Dolo y culpa

Qu¨¦ duda cabe que conocer el coste de los servicios p¨²blicos ayuda a la concienciaci¨®n de la sociedad para su uso racional. Con tal fin, se han emitido facturas sanitarias imaginarias informando al usuario del montante de la asistencia recibida. M¨¢s recientemente, en Madrid, se han enviado cartas a miles de familias con una estimaci¨®n media del coste real de una plaza en la escuela infantil. Tambi¨¦n empieza a ser habitual la pol¨ªtica de cobrar por los gastos del rescate a aquellas personas que se hallan en una situaci¨®n cr¨ªtica por negligencia propia.

Muy bien me parece todo. Pero ya que esta sociedad se muestra tan exigente con los imprudentes, por qu¨¦ no obra igual con quienes infringen a sabiendas las normas una y otra vez. Hay peque?os delincuentes, sobre todo carteristas, que cuando son detenidos por cantidades inferiores a 400 euros, entran por una puerta de comisaria y salen por la otra. Pues bien, por qu¨¦ no se calcula el coste de todos los medios materiales y personales empleados en su detenci¨®n y se a?ade al montante sustra¨ªdo. Un subinspector de la Polic¨ªa Nacional aseguraba en un programa de televisi¨®n que el importe aproximado por cada detenci¨®n de un carterista asciende a unos 1.500 euros.¡ª Gonzalo de Miguel Renedo.