Lady Gaga y Marina Abramovic, la extra?a pareja
La cantante lanza su cuarto disco con la colaboraci¨®n de la venerada 'performer' Le ha devuelto el favor desnud¨¢ndose en un v¨ªdeo con que recaudar fondos para la instituci¨®n de la artista serbia Su alianza parece perfecta, pero ?se quieren o se necesitan?
Hace cuarenta a?os, Alice Cooper y Salvador Dal¨ª se conocieron en Nueva York. Quedaron, comieron, se emborracharon. En su epifan¨ªa, el surrealista le dijo al rockero: ¡°Quiero hacer de ti una obra de arte. La llamar¨¦ El primer retrato cromo-holograma cil¨ªndrico del cerebro de Alice Cooper. La pieza, en la que el m¨²sico desnudo viste una tiara y un collar de diamantes valorados en dos millones de d¨®lares (de la ¨¦poca), est¨¢ en el museo de Dal¨ª, en Figueres.
El arco temporal que nos traslada desde entonces hasta hoy incluye incontables alianzas entre almas raras del arte y el pop, pero pocas han alcanzado tanta resonancia como la que se ha producido entre Lady Gaga (Nueva York, 1986) y Marina Abramovic (Belgrado, 1946). Este verano, la primera se somet¨ªa al M¨¦todo Abramovic, un retiro f¨ªsico y espiritual en la casa de campo de la veterana artista, al norte de Nueva York, donde pas¨® tres d¨ªas realizando intensos ejercicios. Cada momento era un rito. Meditaba desnuda, entonaba un grito mon¨®tono hasta quedarse sin respiraci¨®n, se perd¨ªa en el bosque con una m¨¢scara y ten¨ªa que volver a ciegas, se aislaba en una caba?a junto al r¨ªo, reduc¨ªa sus comidas a unas almendras. El v¨ªdeo resultante de las 30 horas de grabaci¨®n se convirti¨® en la contribuci¨®n de Gaga a reconstruir el teatro que ha de albergar el Marina Abramovic Institute, un espacio en Hudson (Nueva York) desde el que preservar la performance.
A trav¨¦s de la web de crowdfunding Kickstarter la cantante solicit¨® los 600.000 d¨®lares necesarios para arrancar la reforma, que ser¨¢ supervisada por los arquitectos Rem Koolhaas y Shohei Shigematsu. La semana pasada se cerr¨® el plazo con 661.454 d¨®lares. Es la manera que tiene la princesa de las listas, a punto de lanzar su cuarto disco, ARTPOP, de agradecerle a la ¡°madrina de la performance¡± el haber iluminado su camino. Como dijo al cronista pop Alexis Petridis, ¡°de ni?a me obsesionaban Leigh Bowery y Klaus Nomi; de mayor, Yoko Ono y Abramovic¡±.
Ya en los premios MTV de 2009, cuando a¨²n fraguaba su megaestrellato, Gaga lanz¨® un gui?o a Abramovic. Al final de su interpretaci¨®n de Paparazzi escenificaba ¡°la muerte de una celebridad ante los ojos de Am¨¦rica¡± con sangre falsa recorriendo su est¨®mago. Algo que ya hab¨ªa realizado la serbia, de manera m¨¢s cruda, tres d¨¦cadas antes, trazando una estrella con una cuchilla en torno a su ombligo. Cada aparici¨®n de la vocalista parec¨ªa una declaraci¨®n de principios arties: actuaba encaramada a un alt¨ªsimo piano con patas esquel¨¦ticas como los elefantes de Dal¨ª; se vest¨ªa de carne emulando a la performer Carolee Schneemann; o, como en los premios MTV de hace dos semanas, reencarnaba a la Venus de Botticelli. ¡°Gaga es lo suficientemente generosa como para proclamar de d¨®nde provienen sus referencias, algo que jam¨¢s har¨¢ Madonna¡±, ha reclamado Abramovic.
El idilio personal entre ambas comenz¨® cuando la serbia se expuso durante tres meses a s¨ª misma en la retrospectiva que le dedic¨® el MOMA de Nueva York en 2010. Cada d¨ªa, durante las horas de exhibici¨®n, los asistentes realizaban inacabables colas para sentarse frente a ella en una silla vac¨ªa y compartir su mirada por un breve espacio de tiempo. Algunos VIP (Bj?rk, Sharon Stone, Isabella Rossellini) se saltaban la l¨ªnea. Gaga se neg¨® a recibir ese tratamiento de superestrella y se perdi¨® ese momento. La serbia supo de su visita despu¨¦s: todo el mundo que la vio acudir a la expo lo hab¨ªa tuiteado. ¡°Gracias a su asistencia, p¨²blico que habitualmente no pisar¨ªa un museo, chavales de entre 12 y 18 a?os, a los que no les importa una mierda la performance, empezaron a venir. As¨ª es como se crean nuevas audiencias¡±.
Las chicas de Robert Wilson
A finales de julio, como cada verano desde hace veinte a?os, el director esc¨¦nico Robert Wilson convocaba a celebridades y acaudalados al Watermill Center, su fundaci¨®n en los Hamptons, para recaudar fondos en favor del arte. Hugh Jackman y Winona Ryder rondaban por sus jardines; Diane von Fustenberg pujaba por un videorretrato del anfitri¨®n, y Gaga y Abramovic se acurrucaban en un pajar. Wilson, la 'performer' y Jeff Koons, entre otros, participar¨¢n en la fiesta de lanzamiento del disco de Lady Gaga, el 10 de noviembre en Nueva York.
No pod¨ªan tener or¨ªgenes m¨¢s diferentes. La int¨¦rprete de Poker face creci¨® en el Upper West Side, fue a un colegio cat¨®lico y su madre a¨²n hoy es su mayor c¨®mplice (preside la fundaci¨®n Lady Gaga para chicos con problemas de integraci¨®n). La serbia creci¨® en una familia religiosa ortodoxa, con una estricta madre que la pegaba por exponer su cuerpo y pas¨® varios a?os de su juventud vagabundeando en una caravana destartalada junto a su novio, el artista Ulay, por Europa mendigando leche a los granjeros. A una le llev¨® tres d¨¦cadas encontrar un reconocimiento, la otra obtuvo el triunfo instant¨¢neo.
Como si se hubieran encontrado dos caras de una moneda, se volvieron inseparables. Se sumaban juntas al proyecto Artistas contra el Fracking impulsado por Yoko Ono o participaban en acciones ben¨¦ficas organizadas por Robert Wilson. Detr¨¢s de su amistad se adivinan tambi¨¦n los resortes que mueven la industria del espect¨¢culo: se quieren, se admiran, pero tambi¨¦n se necesitan. Su alianza se ha revelado perfecta. Gaga ha solidificado junto a esta veterana su credibilidad en el mundo arty y Abramovic ha rejuvenecido su target.
De hecho, fue gracias a la reivindicaci¨®n de los j¨®venes artistas que han dominado la escena neoyorquina en lo que va de siglo XXI (Rufus Wainwright, Antony Hegarty, James Franco) que esta sexagenaria abandon¨® el circuito especializado para alcanzar una renovada popularidad. La semana pasada volvi¨® al festival de Venecia (en 2012 fue jurado) para presentar el tr¨¢iler de la pel¨ªcula que est¨¢ montando sobre la vida de James Franco. El polifac¨¦tico actor le entreg¨® 90 cintas que ha grabado sobre su vida y le ha dado permiso para que la monte como le plazca. Es su debut como directora. Gaga se estrena como actriz en Machete kills, de Robert Rodr¨ªguez, que veremos en octubre. Sus hilos se entretejen, una vez m¨¢s, en una extra?a madeja. La misma que har¨¢ que en un mes, cuando la vocalista lance sus nuevas canciones ante la audiencia planetaria, la performer recree en Oslo junto a 300 personas El grito, de Munch. Por muchas cosas que las diferencien, ahora que sus voces se han fundido resultar¨¢ dif¨ªcil separarlas.
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