Mucho m¨¢s que la m¨¢s rica
Rosal¨ªa Mera fue la parte invisible de Zara. Tras amasar una fortuna, y parapetada en la vida familiar, se reh¨ªzo hasta convertirse en la millonaria d¨ªscola temida por el poder pol¨ªtico
No hay un estereotipo que sirva para Rosal¨ªa Mera y ella lo sab¨ªa. Vuelvo a leer la entrevista que quiso que hici¨¦semos para este peri¨®dico hace nueve a?os y me vuelvo a re¨ªr con ella, era un espect¨¢culo de inteligencia, libertad en la expresi¨®n y alegr¨ªa. En todo momento lat¨ªa el desaf¨ªo que se hac¨ªa a s¨ª misma por llegar a un l¨ªmite, sab¨ªa que pod¨ªa desconcertar al interlocutor y le gustaba jugar. La mujer seria, ir¨®nica, severa, adem¨¢s de inteligente era lista y, sobre todo, alegre.
Es inevitable que busquemos la relaci¨®n entre la mujer que fue y la calificaci¨®n como ¡°la m¨¢s rica de Espa?a¡±. No podemos eludir eso porque ser¨ªa absurdo, ese es el motivo por el que ahora se le dedica este espacio y, adem¨¢s, a ella le parecer¨ªa fatal: estaba muy orgullosa de ello, incluso ten¨ªa el prurito de serlo. Si un a?o la revista Forbes no lo atestiguaba como deb¨ªa por alg¨²n motivo ello no pod¨ªa ser de su agrado, c¨®mo iba a serlo con lo que le hab¨ªa costado. Desde luego que sab¨ªa lo que era y sab¨ªa qui¨¦n era tambi¨¦n. ?Orgullosa? ?Desde luego! Pero siempre elegante.
Su apuesta por hacer vida com¨²n en lugares corrientes era celebrada
A estas alturas los principales rasgos de su vida son conocidos, unos rasgos tan marcados, tan extremos que pueden dar una caricatura cargada de tinta. ¡°Los or¨ªgenes mandan¡±, dec¨ªa. Sali¨® del mundo del proletariado coru?¨¦s, aunque ella no lo calificar¨ªa as¨ª, sino de ¡°la gente¡±, ¡°mi barrio¡±..., su lenguaje era personal no arquet¨ªpico. Ella se lo gan¨® todo a pulso, tambi¨¦n el lenguaje. A Coru?a, la ciudad donde naci¨® y donde vivi¨®, era y es una capital de provincia con un orden social muy claro, ella asum¨ªa su origen humilde con naturalidad y orgullo, pero conociendo perfectamente el juego de las fantasmagor¨ªas clasistas nunca pis¨® sus trampas, era demasiado inteligente..., y demasiado rica.
Lo que s¨ª reivindicaba y, ah¨ª pon¨ªa pie en pared, era su propia historia personal ligada a la leyenda de Zara, luego Inditex, ella la fundaba en un equipo de cuatro personas, dos matrimonios j¨®venes, cosiendo batas y escrutando y creando el futuro. Esa leyenda est¨¢ contada. Pero en realidad la Rosal¨ªa Mera que quiere ser contada naci¨® despu¨¦s, tras una crisis y un alto en el camino, crisis en el matrimonio y en su situaci¨®n en relaci¨®n con la empresa, o sea toda su vida anterior. Entonces Rosal¨ªa se tom¨® a s¨ª misma y con sus propias manos se construy¨® reconstruy¨¦ndose.
Era una mujer antes que nada y sobre cualquier cosa y, a continuaci¨®n, madre
La Rosal¨ªa que en alg¨²n momento decidi¨® mostrarse era una persona totalmente due?a de s¨ª misma, se pose¨ªa. Se gan¨® a s¨ª misma y hablaba desde s¨ª misma. Y eso no se consigue sin lucha ¨ªntima y violenta y no se tiene sin tensi¨®n. Era una mujer en tensi¨®n, en latencia, en potencia. Tom¨® la decisi¨®n de vivir sin protagonismo p¨²blico, pero al tiempo que se apartaba tambi¨¦n viv¨ªa la tentaci¨®n de mostrarse.
Teoriz¨® su trabajo humilde en una fundaci¨®n que ayudaba a j¨®venes con problemas, pero era consciente de que ese camino ten¨ªa un acompa?amiento te¨®rico ambicioso. Y, como eso, las dem¨¢s iniciativas, incluidas algunas inversiones empresariales. Creo que nunca se se?al¨® adecuadamente que Rosal¨ªa Mera a partir de un momento en la mitad de su vida se puso a estudiar, no solo adquiri¨® una formaci¨®n cultural que su vida anterior desde ni?a le hab¨ªa negado, sino que forj¨® una verdadera intelectual capaz de argumentar consideraciones notables sobre la sociedad y sus problemas. Uno se acercaba a ella preparado para encontrarse con alg¨²n tipo de empresaria y se las ten¨ªa que ver con una intelectual perspicaz que, aun por encima, ten¨ªa toda una teor¨ªa personal sobre muchas cosas. Y as¨ª estaba ella, sabiendo que sab¨ªa, pero en penumbra. Negociando su silencio consigo misma. De todos modos hubo un momento en que quiso decir qui¨¦n era, ser ella quien se contase y l¨®gicamente eso aument¨® la curiosidad por su persona, por aquel personaje de empresaria intelectual. Se transform¨® en un personaje atractivo. ?Presumida? ?Desde luego! Pero siempre elegante.
Pero los rasgos de un personaje siempre son t¨®picos y en su persona en cambio todo nac¨ªa de una posici¨®n grave. Rosal¨ªa era mujer antes de nada y sobre cualquier cosa, y a continuaci¨®n madre. La familia fue una figura fundamental en su imaginaci¨®n, y por eso la ruptura de su matrimonio fue para ella un fracaso de toda su vida, y por eso su condici¨®n de madre comprendi¨® que era su centro oculto. Pero un centro desde donde emanaba gran parte del sentido de su vida. Sobre la familia, el matrimonio, el amor entre hombres y mujeres, la maternidad..., reflexionaba en t¨¦rminos generales, pero en el fondo siempre lo hizo hablando de su experiencia personal, cuya mayor creaci¨®n fueron sus hijos.
No dudaba en criticar las pol¨ªticas antisociales y los recortes
Experiencia de mujer, siempre. De hecho, interpretaba su modo de actuar con su patrimonio, sus actuaciones como ¡°rica¡±, como el modo que le es propio a las mujeres. Un modo de actuar prudente, pr¨¢ctico, cuidadoso en la administraci¨®n de los recursos, con objetivos concretos... No es raro que para ella la parte m¨¢s significativa de la historia de su empresa fuese la primera parte, antes de que Zara se hiciese visible, la parte que se basaba en un trabajo inteligentemente orientado, pero discreto y s¨®lido. La parte m¨¢s invisible de la historia, la m¨¢s ¡°femenina¡± si se quiere. Actuar en coherencia con ese modo de pensar supon¨ªa que ella participase a diario del trabajo de su fundaci¨®n, Paideia, y de los encuentros con los j¨®venes y sus familias en las localidades donde interven¨ªa, y all¨ª estaba ella.
Pero tambi¨¦n entend¨ªa que las mujeres ten¨ªan un rasgo de burla y cuestionamiento soterrado del poder. Desde luego ella lo hizo. En su ciudad era respetada por la mayor¨ªa de sus conciudadanos, su apuesta por hacer una vida com¨²n en los lugares m¨¢s corrientes era celebrada, pero tambi¨¦n era una persona inc¨®moda para quienes tej¨ªan los hilos del poder local. Y es que siendo una gran fortuna y, por tanto, un gran poder no se entr¨® a participar de los ama?os y acuerdos de los se?ores y, peor, adem¨¢s de mantenerse al margen, no disimulaba su iron¨ªa sobre las escenificaciones de poder. Pero peor a¨²n, practicaba la libertad en su vida y en su expresi¨®n. Vale de ejemplo su compromiso con ¡°Nunca m¨¢is!¡±, que fue una estupenda bofetada a un poder local y a un Gobierno que se encerraba a tejer las m¨¢s oscuras complicidades. ?Chula? ?Desde luego! Pero siempre elegante.
A la mitad de su vida se puso a estudiar y forj¨® a una intelectual
La millonaria d¨ªscola que tem¨ªa el poder pol¨ªtico. Desde luego que eso le produc¨ªa placer. No dudaba en solicitar subvenciones para la fundaci¨®n que presid¨ªa, pero tampoco dudaba en criticar las pol¨ªticas antisociales de recortes en educaci¨®n y salud. Lo hac¨ªa en nombre de la sensatez que ella cre¨ªa era lo m¨¢s propio a las mujeres y a las madres.
No s¨¦ si queda clara mi admiraci¨®n por ella, pero por si no quedase a?adir¨¦ que creo que era una persona hermosa y buena y la gente buena que se muere siempre es demasiada. Pero podemos dejar a un lado el fallecimiento, recordarla como era y entonces podemos re¨ªrnos con ella, a carcajadas. A cualquier mujer, mucho m¨¢s a una mujer as¨ª, es canallada consciente o ignorancia llamarla ¡°la exesposa de¡±. Ella era Rosal¨ªa Mera.
Un adi¨®s entre lo p¨²blico y lo an¨®nimo
La mujer avanz¨® con paso decidido hacia la nube de periodistas y gr¨¢ficos acampados desde primeras horas de la ma?ana a las puertas de uno de los tanatorios m¨¢s concurridos de A Coru?a, esper¨® paciente que encendieran grabadoras y c¨¢maras ¨¢vidas de obtener declaraciones y lanz¨®, sin titubear: ¡°Soy Beatriz Qui?oy, madre de un trabajador de la Fundaci¨®n Paideia, y quiero darle las gracias as¨ª como a Rosal¨ªa Mera¡±. Su hijo, discapacitado, trabaja como jardinero gracias a la instituci¨®n creada por la empresaria coru?esa, cofundadora del imperio textil Inditex, fallecida repentinamente el jueves. ¡°Gracias a esta fundaci¨®n, a Rosal¨ªa y a su hija Sandra, mi hijo tiene vida social y yo tambi¨¦n¡±, proclam¨®.
Que una perfecta desconocida, erigida en portavoz de los empleados de Paideia y ¡°muchas familias de discapacitados¡± abriera ayer el baile de declaraciones de los cientos de personas, an¨®nimas o personalidades de la vida p¨²blica y social, que acudieron a la capilla ardiente de la mujer m¨¢s rica de Espa?a ¡ªy ¡°la m¨¢s rica del planeta hecha a s¨ª misma¡±, seg¨²n la revista Forbes¡ª responde al empe?o que siempre tuvo la empresaria de impregnar de normalidad y discreci¨®n su vida pese a la notoriedad inevitable que le daba su fortuna y el formidable ¨¦xito en un tiempo r¨¦cord del imperio textil construido desde la nada junto a su exmarido Amancio Ortega.
La propia elecci¨®n de uno de los principales tanatorios de su ciudad natal, abierto al p¨²blico y compartido ayer con familiares y amigos de otros cuatro fallecidos, refleja tambi¨¦n su dicotom¨ªa vital, a medio camino entre su fobia por el rebumbio medi¨¢tico y su af¨¢n de levantar la voz, alto y claro, para alabar a los indignados del 15-M, denunciar los recortes del Gobierno en sanidad, educaci¨®n o defender el derecho al aborto.
Alejado de cualquier pompa ser¨¢ tambi¨¦n hoy el entierro de Rosal¨ªa Mera en la peque?a iglesia de Santa Eulalia de Li¨¢ns, en la localidad costera de Oleiros, a las afueras de A Coru?a donde llevaba a?os residiendo. Acompa?ar¨¢n a sus familiares y amigos cientos de personas, adem¨¢s de autoridades de todos los ¨¢mbitos, acorde con la diversidad de las actividades sociales y empresariales de una multimillonaria nacida en el seno de una humilde familia del barrio m¨¢s obrero de A Coru?a. El presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, encabezar¨¢ la representaci¨®n del poder p¨²blico.
Pol¨ªticos, sindicalistas y personalidades de la vida social y cultural lamentaban ayer la p¨¦rdida inesperada de la activa emprendedora que atribu¨ªa su energ¨ªa al hecho de ¡°militar las 24 horas¡±, como record¨® Pilar Mingote, coordinadora de una asociaci¨®n de reclusas de la c¨¢rcel coru?esa de Teixeiro a las que Mera ayudaba. ¡°Es un palo muy grande¡±, lamentaba a las puertas del velatorio la directora de la productora Vaca Films (Celda 211), Emma Lustres. ¡°Superaba la imagen de una empresaria, ojal¨¢ todos fuesen as¨ª¡±, elogiaron los principales dirigentes sindicales de Galicia.
Destacar su incansable af¨¢n por hacer visible en la sociedad a discapacitados y excluidos sociales fueron repetidas reiteradamente entre las palabras de cari?o y recuerdo que las m¨²ltiples autoridades que acudieron al tanatorio. ¡°Una mujer poderosa y no precisamente en lo material, sino en la otra parte del ser humano¡±, subray¨® la cantante Luz Casal. ¡°Pese a su privilegiada posici¨®n social y a algunas contradicciones empresariales¡±, destac¨® en un comunicado la plataforma para la defensa de la sanidad p¨²blica, ¡°Rosal¨ªa Mera siempre mantuvo unas posiciones claras en contra de la pol¨ªtica de desmantelamiento del sistema sanitario p¨²blico¡±.
Extremadamente celosa de su privacidad, su hija, Sandra Ortega Mera, as¨ª como dos de sus tres nietos, ambos adolescentes, aguantaron estoicamente ayer el acoso de las c¨¢maras en sus escasas idas y venidas al exterior del tanatorio. Apenas exist¨ªan hasta ayer fotos p¨²blicas de todos ellos. Estaban con su madre y abuela, de vacaciones en Menorca, cuando ¨¦sta sufri¨® un derrame cerebral en la tarde noche del mi¨¦rcoles. ¡°Fue algo repentino¡±, confirm¨® Jos¨¦ Machuca, m¨¦dico de la familia y ¡°amigo de siempre¡±. Pero al confirmarse la irreversibilidad de su estado, ¡°vimos que era mejor traerla¡± para su ciudad natal, donde fallecer¨ªa el jueves sobre las 20.30. Ten¨ªa 69 a?os.
Su exmarido Amancio Ortega, due?o de Inditex, tambi¨¦n se pas¨® buena parte del d¨ªa acompa?ando a su hija y nietos en la capilla ardiente. Haciendo gala de su habitual campechaner¨ªa, en mangas de camisa y sin corbata, Ortega no rehuy¨® mezclarse en la cafeter¨ªa o en los pasillos del tanatorio con los familiares de otros fallecidos que tambi¨¦n estaban velando a los suyos. Por la tarde, coincidi¨® all¨ª con el presidente del grupo Inditex, Pablo Isla. Ni uno ni el otro, al igual que el resto de la familia de la fallecida, hicieron ning¨²n tipo de declaraci¨®n p¨²blica. El af¨¢n de que el sepelio ¡ª hoy a las 11.00¡ª de Rosal¨ªa Mera Goyenechea sea sencillo y rodeado de normalidad, en la medida de lo posible, es prioritario para su familia. Aunque todo apunta a que no cabr¨¢ ni un alfiler en la peque?a iglesia de Santa Eulalia de Li¨¢ns, en cuyo cementerio recibir¨¢ sepultura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.