Vacaciones sobre el mar: los millonarios no pisan la arena
Los yates de ricos y famosos surcan los mares y los llenan de lujo Este a?o un nuevo gigante surcar¨¢ las aguas, el Azzam
Ning¨²n multimillonario que se precie pasa sus vacaciones en tierra, lidiar con la arena y las sombrillas no es para ellos. Para los que tienen una cuenta bancaria abultada, vacaciones es sin¨®nimo de sacar el yate a pasear. Por eso cuando empiezan a asomar los primeros rayos de sol decenas de lujosas embarcaciones surcan los mares de medio mundo y la jet set cruza la pasarela o se montan en el bote que une estas mansiones marinas con el suelo que pisa el resto de los mortales. Cuanto m¨¢s grande mejor, por eso los propietarios mantienen una disputa en las altas esferas por exhibir el barco con m¨¢s metros de eslora o el m¨¢s opulento, en definitiva, el yate est¨¢ para que se vea.
Los mundanos no pueden saber, ni casi imaginarse lo que sucede dentro, solo se adivina lo que los ocupantes quieren cuando se asoman a cubierta a lucir sus bronceados cuerpos. Y con algunos ni eso, por ejemplo el magnate ruso Roman Abramovich, propietario del Chelsea, implant¨® en su Eclipse, que durante a?os ha sido el yate m¨¢s grande del mundo, un sistema anti-paparazzi, un escudo que repele los sensores de luz de las c¨¢maras. El oligarca instal¨® este costoso extra junto con otros tantos, entre ellos un sistema antimisiles y dos minisubmarinos. Abramovich quiere defenderse de todos sus enemigos, incluidos los fot¨®grafos. El multimillonario, que colecciona grandes embarcaciones (su flota se completa con el Pelorus y el Ecstasea), acaba de perder el honor de poseer el yate privado de mayor dimensi¨®n del mundo con sus 169 metros de eslora, dos piscinas, dos helipuertos, una discoteca y alrededor de 30 camarotes, porque ha sido destronado por el Azzam que fue botado hace tres meses y que mide 180 metros de largo (como dos campos de f¨²tbol). La identidad de su due?o no se ha hecho p¨²blica, aunque varios medios especulan con que pueda ser un miembro de la familia real saud¨ª. El magnate bielorruso Andrey Melnichenko y Aleksandra su mujer presumen de su megayate A (bautizado as¨ª por la inicial de ambos), por el que desembolsaron 300 millones de euros.
Lo cierto es que en la lista de los yates m¨¢s grandes y lujosos, los ¨¢rabes ganan por goleada. Antes de que se construyera el Eclipse, la embarcaci¨®n con m¨¢s eslora que hab¨ªa navegado por los mares era el Dubai, el yate oficial del emirato, valorado en 183 millones de euros. Cuando en Espa?a lo que est¨¢ en tela de juicio es el uso de coches oficiales, all¨ª no dudan en moverse en este gigante del mar que pertenece al jeque Mohamed bin Rashid Al Maktoum. Tiene tres ascensores, varias piscinas, jacuzzis, discotecas y gimnasio, adem¨¢s de una pista de squash, un spa y el helipuerto que no puede faltar en ninguna de estas superembarcaciones. El siguiente en la lista de los yates m¨¢s grandes es el Al-Salamah, propiedad del pr¨ªncipe saud¨ª Bin Abdul Aziz, que cuenta incluso con su propio hospital.
Los magnates del sector de la telecomunicaci¨®n tampoco son de quedarse en tierra. Paul Allen, uno de los fundadores de Microsoft, es un gran aficionado al mar y se deja abrazar cada a?o por su Octopus (pulpo en ingl¨¦s), por su Meduse o por su Tatoosh. Allen quiso hace un a?o que una de sus embarcaciones tuviera un fin m¨¢s all¨¢ del recreativo y prest¨® el Octupus, un imponente barco blanco y negro, a la Marina del Ej¨¦rcito brit¨¢nico para que pudieran recuperar una campana perteneciente a un nav¨ªo que se hundi¨® durante la segunda guerra mundial. Otro de los multimillonarios que no quiso perderse la sensaci¨®n de tener un yate fue Steve Jobs, pero muri¨® antes de poder verlo terminado, su Venus fue botado hace nueve meses, un acto en el que estuvieron presentes su viuda y sus hijos.
Los dise?adores cambian en verano la pasarela por la que caminan sus modelos por la que les conduce hasta sus embarcaciones doradas. Por el de Roberto Cavalli, una embarcaci¨®n de dudoso gusto que cambia de color seg¨²n le d¨¦ el sol y que es famoso por las fiestas que se montan en su interior, han paseado estrellas como Sharon Stone, Irina Shayk o Carolina Kurkova. El italiano no pudo esperar al verano e hizo de su barco uno de los protagonistas de la 66 edici¨®n del festival de Cannes, el pasado mayo. Dolce & Gabbana tambi¨¦n han invitado al suyo a celebrities como Eva Mendes.
Aunque Amancio Ortega no es muy dado a la ostentaci¨®n, el tercer hombre m¨¢s rico del mundo y fundador de Inditex, no se resisti¨® a contar con su propia embarcaci¨®n de lujo. Este verano ya ha sacado del astillero de Sanxenxo (Pontevedra) en el que normalmente atraca al Valoria, que cuesta seis millones de euros y ha disfrutado de unos d¨ªas de descanso junto a su nieto de cuatro meses. Florentino P¨¦rez, presidente del Real Madrid, ya va por la tercera versi¨®n de su Pitina, as¨ª se llaman sus embarcaciones en honor a su mujer, fallecida el a?o pasado. El Pitina III cost¨® 18 millones de euros.
Tres millones m¨¢s es lo que vale el yate Fortuna, que hasta hace cuatro meses pertenec¨ªa al Rey y que ahora est¨¢ en manos del Estado. La casa real europea que no tiene problema en seguir navegando es la monegasca, que este a?o vuelve a llenar los tanques de su Pach¨¢ y en la que seguramente, Carlota Casiraghi aproveche para lucir en cubierta su nueva figura.
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