Por todas partes

El se?or Bot¨ªn ha dicho que Espa?a vive un momento fant¨¢stico y que llega dinero por todas partes y yo no soy nadie para llevarle la contraria al se?or Bot¨ªn en la fant¨¢stica materia del dinero. Ver lo invisible que se tiene delante exige, a veces, un esfuerzo constante, una voluntad astron¨®mica. Hay quien se empe?a en ver solo gansos donde en realidad hay un exquisito foie gras. Si el se?or Bot¨ªn ve dinero es que lo hay. Y si lo ve entrar a chorros, es que estamos a punto de nadar en la abundancia. ¡°Veo cosas y gentes donde ustedes quiz¨¢s no vean nada¡±, dice el personaje de Juan Rulfo que nos gu¨ªa por Comala. Yo pensaba que Espa?a iba camino de convertirse en una especie de Comala, un gran purgatorio, gobernado por sombras, donde el viento arrastra sue?os y hojas de ¨¢rboles que ya no existen. La literatura desvela, pero tambi¨¦n despista. El verdadero tesoro que vislumbr¨¦ estos d¨ªas fue el ?vame de Carlos Oroza, editado con calidad de incunable, no s¨¦ si real o irreal, pues como dice Pere Gimferrer en el pr¨®logo, el autor es un caso ¨²nico, ¡°a la vez la presencia y la impresencia m¨¢s sorprendente de la poes¨ªa espa?ola¡±. A Oroza, que tiene por oficio caminante, alguien le interrumpi¨® el andar: ¡°?Qu¨¦, Oroza, matando el tiempo?¡± Y ¨¦l respondi¨®: ¡°?Estoy trabajando! Mi marcha es po¨¦tica.¡± Ahora tengo que rumiar el rotundo cambio ¨®ptico del se?or Bot¨ªn, que nos devuelve de Comala a Eldorado. Si el dinero entra ¡°por todas partes¡±, ?qu¨¦ objetivo tienen los nuevos recortes del Gobierno, esas purgas sociales, ese clavar m¨¢s clavos en la cruz? La ¨²nica explicaci¨®n es de tipo volum¨¦trico. Entra tanto dinero, tanto, que no hay sitio. Hay que liberar escuelas, teatros, hospitales, viviendas sociales, centros de investigaci¨®n, talleres de discapacitados, bailes de tercera edad, lo que sea, para que la pasta se sienta a sus anchas.