La viuda e instigadora de la muerte de Gucci sale de la c¨¢rcel
Libertad condicional para Patrizia Reggiani, que queda a manos de los servicios sociales italianos Hace 18 a?os fue condenada por ordenar el asesinato de su exmarido
Maurizio Gucci, el cabeza de la famosa marca de moda italiana, muri¨® asesinado de tres balazos cuando sal¨ªa de su casa hace 18 a?os. Acababa de vender su parte de la empresa a unos empresarios ¨¢rabes por 17.000 millones de pesetas de la ¨¦poca. La polic¨ªa sigui¨® la pista mafiosa y tambi¨¦n investig¨® un posible complot internacional para matarle. Pero la responsable de esos tres tiros que pusieron fin a la vida del heredero de la moda estaba tranquilamente en su casa, esperando la noticia de que el pistolero que hab¨ªa contratado, hab¨ªa cumplido su misi¨®n. Se trataba de su ex mujer, Patrizia Reggiani, que dos a?os m¨¢s tarde fue condenada a 26 a?os de prisi¨®n. Hoy ha salido en libertad, tras la petici¨®n de su abogado de que se conceda su tutela a los servicios sociales.
Reggiani ha anunciado su intenci¨®n de trabajar en una marca de moda de Mil¨¢n. Hace dos a?os se le ofreci¨® la posibilidad de la libertad parcial (acudir a la c¨¢rcel solo para dormir) pero en ese momento ella lo rechaz¨® porque ¡°nunca hab¨ªa trabajado y no quer¨ªa empezar a hacerlo¡±, como declar¨® su abogado, Danilo Buongiorno. Desde 2005, la condenada sal¨ªa 12 horas de su celda cada 15 d¨ªas para ir a visitar a su madre, que vive en la mansi¨®n que su marido dej¨® en herencia a las dos hijas que tuvieron juntos.
El tr¨¢gico fallecimiento de Gucci, hijo del fundador de la marca, mantuvo en vilo al pa¨ªs durante meses por el misterio que lo rode¨®. Finalmente todo se destap¨®; el asesino a sueldo result¨® ser un delincuente de poca monta del sur de Italia llamado Benedetto Ceraulo, que adem¨¢s fue bastante torpe porque tuvo que hacer tres intentos hasta que acert¨® a disparar a su v¨ªctima en la nuca. En el coche que le recogi¨® le esperaba Orazio Cicala, de 58 a?os. El elenco, en el que la Reggiani era la actriz principal, se completaba con una vidente que actuaba como consejera de la instigadora del crimen.
El car¨¢cter de esta mujer ha estado siempre marcado por la extravagancia. Adem¨¢s de su rechazo a la libertad para no tener que trabajar, la condenada asegur¨® que estaba mejor en la c¨¢rcel, donde pod¨ªa cuidar de sus plantas y de su hur¨®n (tuvo dos, porque las otras presas mataron al primero). Adem¨¢s, declar¨® que lo que m¨¢s echaba de menos en prisi¨®n era su maquillaje. Cuando la polic¨ªa acudi¨® a su casa tras el asesinato de Gucci, ella les abri¨® la puerta tranquilamente y espet¨®: "Vienen por la muerte de mi marido". No se priv¨® tampoco de acudir al funeral y mostrar alg¨²n leve gimot¨¦o a la vez que afirmaba sin tapujos: "Humanamente lo siento, desde el punto de vista personal, no puedo decir lo mismo".
Los due?os del negocio en el que ha solicitado trabajar se han mostrado sorprendidos tras el anuncio pero han asegurado que no les importara contratarla como consultora de moda. "Estamos felices de poder ayudarla", han afirmado a la agencia ANSA.
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