trabajo, tengo que ir a Emiratos frecuentemente, pero mi coraz¨®n est¨¢ en Palestina. Donde quiera que voy siento que este es mi lugar y quiero estar aqu¨ª¡±, dice.
Se cri¨® en un campo de refugiados, estudi¨® periodismo y cantaba en bodas
Inconexas y con el Estado de Israel entre ellas, Gaza y Cisjordania formar¨ªan un Estado palestino de firmarse un acuerdo de paz definitivo. Est¨¢n, sin embargo, divididas pol¨ªticamente. La Franja la controla desde 2007 el grupo islamista Ham¨¢s, que no ve con buenos ojos los concursos occidentalizados como Arab Idol, donde hay mujeres que cantan canciones de amor sin ir cubiertas por el velo. Assaf ha aprovechado la prominencia que le ha dado el concurso para pedir la unidad del pueblo palestino. Su relaci¨®n con Ham¨¢s es g¨¦lida. Donde se le ha visto a gusto es en Cisjordania, departiendo con el presidente palestino Mahmud Abbas o visitando la tumba de Yasir Arafat.
Assaf promete seguir siendo el mismo, pase lo que pase. ¡°Viv¨ª una vida y una infancia dif¨ªciles, en circunstancias muy duras, y a pesar de esos momentos duros hubo cosas muy hermosas, que nunca olvidar¨¦. El dinero y la fama no me van a cambiar¡±, dice. ¡°Cuando la gente habla de m¨ª, hablaba del palestino que gan¨® Arab Idol. Por eso quiero cantar por la independencia y por la libertad, despu¨¦s de lo que los palestinos hemos sufrido m¨¢s de 60 a?os¡±.
El Estado de Israel le ha dado permiso para vivir en Cisjordania
A¨²n as¨ª, con su mudanza a Cisjordania, atr¨¢s quedan los campos de refugiados de Gaza, con sus desangeladas estructuras de hormig¨®n y asfixiante masificaci¨®n. La semana que viene comienza en Dubai una gira con el equipo de finalistas del programa, que le llevar¨¢ a Egipto y Marruecos. Acaba de grabar un single y el tema central de una serie de televisi¨®n y el presidente de la FIFA, Sepp Blatter, le ha invitado a cantar en el mundial de f¨²tbol de Brasil del a?o que viene.
De peque?o Assaf so?aba con ser cantante, pero no se atrevi¨® a imaginar un ¨¦xito como el de ahora. Sus deseos se han visto colmados. Pero si se le pregunta por un sue?o a¨²n incumplido, cierra los ojos y, sin perder la sonrisa, dice: ¡°Quiero que mi pa¨ªs sea libre para poder vivir y cantar en ¨¦l. Es el sue?o de todos los palestinos y soy hijo de este pa¨ªs. Queremos libertad y la independencia¡±.
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