Leyendas en la cercan¨ªa

Ten¨ªa solo 21 a?os, cuando Terry O'Neill (Londres, 1938) public¨® su primera fotograf¨ªa de los Beatles. Era 1963 y tom¨® la imagen en el patio de los estudios Abbey Road en Londres en un descanso de la grabaci¨®n de su primer disco Please, please. En la portada del Daily Sketch aparec¨ªan los cuatro j¨®venes m¨²sicos mirando a c¨¢mara con Lennon algo adelantado sobre el resto. ¡°Yo no ten¨ªa ninguna referencia sobre como retratarlos, porque era la primera vez que fotografiaba a un grupo pop. Los retratos hasta entonces eran celebridades del cine o de la m¨²sica. los grupos de pop y rock todav¨ªa no merec¨ªan la atenci¨®n de los medios. El peri¨®dico se agot¨®. Todo era revolucionario¡±, cuenta Terry O'Neill. Su retrospectiva se muestra en la Fundaci¨®n Telef¨®nica y en ella aparece parte del firmamento de famosos que pueblan toda su obra: Michael Caine, Richard, Burton, Groucho Marx, Paul Newman, Faye Dunaway, Marlene Dietrich , Ava Gardner o Frank Sinatra en el mundo del cine; los Rolling Stones, David Bowie o Elton John entre los m¨²sicos; Margaret Theatcher o Mandela entre los pol¨ªticos y Pel¨¦, entre los deportistas en una toma nunca expuesta y que ser¨¢ la imagen oficial del mundial de Brasil de 2014.

Las fotograf¨ªas, casi todas en blanco y negro, muestran lo mejor de cada uno de los personajes protagonistas. Nunca se ha visto tan bella a Ava Gardner o a Romy Schneider ni tan fascinantes a Robert Redford (pese a que odiaba las fotograf¨ªas) o Paul Newman. No hay pose ni manipulaci¨®n en ni una sola de las instant¨¢neas. Todas fueron tomadas sin que el retratado se diera cuenta. El secreto es que Terry O'Neill era uno m¨¢s entre todos aquellos que en los sesenta y setenta revolucionaron el mundo de la cultura desde Londres primero y desde Nueva York unos a?os despu¨¦s.

Simp¨¢tico y con aires de viejo rockero (chaqueta negra, vaqueros) Terry O'Neill cuenta que lo m¨¢s gracioso es que ¨¦l quer¨ªa ser m¨²sico. Bater¨ªa de jazz, concretamente. Para conseguirlo decidi¨® que lo mejor era marcharse a Estados Unidos. Como lo que quer¨ªa era ir y venir, intent¨® que British Airways le contratara como auxiliar de vuelo. Pero no pudo ser. A cambio le ofrecieron entrar en el servicio fotogr¨¢fico de la compa?¨ªa a¨¦rea. En uno de sus recorridos por las salas retrat¨® a un hombre que dormitaba en una sala de espera rodeado de africanos. Sin saberlo, hab¨ªa retratado al Seretario de Asuntos Exteriores brit¨¢nico una foto que le supuso un contrato laboral con el peri¨®dico Dayli Sketch, uno de los de mayor difusi¨®n de la ¨¦poca. Animado, compr¨® una c¨¢mara de segunda mano de 35 mil¨ªmetros y empez¨® a utilizarla con los amigos con los que diariamente tomaba sus cervezas que result¨® que eran todos aquellos que protagonizaron los llamados Swinging Sixties.

Cristina Carrillo de Albornoz, comisaria de la exposici¨®n cuenta que cuando todas estas celebridades fueron retratadas, no hab¨ªa certezas sobre el futuro profesional de casi ninguno de ellos. Terry O'Neill era un amigo m¨¢s que nunca violentaba el ambiente y del que se pod¨ªan fiar a ciegas. Ten¨ªa paciencia y simpat¨ªa. ¡°Por eso, nadie como ¨¦l ha tenido acceso al mundo privado de todos estos artistas o pol¨ªticos¡±. Aunque desde los noventa est¨¢ oficialmente retirado, Terry O'Neill rompe a veces la regla. Le ocurri¨® con Nelson Mandela o con Pel¨¦.

Para O'Neill que la qu¨ªmica tiene que funcionar. Solo as¨ª es posible conseguir trabajos como en el que se ve a David Bowie con su perro saltando, un encargo para la promoci¨®n de Diamond Dogs. ¡°El perro saltaba asustado por el flash y en una de esas, le pill¨¦¡±, recuerda. Otro ejemplo es la fotograf¨ªa de Paul McCartney tocando el piano y cantando en la boda de Ringo Starr. ¡°Asist¨ª como invitado, claro y por eso pude tomar esa imagen¡±. Discreto hasta la exasperaci¨®n, asegura que todo lo que tiene que contar est¨¢ en las fotograf¨ªas. "Nunca cuento nada m¨¢s. Lo importante est¨¢ dicho en las im¨¢genes. Lo dem¨¢s, es personal".

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