Los nuevos emigrantes espa?oles
Los nativos espa?oles que residen fuera solo han aumentado en 40.000 desde 2009
Asistimos en los ¨²ltimos dos a?os a una creciente alarma respecto al n¨²mero de espa?oles que emigran, una alarma que solo se explica si recordamos que la poblaci¨®n espa?ola ha sido extraordinariamente inm¨®vil en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
La ola migratoria que desplaz¨® en los a?os sesenta a unos dos millones de espa?oles hacia otros pa¨ªses europeos se acab¨® en 1974 y muy pocos se animaron a dejar el pa¨ªs en las d¨¦cadas siguientes, ni siquiera en el periodo de la crisis de 1993 a 1997, cuando el paro lleg¨® a afectar al 24% de la poblaci¨®n activa. Incluso dentro del pa¨ªs la movilidad entre provincias o regiones es peque?a, como denuncian a menudo los analistas del mercado de trabajo.
La espa?ola es, en conjunto, una poblaci¨®n sedentaria apegada a su ciudad, en la que los lazos familiares y las amistades condicionan sustancialmente la voluntad de movilidad de los individuos. Este es un rasgo que compartimos con los pa¨ªses de Europa del sur y que nos aleja de la Europa m¨¢s din¨¢mica, como mostraba el Eurobar¨®metro que la Comisi¨®n Europea dedic¨® a la movilidad interna a finales de 2009: solo un 12% de los espa?oles consideraba la posibilidad de trabajar en otro pa¨ªs, frente al 51% de los daneses, el 38% de los suecos, el 26% de los brit¨¢nicos o el 25% de los franceses, y ello a pesar de que ya en esa fecha el paro en Espa?a superaba en mucho al de estos pa¨ªses. La resistencia de los espa?oles a abandonar su tierra la conocen bien nuestras empresas internacionalizadas y es causa continua de dificultades para su proyecci¨®n exterior.
La espa?ola es, en conjunto, una poblaci¨®n sedentaria apegada a su ciudad
A esta sociedad, tan din¨¢mica en lo cultural como inm¨®vil en lo geogr¨¢fico, llegaron desde finales de los noventa m¨¢s de seis millones de inmigrantes, estos s¨ª dispuestos a trasladarse a donde pudieran encontrar mejores condiciones de vida. Por eso, cuando la crisis empez¨® a cebarse especialmente con ellos, muchos decidieron volver a su pa¨ªs de origen o probar suerte en un tercero, aunque a su vez muchos otros nuevos inmigrantes siguieron llegando. De hecho, el saldo migratorio continu¨® siendo positivo ¡ªes decir, llegaron m¨¢s inmigrantes de los que se fueron¡ª hasta el a?o 2012, cinco a?os despu¨¦s de iniciada la crisis.
Muchos de los que se han ido, especialmente entre los latinoamericanos, hab¨ªan obtenido previamente la nacionalidad espa?ola, lo que les garantiza el derecho a la vuelta al pa¨ªs si lo desean en el futuro, y no pueden ser considerados emigrantes en la actualidad puesto que viven en su pa¨ªs de origen. En Latinoam¨¦rica, a estos inmigrantes retornados se unen los antiguos emigrantes espa?oles y sus descendientes, medio mill¨®n de los cuales ha solicitado la ciudadan¨ªa espa?ola en aplicaci¨®n de la Ley de la Memoria. Estos dos grupos, los inmigrantes retornados y los antiguos emigrantes espa?oles en Am¨¦rica Latina, suman 1.075.000 personas, m¨¢s de la mitad del total de 1.900.000 espa?oles residiendo en el extranjero que recoge el INE.
El siguiente gran grupo de espa?oles en el extranjero es el formado por los antiguos emigrantes hacia Europa y por sus descendientes: en el a?o 2002, en pleno proceso de boom econ¨®mico en Espa?a, el Censo Electoral de Residentes en el Extranjero recog¨ªa 488.000 espa?oles mayores de 18 a?os viviendo en otros pa¨ªses europeos, muchos de estos nacidos ya en el pa¨ªs de destino, no en Espa?a. En 2009, el INE detectaba 330.000 espa?oles nacidos en Espa?a viviendo en otros pa¨ªses europeos, cifra que se ha convertido en 350.000 en 2013, por tanto con un modesto aumento de 20.000 personas. Sin embargo, esto no quiere decir que solo hayan salido 20.000 espa?oles aut¨®ctonos hacia Europa a ra¨ªz de la crisis: pueden haber sido muchos m¨¢s pero su salida ha quedado compensada con la vuelta de otros, o de ellos mismos al cabo de un tiempo, de modo que finalmente el total ha aumentado poco.
Las estad¨ªsticas europeas muestran que se produce una gran movilidad entre los emigrantes
Como muestran las cifras europeas, se produce una gran movilidad entre los emigrantes: en Reino Unido abandona el pa¨ªs cada a?o una cifra de extranjeros que equivale a la mitad de los que entran, un tercio en el caso alem¨¢n. Por otra parte, muchos emigrantes espa?oles no se registran en los consulados, por lo que no aparecen en las estad¨ªsticas y eso puede hacer sospechar que la cifra en realidad es muy superior. Pero la comparaci¨®n entre los datos espa?oles y los equivalentes en varios pa¨ªses europeos muestran una notable semejanza. En el caso alem¨¢n, por ejemplo, donde los extranjeros est¨¢n obligados a registrarse en el municipio tras tres meses de estancia, su Oficina de Estad¨ªstica recoge la presencia de 110.193 espa?oles en el dato publicado m¨¢s reciente, el del 31 de diciembre de 1991, mientras que el INE registra para la misma fecha 111.731, lo que supone una diferencia m¨ªnima.
Lo que s¨ª ha aumentado notablemente es el n¨²mero de inmigrantes que han obtenido la ciudadan¨ªa espa?ola y han emigrado a otros pa¨ªses europeos, a EEUU o a alg¨²n otro lugar: son 105.000 seg¨²n el PERE de 2013. En EEUU en particular, este es el grupo que m¨¢s ha crecido, casi duplic¨¢ndose, muy por encima de los espa?oles aut¨®ctonos, que solo han aumentado un 15%.
En conjunto, el n¨²mero de ciudadanos espa?oles nacidos en Espa?a y residiendo en el extranjero solo ha aumentado en 40.000 personas desde el a?o 2009, una cifra muy peque?a si se compara con nuestra poblaci¨®n de m¨¢s de 47 millones. Seguimos teniendo tres veces m¨¢s inmigrantes en el pa¨ªs (6.466.000 personas que nacieron fuera y viven en Espa?a) que ciudadanos espa?oles, aut¨®ctonos o no, residiendo fuera.
Adem¨¢s del apego a la familia, el escaso dominio de idiomas frena la emigraci¨®n
Incluso entre los principales destinos de la nueva emigraci¨®n espa?ola poscrisis, como Alemania o Reino Unido, el n¨²mero de espa?oles en edad activa en ellos es muy inferior al de alemanes o brit¨¢nicos en edad activa en Espa?a. Hay 320.000 alemanes y brit¨¢nicos de entre 15 y 64 a?os en Espa?a, frente a solo 132.000 espa?oles de esas edades en Alemania y Reino Unido (INE).
En resumen, la atenci¨®n que este fen¨®meno est¨¢ recibiendo en Espa?a parece desmesurada en comparaci¨®n con su tama?o, mientras que apenas se dedican esfuerzos a entender por qu¨¦, con una tasa del paro del 26%, no son muchos m¨¢s los que deciden dar el paso de buscar mejores condiciones de vida en otros pa¨ªses.
Adem¨¢s de ese apego a la familia y esa solidaridad entre padres, hijos y hermanos, que compartimos con los dem¨¢s pa¨ªses de Europa del sur, y que act¨²a como freno a la movilidad, Espa?a tiene una carencia muy notable en el dominio de idiomas extranjeros, en lo que puede considerarse como una de las grandes asignaturas pendientes del pa¨ªs. Seg¨²n un Eurobar¨®metro de 2012, solo un 22% de los espa?oles es capaz de mantener una conversaci¨®n en ingl¨¦s, lo que nos sit¨²a a la cola de Europa, solo por encima de Hungr¨ªa, lejos de la media europea del 38% y a a?os luz de los pa¨ªses n¨®rdicos, en una carencia que impide la emigraci¨®n y que a la vez es un obst¨¢culo para la internacionalizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola y para su avance hacia la innovaci¨®n y la competitividad.
Carmen Gonz¨¢lez Enr¨ªquez es catedr¨¢tica de Ciencia Pol¨ªtica en la UNED e investigadora del Real Instituto Elcano.
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