Un margen de esperanza en Oriente Pr¨®ximo
Las conversaciones de paz entre israel¨ªes y palestinos ponen a prueba el futuro de la regi¨®n
Siria es una pesadilla viva. Egipto se encuentra al borde del precipicio, pero, como demuestra el inicio de conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, hay se?ales de esperanza y, aunque pueda parecer il¨®gico, la agitaci¨®n en esta esa regi¨®n est¨¢ sacando por fin a la superficie sus problemas fundamentales de un modo que permite afrontarlos y superarlos. Este no es un momento de desesperaci¨®n, sino de compromiso activo.
Nadie consider¨® que hubiera la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de reavivar el proceso de paz palestino-israel¨ª y, sin embargo, ha sucedido y no se trata de conversaciones sobre conversaciones, sino de una aut¨¦ntica reactivaci¨®n de las negociaciones sobre el estatuto definitivo, con el compromiso por las dos partes de permanecer en el proceso al menos durante nueve meses.
Para quienes en el pasado nos hemos esforzado denodadamente ¡ªy con frecuencia en vano¡ª en relaci¨®n con esta cuesti¨®n, se trata de un logro enorme conseguido por la tenaz determinaci¨®n del secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, y la buena disposici¨®n del primer ministro de Israel, Benjam¨ªn Netanyahu, y del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, a correr riesgos pol¨ªticos con su opini¨®n p¨²blica.
Se ha reparado mucho menos en la visita que hizo el presidente de Yemen, Abd Rabbuh Mansur Hadi, a Washington. Contra todo pron¨®stico, Yemen est¨¢ experimentando un proceso de transformaci¨®n pol¨ªtica, y 500 delegados de todos los sectores de la sociedad est¨¢n preparando planes a favor de la democracia, la justicia y la igualdad.
En Irak, despu¨¦s de a?os de disminuci¨®n de la violencia sectaria, las cifras de v¨ªctimas han vuelto a aumentar, en parte por la guerra en la vecina Siria. Sin embargo, incluso en Irak, el gran ayatol¨¢ Al¨ª al Sistani, el cl¨¦rigo chi¨ª m¨¢s influyente del pa¨ªs, hizo p¨²blica recientemente una declaraci¨®n trascendental en la que proclam¨® la necesidad de un Estado civil, no religioso, con igual libertad para que todos participen. Sistani expres¨® tambi¨¦n su desacuerdo con los grupos pr¨®ximos a Ir¨¢n que quieren que los chi¨ªes vayan a Siria para luchar a favor del r¨¦gimen de Bachar el Asad, junto con Hezbol¨¢.
Asimismo, al comienzo del Ramad¨¢n, el rey Abdal¨¢ de Arabia Saud¨ª, que es tambi¨¦n el custodio de dos mezquitas sagradas, hizo una s¨®lida declaraci¨®n en la que reivindicaba el credo del islam frente a quienes lo perviertan en nombre de la pol¨ªtica.
Las divisiones internas en Egipto revelan un clar¨ªsimo despertar? que tiene su propio significado
Libia y T¨²nez distan de estar asentados, como lo demuestran el reciente asesinato del principal pol¨ªtico de la oposici¨®n de T¨²nez y la presencia de milicias descontroladas en las ciudades libias, pero los dem¨®cratas no abandonan.
En toda la zona septentrional del ?frica subsahariana, hay ahora nuevas y grandes amenazas de grupos terroristas bien armados y financiados que profesan una t¨®xica ideolog¨ªa islamista procedente de Oriente Pr¨®ximo. Pa¨ªses como, por ejemplo, Nigeria, han sufrido horriblemente a causa de acciones terroristas realizadas por una variedad de extremismo religioso que es ajeno a su sociedad, pero, pese a todo, este pa¨ªs est¨¢ experimentando un r¨¢pido crecimiento econ¨®mico y acaba de ponerse en marcha una reforma importante ¡ªque hace poco se consideraba, de manera generalizada, imposible de realizar¡ª del sector energ¨¦tico.
Entretanto, con una Constituci¨®n aut¨¦nticamente no excluyente y administrada objetivamente, Egipto podr¨ªa orientarse de nuevo hacia la democracia. Se ha prometido la celebraci¨®n de elecciones a comienzos de 2014 y todos los partidos, incluidos los Hermanos Musulmanes, podr¨ªan participar. De lo contrario, Egipto podr¨ªa quedar paralizado e imposibilitado para rectificar su terrible situaci¨®n econ¨®mica y restablecer el orden, sin el cual no hay progreso posible.
Pero las divisiones internas de Egipto revelan un clar¨ªsimo despertar en la regi¨®n que tiene su propio significado. Se est¨¢n aprendiendo con extraordinaria rapidez las ense?anzas sobre el gobierno, la buena administraci¨®n p¨²blica y la democracia que Occidente tard¨® siglos en asimilar.
Hay cansancio de la violencia y el desorden que provocan las pol¨ªticas de tormentas de fuego
Ahora est¨¢ claro que el statu quo en esa regi¨®n no se mantendr¨¢. La idea de que gobierne un ¡°hombre fuerte¡±, al frente de un r¨¦gimen que mantiene el orden y que le resulta c¨®modo al resto del mundo para relacionarse con ¨¦l, porque es previsible, es cosa del pasado. No importa que el ¡°hombre fuerte¡± fuera un psic¨®pata, como Sadam Husein, o un moderado, como Hosni Mubarak, que mantuvo la paz en la regi¨®n. Estamos en el siglo XXI y los ciudadanos de a pie quieren ser quienes forjen la pol¨ªtica de su pa¨ªs. La alternativa es entre transici¨®n y revoluci¨®n.
La transici¨®n, siempre que sea viable, es claramente preferible. Sinceramente, Siria habr¨ªa estado mejor con ella. Los ciudadanos han probado la pol¨ªtica provocada por una tormenta de fuego. En toda la regi¨®n, hay cansancio de la violencia y del desorden que provoca la pol¨ªtica de las tormentas de fuego. Cada vez son m¨¢s los que consideran que es mejor que el cambio vaya acompa?ado de la estabilidad y que solo si un debate se celebra en una atm¨®sfera en la que los argumentos pueden ser audaces, ¨¢speros incluso, pero no inflamatorios, funciona la democracia.
Y tambi¨¦n hay una aceptaci¨®n incipiente del principio de que la libertad religiosa es una parte necesaria de las sociedades libres y abiertas. La discusi¨®n sobre el papel de la religi¨®n en el Gobierno y la sociedad se caracteriza ahora por la transparencia, lo que es enormemente importante y sano. Por primera vez, hay un debate inteligente y vivo sobre esa cuesti¨®n, que es la esencia de los problemas de Oriente Pr¨®ximo.
Las sociedades abiertas son incompatibles con las econom¨ªas cerradas. Un sector privado que funcione y cree puestos de trabajos suficientes y escuelas que instruyan a la gran poblaci¨®n joven para que afronte el actual mundo interconectado son requisitos imprescindibles para el progreso.
La cuesti¨®n palestino-israel¨ª reviste importancia decisiva para todos por razones evidentes, pero tambi¨¦n pone a prueba la capacidad de la regi¨®n para forjar un futuro diferente y mejor. Si esos dos pueblos pueden encontrar razones comunes para crear dos Estados, democr¨¢ticos y libres, despu¨¦s de decenios de rencor y derramamiento de sangre, la regi¨®n tendr¨ªa un modelo de esperanza enormemente convincente.
Pero el inicio de las conversaciones de paz en Washington habr¨ªa sido imposible sin el compromiso total de Estados Unidos y otros sectores internacionales implicados. Esa es la ense?anza que debemos tener presente, mientras Siria se desintegra ante nuestros ojos. Por mucho que deseemos mirar para otro lado, las consecuencias de permitir que el derramamiento de sangre en Siria siga su rumbo muy bien pueden ser desastrosas para la regi¨®n y para la seguridad de Occidente.
Desde luego, podemos empezar a ver ciertos elementos comunes en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, lo sucedido en Afganist¨¢n e Irak, las revoluciones ¨¢rabes, lo ocurrido en Ir¨¢n, Siria, Egipto y la propagaci¨®n del terror basado en el extremismo religioso. Uno de ellos se refiere a la recuperaci¨®n de los Estados tras a?os de represi¨®n a fin de forjar instituciones capacitadas para atender las necesidades del mundo moderno. Otro ¡ªclaramente vinculado¡ª es el de los esfuerzos de pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana para determinar la relaci¨®n entre religi¨®n y pol¨ªtica. Todo el mundo tiene un enorme inter¨¦s en los efectos de dichos elementos.
Tony Blair, primer ministro de Reino Unido de 1997 a 2007, es el enviado especial del Cuarteto para Oriente Pr¨®ximo.
? Project Syndicate, 2013.
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