Voces del silencio
PIEDRA DE TOQUE. El libro de la periodista Emily Parker demuestra el poder de Internet para sortear la censura gracias a los blogueros que act¨²an en pa¨ªses totalitarios como China, Cuba y Rusia
Aunque no soy un usuario entusiasta de Internet, reconozco que su aparici¨®n ha hecho crecer de una manera notable la libertad de expresi¨®n en el mundo e infligido un golpe casi mortal a los sistemas de censura que los gobiernos autoritarios establecen para controlar la informaci¨®n e impedir las cr¨ªticas. Me ha convencido de ello Emily Parker, antigua periodista de The Wall Street Journal y The New York Times, que en un libro de pr¨®xima publicaci¨®n en los Estados Unidos pasa revista a la revoluci¨®n que han significado la web y las redes sociales en China, Cuba y Rusia en el campo de la informaci¨®n.
Su libro se titula Now I Know Who My Comrades Are (Ahora s¨¦ qui¨¦nes son mis camaradas), se subtitula Voices from the Internet Underground (Voces del Internet clandestino) y, aunque es un reportaje documentado y riguroso, se lee con la excitaci¨®n de una novela de aventuras. Emily Parker habla mandar¨ªn y espa?ol, ha conocido y entrevistado a la mayor parte de los blogueros m¨¢s influyentes y populares en aquellos tres pa¨ªses y se mueve con total desenvoltura en el mundo de catacumbas en el que aquellos suelen operar, desde el cual han establecido las relaciones digitales que los conectan con el mundo y desde el que han devuelto la esperanza de progreso y de cambio democr¨¢tico a decenas de miles de sus compatriotas que, anta?o, viv¨ªan paralizados por la apat¨ªa, el miedo y el pesimismo. Hace tiempo que no le¨ªa un libro tan entretenido y a la vez tan estimulante para la cultura de la libertad.
No se crea que Emily Parker idealiza excesivamente a los personajes que pueblan su libro, present¨¢ndolos a todos como esforzados paladines del progreso y desinteresados idealistas, dispuestos a ir a la c¨¢rcel y hasta perder la vida en su lucha contra la opresi¨®n. Nada de eso. Junto a admirables luchadores guiados por convicciones y valores principistas, hay tambi¨¦n oportunistas y casquivanos, as¨ª como aventureros y escurridizos de inapresable filiaci¨®n y, acaso, hasta infiltrados y esp¨ªas del gobierno. Pero todos ellos, queri¨¦ndolo o no, haciendo lo que hacen, han logrado que retrocedan y a veces se volatilicen los frenos y controles que permit¨ªan a las dictaduras manipular la informaci¨®n y conseguido que en la gris monoton¨ªa de esas sociedades embridadas de pronto las verdades oficiales pudieran ser cuestionadas, desmentidas, reemplazadas por verdades genuinas, y que el silencio se llenara de voces disidentes y un aire renovador, juvenil, esperanzado, y empezara a movilizar a sectores sociales que hasta entonces parec¨ªan petrificados por el conformismo.
La revoluci¨®n digital ha producido en China los mayores cambios, dif¨ªciles ya de atajar
Si el testimonio de Emily Parker es exacto, y yo creo que lo es, de los tres pa¨ªses sobre los que escribe, donde la revoluci¨®n digital ha producido mayores cambios y donde estos parecen haber alcanzado una din¨¢mica dif¨ªcil de atajar es en China, en tanto que en el que los cambios son menores y m¨¢s susceptibles de ser v¨ªctimas de una regresi¨®n es Cuba. Rusia parece dar manotazos en un mar de incertidumbre en el que cualquier cosa puede ocurrir: un discurrir violento hacia m¨¢s libertad o un retroceso no menos traum¨¢tico y veloz hacia el autoritarismo tradicional.
Una de las conclusiones m¨¢s alentadoras de este ensayo es que la revoluci¨®n tecnol¨®gica que hizo posible Internet no s¨®lo es un arma poderosa para combatir a las dictaduras; tambi¨¦n, para dar un derecho a la palabra a los ciudadanos comunes y corrientes en las sociedades abiertas de modo que el derecho de cr¨ªtica deje de ser una prerrogativa de ciertas instituciones y ¨®rganos de expresi¨®n, y puede extenderse y subdividirse sin l¨ªmites, exponiendo a la vigilancia y la cr¨ªtica del conjunto de la sociedad a los propios medios de comunicaci¨®n. De esto puede resultar, desde luego, una cierta anarqu¨ªa informativa, pero, asimismo, un sistema en el que la libertad de expresi¨®n est¨¦ permanentemente sometida a prueba y a perfeccionamiento y discusi¨®n.
Los blogueros, talentos y genios de las redes sociales suelen ser tan extravagantes y pintorescos como los artistas ¡ªcon sus man¨ªas, estilos y ambiciones¡ª y uno de los grandes m¨¦ritos de Emily Parker es retratarlos en su libro no s¨®lo prendidos a sus ordenadores y enviando sus mensajes a trav¨¦s del ¨¦ter a la mir¨ªada de invisibles seguidores y amigos con que mantienen contactos digitales, sino en la intimidad familiar, en los caf¨¦s o antros donde se refugian, en el seno de sus familias, en los m¨ªtines pol¨ªticos que promueven o en los escondites donde suelen desaparecer cuando son perseguidos. Eso hace que este libro est¨¦ lleno de color y de vida plural, donde la pol¨ªtica, la cultura, los problemas sociales y econ¨®micos no aparecen nunca como realidades abstractas y desencarnadas, sino humanizados en individuos de carne y hueso, con sus grandezas y miserias y en unos contextos que permiten medir mejor los logros que han obtenido as¨ª como sus fracasos.
Descuella por su apostura el disidente ruso Navalni, que sigue milagrosamente vivo
Algunos de estos personajes se quedan en la memoria del lector con la vivacidad y el dinamismo de los protagonistas de una novela de Joseph Conrad o Andr¨¦ Malraux. Por ejemplo los chinos Michael Anti (Zhao Jing) y He Caitou, los cubanos Laritza Diversent, Reinaldo Escobar y Yoani S¨¢nchez, y el ruso Alex¨¦i Navalni aparecen en estas p¨¢ginas con unos perfiles tan dram¨¢ticos y notables que parecen provenir m¨¢s de la ficci¨®n que de la pobre realidad. Navalni, sobre todo, cuya historia ha dado ahora la vuelta al mundo gracias a su ¨²ltima peripecia que lo llev¨® a la c¨¢rcel y lo sac¨® de ella para ser candidato a la alcald¨ªa de Mosc¨², en unas elecciones en las que obtuvo tres veces m¨¢s votos que los que predec¨ªan las encuestas (y probablemente muchos m¨¢s que los que dijeron los resultados oficiales).
Es un milagro que Alex¨¦i Navalni est¨¦ todav¨ªa vivo, en un pa¨ªs donde los periodistas muy cr¨ªticos del r¨¦gimen que preside el nuevo zar, Vladimir Putin, suelen morir envenenados o asesinados por hampones como la valiente Anna Politkovskaya. Sobre todo porque Navalni comenz¨® su carrera de bloguero denunciando con pruebas inequ¨ªvocas las corruptelas y tr¨¢ficos delictuosos de las grandes empresas (privadas o p¨²blicas) y exhortando a sus usuarios o accionistas a emprender acciones legales contra ellas en defensa de sus derechos. No s¨®lo sigue vivo, despu¨¦s de haber calificado a Rusia Unida, el partido de gobierno, de El Partido de los Estafadores y Ladrones, sino se ha convertido en una verdadera fuerza pol¨ªtica en Rusia: ha convocado manifestaciones de oposici¨®n con asistencia de decenas de miles de personas y es una figura internacional, que habla varios idiomas, domina gran variedad de temas e impresiona por su simpat¨ªa y su carisma. En las p¨¢ginas de este libro descuella sobre los otros disidentes por su apostura, su elegancia, pero tambi¨¦n porque es imposible precisar en su caso d¨®nde comienzan y d¨®nde terminan sus ambiciones, sus convicciones y sus principios. No hay duda que es excepcionalmente inteligente y valiente. ?Pero es tambi¨¦n un dem¨®crata genuinamente guiado por un af¨¢n de libertad o un populista ambicioso que detr¨¢s de todos los riesgos que corre esconde s¨®lo un apetito de poder y de riqueza?
Leyendo este libro es dif¨ªcil no sentir una gran tristeza por ver los estragos que el totalitarismo ha causado en China, Cuba y Rusia. Todos los progresos sociales que el comunismo pudo haber tra¨ªdo a sus pueblos no compensan ni remotamente el atraso c¨ªvico, cultural y pol¨ªtico en que los ha sumido, y los obst¨¢culos que ha sembrado para que puedan aprovechar sus recursos y alcanzar el progreso y la modernidad en un ¨¢mbito de coexistencia democr¨¢tica, legalidad y libertad. Es clar¨ªsimo que ese viejo modelo est¨¢ muerto y enterrado, pero, a¨²n as¨ª, librarse de ¨¦l definitivamente les significar¨¢ tiempo y sacrificios. El libro de Emily Parker muestra el invalorable servicio que ha venido a prestar en esta tarea Internet, la gran transformaci¨®n de las comunicaciones de nuestro tiempo.
? Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PA?S, SL, 2013.
? Mario Vargas Llosa, 2013.
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