El coraz¨®n del libro
Pese a los malos augurios, los editores reunidos en Fr¨¢ncfort constatan la buena salud del sector
Fr¨¢ncfort es el term¨®metro mundial del libro. Si tiene fiebre y es da?ina, se sabe en la feria m¨¢s grande del negocio del libro. Y si se recupera, es tambi¨¦n en la Buchmesse donde se constata. Por lo que se ha visto all¨ª, la fiebre no ha tumbado al enfermo, al contrario. Los editores de papel, pese al c¨²mulo de malos augurios, no se sienten vencidos porque ahora reman con los dos formatos, el digital y el impreso, tratando de adaptarse a uno sin olvidar que el otro es a¨²n el que les garantiza negocio. El coraz¨®n del libro late.
Por el clima que se observaba en los pasillos de los hoteles que acogen a los editores y a los agentes, se dir¨ªa que el sector goza de una razonable buena salud. Los salones estaban abarrotados, las citas eran incesantes y la actividad de las agentes literarias parec¨ªa fren¨¦tica. En la propia sede de la feria, el juego de escaleras transitadas por editores no pod¨ªa ser tenido por un s¨²bito mal de san Vito que les hubiera sobrevenido. Y es que, a pesar de que ahora mucha parte de ese negocio se hace de manera virtual y no espera a Fr¨¢ncfort, el mundo editorial se sigue moviendo as¨ª, a partir del contacto personal.
?Qu¨¦ ha cambiado? M¨¢s bien, qu¨¦ va a cambiar: se ha dicho en Fr¨¢ncfort algo que lleva dici¨¦ndose all¨ª al menos desde 1996, cuando empez¨® la feria a moverse a partir de la existencia del e-book: habr¨¢ menos libros de papel, pero ser¨¢n mejores.
Los grandes grupos ser¨¢n m¨¢s chicos, y, por tanto, el cambio dejar¨¢ fuera del sector a profesionales que ahora a¨²n tienen ah¨ª su sitio; proliferar¨¢n peque?as editoriales centradas principalmente en libros impresos en papel, y los libros de referencia (diccionarios, enciclopedias, etc¨¦tera) estar¨¢n todos en formato digital. No es una adivinanza, ya es as¨ª, o ya va siendo as¨ª.
Y en medio, un fen¨®meno nuevo que crece y despierta tanta curiosidad como recelo: la autoedici¨®n. Cuenta ya con centenares de miles t¨ªtulos publicados, la mayor parte de autores que aspiran a ser publicados en papel.
Una realidad que inquieta a algunos editores, porque cuestiona su principal funci¨®n, la selecci¨®n, y a?ade ruido al ya saturado mercado. Pero tambi¨¦n un mundo plagado de oportunidades. Lo que est¨¢ claro es que el libro se mueve, aunque aligerando su peso, lo que seg¨²n los expertos no es malo para su coraz¨®n. Todav¨ªa.
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