Maduro, en su trampa
El modelo econ¨®mico heredado del chavismo impulsa a Venezuela a una situaci¨®n insostenible
Que un pa¨ªs, Venezuela, con 90.000 millones de d¨®lares de ingresos anuales por su petr¨®leo sufra escasez alarmante de productos b¨¢sicos es todo un logro. De esa situaci¨®n, herencia de casi 15 a?os de doctrina chavista, forman parte una inflaci¨®n cercana al 45% y un mercado negro en el que el d¨®lar se paga a siete veces su cambio oficial. Fieles a una acrisolada visi¨®n conspirativa, el presidente Nicol¨¢s Maduro y sus ac¨®litos achacan el desbarajuste a un complot teledirigido desde Washington y apoyado por el ¡°fascismo¡± local (oposici¨®n y empresariado af¨ªn). Desde abril, el heredero de Ch¨¢vez ha denunciado variados sabotajes econ¨®micos e industriales, guerra psicol¨®gica y hasta un plan para envenenarlo.
Editoriales anteriores
Maduro afronta en poco m¨¢s de dos meses unas elecciones municipales vistas como un plebiscito sobre su corta gesti¨®n. Sitiado por una realidad desbocada, recurre no solo a medidas de choque, como la masiva importaci¨®n de alimentos de Colombia. Idea tambi¨¦n mecanismos imposibles, como la creaci¨®n de un comisariado contra el desabastecimiento, que vigilar¨¢ la producci¨®n interna, las importaciones, el transporte y la comercializaci¨®n de productos, y cuyos funcionarios estar¨¢n ayudados por las denuncias telef¨®nicas a una l¨ªnea con la sugerente denominaci¨®n de 0800-Sabotaje. Para evitar las colas en los supermercados, fruto en parte de la escasez de personal propiciada por nuevas medidas laborales, planea enviar a la milicia bolivariana a hacer de cajeros.
El problema de Maduro, que acaba de regresar de China con un cr¨¦dito de 5.000 millones de d¨®lares, es la cuadratura del c¨ªrculo. La econom¨ªa venezolana, un modelo estatista y doctrinario fracasado con Ch¨¢vez, es insostenible. Pero introducir racionalidad en ese legado, si esa fuera su improbable intenci¨®n, le marcar¨ªa como traidor al mito, del que se considera eterno disc¨ªpulo, y abrir¨ªa a la vez el cisma entre facciones chavistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.