Mi¨¦ntannos

Nosotros fingimos que os explicamos el significado de la victoria de Merkel y vosotros fing¨ªs que lo entend¨¦is. El que no tenga un discurso, por peque?o que sea, sobre la cuesti¨®n despu¨¦s de casi una semana d¨¢ndole vueltas, es un peligro p¨²blico. Desconfiad de quienes en el bar, en la oficina o en la sobremesa dom¨¦stica no se atrevan a repetir los lugares comunes puestos en circulaci¨®n desde el domingo por la noche. Quiz¨¢ sean terroristas en potencia, o pederastas, lo mismo que quienes no aprecien, en las palabras del nuevo papa, un ¡°aire fresco¡±, dicho as¨ª, con esta expresi¨®n, procedente de los anuncios de perfumes. Si Francisco finge que se pone colonia, nuestra obligaci¨®n es fingir que la olemos.

Conviene, en fin, respecto a los asuntos se?alados, seguir la metodolog¨ªa empleada en otros tiempos para explicar la globalizaci¨®n. Unos hicieron como que la analizaban y los otros hicimos como que entend¨ªamos el an¨¢lisis. Cualquier ciudadano, por poco cultivado que est¨¦, es capaz ahora mismo de hablar durante 5 o 10 minutos de la globalizaci¨®n dentro de unos cauces que no la pongan seriamente en peligro. Ah¨ª ¨ªbamos. Del mismo modo que el filtro sirvi¨® en su d¨ªa para descigarrillar un poco el cigarrillo, que era demasiado, la funci¨®n de la Torre de Babel actual es deslenguar un poco la lengua, que ven¨ªa siendo mucha lengua. Ya hemos alcanzado ese acuerdo t¨¢cito, propio de las sociedades avanzadas y sumisas, seg¨²n el cual unos fingir¨¢n que gobiernan y otros que son gobernados por los que aparentan gobernar.

Si nos hemos tragado, por poner un ejemplo reciente, que el 98% de los madrile?os deseaba con ardor que se celebraran aqu¨ª los Juegos Ol¨ªmpicos de 2020, nos tragamos todo. Significa que estamos dispuestos a hacer un completo a las autoridades. Mi¨¦ntannos, digan que nos quieren y caeremos rendidos.