Verano.es

Yo debo ser una persona rara porque no encuentro ning¨²n sentido a algunas de las fiestas m¨¢s populares que se celebran durante el mes de agosto en poblaciones varias de nuestro pa¨ªs. Por ejemplo ?Qu¨¦ gracia tiene ver correr a un toro asustado con unas antorchas en los cuernos? Es cierto que a veces el toro, enfadado y con raz¨®n, arremete contra alguna de las personas que participan de forma activa en el jolgorio ¡ªahora mismo hay varias en el hospital a cuenta del evento¡ª. No le veo el inter¨¦s, la verdad.

Ni siquiera la aclamada Tomatina. Vale, es tradici¨®n, no hace da?o a nadie (ni siquiera a un animal, lo que ya es extra?o en este pa¨ªs), genera grandes ingresos a la localidad donde se celebra por los miles de personas que asisten... pero yo veo las im¨¢genes y me sube un reflujo pensando en el olor que debe producir tanto t¨®mate y tanto sudor humano, y no acierto a ver el encanto.

Pero no s¨®lo est¨¢ la cuesti¨®n del gusto de la fiesta. Estos eventos cuestan a los ayuntamientos un dinero que no tienen. Endeudan a la ciudadan¨ªa con actividades que son m¨¢s apreciadas por los de fuera que por los de dentro. Y en el caso de la Tomatina ahora existe una gesti¨®n privada que se ocupa de la venta de entradas, los precios oscilan entre 10 y 750 euros, y nadie sabe a donde va la mayor parte de los ingresos.

?Soy yo la ¨²nica en no ver el inter¨¦s de estas celebraciones de verano, en ocasiones con tintes opacos sobre resultados y gesti¨®n?¡ª Lola Pereira.