La pen¨²ltima astucia de El Chavo del Ocho
Roberto G¨®mez Bola?os, el 'Chapul¨ªn colorado', sigue ¡°vivo y coleando¡±. El icono del entretenimiento latinoamericano ha escrito sus memorias con una botella de ox¨ªgeno, pero hoy respira a trav¨¦s de cinco millones de seguidores en Twitter.
Siempre que alguien se interesa por saber c¨®mo est¨¢, Roberto G¨®mez Bola?os ¡ªChespirito, El Chavo, El Chapul¨ªn Colorado¡ª contesta sin rodeos: ¡°Muy bien, muy guapo¡±. Tiene 84 a?os, dificultades para caminar, unos kilos de m¨¢s, un aud¨ªfono ¡°para escuchar un poco¡± y mucho sentido del humor. Cuando el m¨¦dico le dijo que la altura y la contaminaci¨®n de la Ciudad de M¨¦xico no eran precisamente ¡°lo mejor¡± para el enfisema pulmonar que padece (¡°por tantos a?os de fumar¡±), ¨¦l y su inseparable mujer ¡ªdo?a Florinda¡ª se fueron a vivir a Canc¨²n. Ah¨ª, a nivel del mar, en una casa que da a un lago, el icono del entretenimiento latinoamericano pasa los d¨ªas sobrellevando sus achaques, recibiendo la visita de sus seis hijos y sus 12 nietos y reflexionando sobre el f¨²tbol y la risa.
G¨®mez Bola?os era un estudiante de ingenier¨ªa de 22 a?os cuando abri¨® el peri¨®dico, se fij¨® en un anuncio y su vida cambi¨®. Eran los a?os cincuenta del siglo pasado, en M¨¦xico la industria del entretenimiento se hab¨ªa consolidado gracias a la llegada de la televisi¨®n y las agencias de publicidad no paraban de solicitar creativos. A ¨¦l le encantaban las matem¨¢ticas y quer¨ªa dise?ar y fabricar juguetes, pero sus notas en la Universidad eran ¡°menos que regulares¡±. Por eso se atrevi¨® a probar suerte escribiendo anuncios. Enseguida su jefe se dio cuenta de que el aprendiz escrib¨ªa con cierto sentido del humor y le encarg¨® algunos guiones para radio y televisi¨®n. El director cinematogr¨¢fico Agust¨ªn P. Delgado estaba deslumbrado por el talento del guionista de baja estatura y empez¨® a llamarlo ¡°Shakespearito¡±, diminutivo del gran autor ingl¨¦s cuya pronunciaci¨®n despu¨¦s castellaniz¨® como "Chespirito" y se convertir¨ªa en su eterno mote.
Me opuse a asumir el riesgo de que mis personajes dieran l¨¢stima
Pero todo ocurri¨® ¡°sin querer queriendo¡±. Chespirito empez¨® a interpretar peque?os papeles en la televisi¨®n y el cine m¨¢s por cubrir las ausencias de algunos actores que por iniciativa propia. Pero esto no lo alej¨® de la escritura de guiones y de la creaci¨®n de nuevos personajes. Poco despu¨¦s de formar el cuadro de actores que lo acompa?ar¨ªa durante d¨¦cadas, se le ocurri¨® un h¨¦roe ¡°m¨¢s real¡±, uno que no negara que ten¨ªa miedo, pero que al mismo tiempo fuera capaz de superarlo: El Chapul¨ªn Colorado. El ¨¦xito fue inmediato (¡°?No contaban con mi astucia!¡±), pero otro personaje lo superar¨ªa: El Chavo.
G¨®mez Bola?os hab¨ªa visto en la playa de Acapulco a un ni?o lustrabotas, de unos ocho a?os y vestimenta sucia y remendada, que cuando ganaba unas monedas corr¨ªa a comprar un bocadillo de jam¨®n. Escribi¨® un sketch basado en esa imagen y lo guard¨® en un caj¨®n porque no estaba seguro de que tuviera ¨¦xito. Poco tiempo despu¨¦s, ante la necesidad de ofrecer algo nuevo al p¨²blico, lo ¡°desempolv¨®¡±, lo situ¨® en un escenario concreto (el patio de una vecindad) y le agreg¨® algunos interlocutores: La Chilindrina, Quico, Do?a Florinda, Don Ram¨®n, el profesor Jirafales y La Bruja del 71.
Pronto Televisa se dio cuenta de que la historia del ni?o del barril no solo podr¨ªa ocurrir en M¨¦xico, sino tambi¨¦n en las favelas de R¨ªo de Janeiro, en las barriadas de Lima o en las villas miseria de Buenos Aires, y lo vendi¨® a los principales canales de televisi¨®n de Am¨¦rica Latina. Despu¨¦s se dobl¨® a 50 idiomas y todav¨ªa hoy las repeticiones siguen emiti¨¦ndose en una veintena de pa¨ªses. Ante la popularidad internacional, las giras del elenco se hicieron necesarias y lo que ocurr¨ªa en cada pa¨ªs al que llegaban era sorprendente. En 1977, por ejemplo, los chilenos los recibieron formando una valla de 17 kil¨®metros ininterrumpidos, desde el aeropuerto hasta el hotel donde se hospedar¨ªan. A principios de los noventa, cuando en Colombia quisieron quitar el programa, mucha gente sali¨® a las calles con un televisor dentro de un ata¨²d. Sin El Chavo en la pantalla, la televisi¨®n hab¨ªa muerto.
Hoy, Roberto G¨®mez Bola?os se queja por ya no poder ir al cine ni al teatro.
El Chavo dej¨® de grabarse en 1995, 25 a?os despu¨¦s de haberse emitido por primera vez. ¡°Me opuse a correr el riesgo de que El Chapul¨ªn y El Chavo llegaran a dar l¨¢stima; que llegaran a exhibir los residuos en que se van convirtiendo inexorablemente todos los seres humanos¡±, se?ala en sus reci¨¦n publicadas memorias (Sin querer queriendo, Aguilar). Hab¨ªa comenzado a interpretar a El Chavo a los 42 a?os y dej¨® de hacerlo a los 66.
Hoy, Roberto G¨®mez Bola?os se queja por ya no poder ir al cine ni al teatro. Dice Edgar Vivar, quien interpretaba al Se?or Barriga, que ¡°no es verdad que est¨¦ muy enfermo. En Canc¨²n, a nivel del mar, prescinde del ox¨ªgeno. Es verdad que tiene algunos problemas de locomoci¨®n, pero est¨¢ muy l¨²cido y no deja de escribir¡±.
En mayo de 2011, el hombre que fue boxeador amateur y so?aba con ser futbolista profesional abri¨® una cuenta en Twitter y hoy tiene m¨¢s de cinco millones y medio de seguidores. Hace dos meses, en esa red social corri¨® el rumor de que hab¨ªa muerto. ¡°Sigo vivito y coleando¡±, se apresur¨® a aclarar. El a?o pasado, 17 empresas de televisi¨®n del continente americano se unieron para rendirle un magno homenaje al que asisti¨® conectado a una bombona de ox¨ªgeno. Thal¨ªa y Juan Gabriel le cantaron al o¨ªdo, y despu¨¦s de un c¨²mulo de emociones sali¨® en una ambulancia. Pero lo cuidan bien. Porque es el mejor negocio que ha tenido Televisa.
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