Sexismo donde no lo hay

Hago por segunda vez un llamamiento a todos los parlamentarios, alcaldes, diputados, etc¨¦tera, de que dejen de una vez de usar el latiguillo de catalanes y catalanas, obreros y obreras¡­ ?Por qu¨¦ se empe?an nuestros representantes pol¨ªticos y sindicales en hablar siempre de ciudadanos y ciudadanas, catalanes y catalanas, vascos y vascas, trabajadores y trabajadoras, remarcando as¨ª una diferencia de sexo innecesaria?

La repetici¨®n obsesiva de la alternancia masculino y femenino es a mi o¨ªdo in¨²til, un latiguillo molesto, mimetismo absurdo fruto de la poca preparaci¨®n de nuestros representantes, pues creo, sin miedo a equivocarme, que a menudo es usado como recurso para preparar la siguiente frase cuando escasean los recursos ling¨¹¨ªsticos.

Alguien deber¨ªa decirles que los ciudadanos de a pie ya sabemos que cuando alguien se refiere a ciudadanos, catalanes, vascos y trabajadores, todos los sexos nos sentimos representados, pues se trata de un masculino de g¨¦nero epiceno, no marcado, y que esta distinci¨®n es artificial, que no resuelve problemas de sexismo, sino que lo crea y agrava.

?Ballenas y ballenos?, ?focas y focos? Se?ores parlamentarios, seamos serios al aplicar nuestra lengua vern¨¢cula y no inventemos latiguillos.¡ª Jos¨¦ Antonio Casanovas Tom¨¢s.