Imposible decir adi¨®s a Nueva York
Michael Bloomberg est¨¢ a punto de despedir su alcald¨ªa de la Gran Manzana tras 12 a?os de cargo Su particular car¨¢cter se refleja en sus h¨¢bitos: va al trabajo en metro, cobra un d¨®lar al a?o y, sin embargo, posee la s¨¦ptima fortuna de EE UU
¡°?Es que a nadie le parece ofensivo que el alcalde sea tan rico que renuncia a vivir en un lugar que se llama Gracie Mansion porque le parece demasiado peque?o?¡±, clamaba hace unos meses la irreductible Fran Lebowitz en una librer¨ªa del West Village. La implacable escritora neoyorquina apuntaba su dardo hacia uno de sus blancos favoritos: Michael Bloomberg, el alcalde que ¡°no deja a Fran fumarse un cigarrillo¡±.
Efectivamente, Mike, como es conocido entre sus amigos, al jurar el cargo en enero de 2002 no quiso trasladarse a la casa oficial y ha preferido en estos ¨²ltimos 12 a?os mantener su residencia en una casa de cinco plantas, en el Upper East Side, que comparte con su novia, Diana Taylor, y dos labradores, Bonnie & Clyde. Su vecino es Art Garfunkel, Tom Wolfe vive un poco m¨¢s abajo, y en esa misma calle reside tambi¨¦n Eliot Spitzer, el exgobernador que se vio forzado a dimitir por un esc¨¢ndalo sexual y que este oto?o se presenta como candidato al puesto de interventor. Esta localizaci¨®n ha permitido a Bloomberg, como a otros cientos de neoyorquinos, tomar la l¨ªnea seis de metro cada d¨ªa para llegar a su oficina; pero claro est¨¢ que ninguno de sus compa?eros de vag¨®n cuenta con una fortuna estimada en 27.000 millones de d¨®lares, ni tiene propiedades en Colorado, los Hamptons, Florida, Bermudas y Londres, adem¨¢s de varios pisos y casas en Nueva York y una finca al norte del Estado. Sus cuentas corrientes tambi¨¦n est¨¢n esparcidas entre Par¨ªs, Londres, Bermudas y Hong Kong, adem¨¢s de EE UU.
Seg¨²n Forbes, Bloomberg ocupa el s¨¦ptimo lugar en la lista de hombres m¨¢s ricos de EE UU y el vig¨¦simo a nivel mundial. En los doce a?os que cumplir¨¢ desempe?ando el cargo de alcalde ha cobrado un d¨®lar de sueldo por a?o y no ha tomado vacaciones, pero su fortuna en este tiempo ha crecido considerablemente, entre otras cosas gracias a su astuta decisi¨®n de apoyar a Merrill Lynch durante el desplome de Wall Street en 2008. Le gusta cenar en la calle cada noche y, aunque acude a un buen n¨²mero de galas ben¨¦ficas y eventos deportivos, el lugar para encontrarle es su modesto restaurante favorito, Caf¨¦ Viand, en la avenida de Madison, entre las calles 78 y 79. Este menudo jud¨ªo, criado en una familia de clase media en Boston, presume de gustos modestos y de una inquebrantable fe, no exenta de cierta arrogancia, en la eficacia.
Definido en las p¨¢ginas de The New Yorker como ¡°el mayor plut¨®crata en la capital de la plutocracia¡±, el multimillonario ha mantenido un f¨¦rreo control sobre su exposici¨®n a la prensa (sin conceder entrevistas m¨¢s que en campa?a), se ha empe?ado en aprender espa?ol con un tutor colombiano que le da clases a diario y ha contestado al p¨²blico cada semana en un programa de radio en el que ha recomendado, entre otras cosas, reducir las visitas al ba?o en horario de oficina como receta para el ¨¦xito profesional.
Bloomberg se puso al frente de Nueva York en las postrimer¨ªas del 11-S. Cuando decidi¨® lanzarse a la pol¨ªtica en 2001 dej¨® de presidir su empresa Bloomberg LTD, abandon¨® el Partido Dem¨®crata, en el que estaba registrado, y se afili¨® al Republicano. Sus escasas dotes como orador y la querencia progresista de la ciudad no le auguraban mucho ¨¦xito. El escenario cambi¨® radicalmente con el atentado a las Torres Gemelas, ocurrido el mismo d¨ªa en que deb¨ªan celebrarse las primarias dem¨®cratas para la alcald¨ªa. Giuliani surgi¨® de entre las ruinas de la tragedia como un h¨¦roe que guio a la malherida ciudad y abander¨® la candidatura de Bloomberg, que obtuvo la victoria.
Bloomberg ha empleado cerca de 260 millones de su fortuna en llegar a este puesto, y en conservarlo m¨¢s all¨¢ incluso de los l¨ªmites establecidos: en 2008 emprendi¨® una campa?a para cambiar la ley y poder optar a un tercer mandato, esta vez como independiente. La crisis de Wall Street jug¨® a su favor, y a pesar de que muchos se sintieron molestos con esta demostraci¨®n de fuerza, logr¨® una ajustada victoria. ?Qui¨¦n mejor que un brillante empresario para conducir la ciudad en tiempos de debacle financiera?
Bloomberg nunca ha dudado en gastar en causas que considera justas, como el control de armas ilegales. A muchos miembros de su equipo los ha compensado con dinero propio. Y ha prometido donar filantr¨®picamente la mayor parte de su fortuna. Algo en lo que se emplea a fondo con su fundaci¨®n enfocada a educaci¨®n, arte, sanidad e innovaci¨®n dentro y fuera de EE UU (ha destinado casi 600 millones a combatir el h¨¢bito del tabaco en el mundo) y en las millonarias donaciones que ha hecho a su alma mater, la Universidad John Hopkins, de la que se gradu¨® en Ingenier¨ªa Electr¨®nica antes de obtener un MBA en Harvard.
Casado casi 20 a?os con la brit¨¢nica Susan Brown, con quien se mantiene en t¨¦rminos amistosos, es padre de dos hijas. La rubia Emma se volc¨® a los 22 a?os en su primera campa?a, sostuvo la Biblia en la que jur¨® el cargo y trabaj¨® (tambi¨¦n por un d¨®lar) en la alcald¨ªa antes de enrolarse en un m¨¢ster en finanzas y administraci¨®n p¨²blica en Harvard. Se cas¨® en 2005 en una ceremonia tildada de ¡°informal¡±, pero nada modesta, en la finca familiar Gotham North, lejos de la prensa. La peque?a, Georgina, es amazona profesional y coautora de novelas juveniles, un esp¨ªritu bastante libre que ha paseado sin rubor a su mascota, un cerdito, por el Upper West Side (incluso lo llev¨® a la cena de Acci¨®n de Gracias en Gracie Mansion). Acaba de anunciar su embarazo junto a su novio, el jinete argentino Ramiro Quintana.
Restan cuatro meses para que Bloomberg abandone su despacho en City Hall, y las preguntas en torno a su legado y planes de futuro cobran fuerza al calor de la campa?a para las elecciones que en noviembre decidir¨¢n qui¨¦n tomar¨¢ el relevo. ?Se retira? En ning¨²n caso, ha dicho. ?Quiere comprar The New York Times? Los propietarios del diario, ante los rumores, se adelantaron a decir que no estaba en venta. ?Filantrop¨ªa a tiempo completo? Ni se le pasa por la cabeza. El caso es que este millonario ha demostrado ser capaz de emprender segundos y terceros actos. En 1981, sus jefes en Salomon Brothers le dijeron que era historia y con una indemnizaci¨®n de 10 millones lanz¨® lo que convirti¨® en un emporio: ¡°Me echaron del ¨²nico trabajo a tiempo completo que hab¨ªa conocido, del trabajo de alta presi¨®n que adoraba¡±, escribi¨® en el arranque de su biograf¨ªa publicada en los noventa, Bloomberg by Bloomberg. Supo remontar y ahora el siguiente cap¨ªtulo del 108? alcalde arrancar¨¢ el pr¨®ximo 31 de diciembre. Dicen que un reloj en su despacho marca la cuenta atr¨¢s.
Vidas privadas, ambiciones p¨²blicas
Juntas vecinales, actos de campa?a a pie de calle, en las gradas del US Open o armados con bates de b¨¦isbol en una competici¨®n de barrio, los candidatos a la alcald¨ªa de Nueva York aprovechan con frenes¨ª cualquier oportunidad en esta precampa?a, que tocar¨¢ a su fin el pr¨®ximo 10 de septiembre, fecha en que se celebran las primarias del partido dem¨®crata. ?Y qui¨¦nes son los candidatos mejor situados? A la cabeza, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, se encuentra Bill de Blasio, vecino de Paul Auster en Prospect Park. Casado con la poeta y activista afroamericana Chirlan McCray, son padres del simp¨¢tico Dante, el chico de 15 a?os que le acompa?a en los v¨ªdeos de campa?a, y la peque?a Chiara, ambos vegetarianos por decisi¨®n propia. Juntos se han retratado, por ejemplo, jugando al pimp¨®n en un torneo organizado por Susan Sarandon en apoyo del candidato. La int¨¦rprete, al igual que el actor Steve Buscemi, ha hecho campa?a activa por De Blasio. Es actual defensor del pueblo de la ciudad de Nueva York, representa el Brooklyn progresista, multirracial, verde y la conciencia social. Le preocupa, seg¨²n insiste su programa titulado Historia de las dos ciudades, acortar la diferencia entre ricos y pobres.
Christine Quinn, actual portavoz del grupo dem¨®crata en la ciudad, si ganara ser¨ªa no solo la primera mujer sino la primera homosexual declarada en llegar a Gracie Mansion. Sin embargo, esta robusta pelirroja no cuenta con el apoyo del colectivo gay, ni con el de las mujeres. Nacida en Nueva York, hu¨¦rfana de madre desde la adolescencia, lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando para la Administraci¨®n de la ciudad. Su voto a favor de la extensi¨®n del mandato de Bloomberg es lo que muchos no le perdonan. Tras un largo noviazgo con la jefa de gabinete de un senador, en 2012 se cas¨® con su actual pareja, la abogada Kim Catullo, con quien reside en Chelsea y pasa los fines de semana no en los Hamptons sino en Nueva Jersey.
Del bando republicano, George T. McDonald va tomando posiciones. Desde su fundaci¨®n Doe Fund desarrolla servicios de integraci¨®n de mendigos. El actor Ethan Hawke secunda esas acciones. El futurible candidato, sabedor del valor de una cara famosa de tu lado, tuiteaba ayer: ¡°Gracias al gran actor y amigo Ethan Hawke por su generoso apoyo¡±.
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